No está siendo el mejor año para el sector inmobiliario. Pese a que el apetito se ha despertado y el ladrillo vuelve a estar de moda, este ha sido un ejercicio complicado para la inversión, en parte por la falta de Gobierno y el consecuente recelo de los fondos. La inversión inmobiliaria ha caído un 25% en lo que va de año frente al mismo periodo de 2015.
Si los números no han sido peores ha sido gracias, sobre todo, a dos macro operaciones que se han cerrado antes del fin de septiembre: la compra por parte de Pontegadea de la madrileña Torre Foster, en el complejo de las cuatro torres del Paseo de la Castellana, y la venta del centro comercial Diagonal Mar a Deutsche Bank. Entre las dos suman casi 1.000 de los 5.500 millones de euros que se han movido en España en grandes compraventas inmobiliarias, de acuerdo con el último informe de la consultora Cushman & Wakefield.
La operación de Diagonal Mar, que hasta el tercer trimestre estaba en manos de Northwood Investors, se cerró por 495 millones de euros. Mientras, el brazo inversor en el sector inmobiliario de Amancio Ortega, Pontegadea, adquirió la Torre Foster por 490 millones de euros a IPIC Capital, el fondo de inversión que también es propietario de Cepsa, la petrolera domiciliada en este emblemático rascacielos madrileño. Dos operaciones en el tercer trimestre que salvan un año gris.
Pese a lo abultado del desembolso de Pontegadea, la compra de oficinas no es el segmento que más inversión recibe en el inmobiliario: tan sólo un 26% del total. Otras operaciones que han entrado en el ‘top 10’ en lo que va de año son la compra de la sede de IBM en Madrid por parte de Colonial, que le pagó 154 millones a Finaccess, y la venta del parque empresarial Las Mercedes, también en Madrid, que cambió de manos de Standard Life a Greenoak por 130 millones.
Los activos que más dinero han recibido han sido los comerciales. El 44% de la inversión inmobiliaria que se ha generado en España entre enero y septiembre se ha quedado en el sector retail. Además de la compra del centro comercial barcelonés Diagonal Mar por parte de Deutsche Bank, en los nueve primeros meses del año también han destacado la venta de la cartera de superficies de Eroski a Invesco (358 millones), la del complejo Gran Vía de Vigo (145 millones), la del centro de L’Aljub en Alicante (125 millones) y la de ABC Serrano y Preciados 9, un movimiento de 139 millones de euros.
La consultora Cushman & Wakefield ha resaltado que el segmento retail siempre ha pesado más en España, hasta que llegó la crisis. Después de 2008, el mercado de oficinas comenzó a ganar terreno hasta acaparar un 42% de la inversión inmobiliaria en 2015. La tendencia se ha invertido este año y ha vuelto a la normalidad, aunque a estas cifras habrá que añadirle el efecto del traspaso de la cartera de oficinas de Banco Santander, BBVA y Banco Popular a Metrovacesa por 1.000 millones de euros, que entrará en el cuarto trimestre del año.
Menos inversores nacionales
El estudio de Cushman & Wakefield también constata otro cambio de tendencia: los inversores extranjeros vuelven a superar a los nacionales. Los fondos extranjeros han sido responsables del 57% del dinero inyectado en la actividad inmobiliaria durante los primeros nueve meses del año, un porcentaje que en el mismo periodo del año pasado correspondió a las firmas domésticas. La proporción habría quedado más desequilibrada todavía si Amancio Ortega no hubiera sacado su billetera por la Torre Foster.
En lo que va de año no ha habido grandes movimientos, a excepción de la sede de Cepsa y el centro comercial Diagonal Mar. La media de las operaciones inmobiliarias se ha quedado en 40 millones de euros, frente a los 55 millones con los que cerró el año 2015.
Foto: Efe