El presidente de Ciudadanos presenta mañana en Madrid su candidatura a La Moncloa. La diputada catalana Inés Arrimadas será el cartel en las autonómicas del 27-S.
Se despejaron las dudas y no hubo sorpresas. Ciudadanos ya tiene candidatos para las dos citas electorales que esperan a la vuelta del verano: Albert Rivera luchará por La Moncloa e Inés Arrimadas por la Generalitat. El presidente del partido se había resistido en los últimos meses a ratificar su salto definitivo a la política nacional e incluso había amagado con ser el cabeza de cartel en ambos comicios -«jurídica y políticamente es posible»-, pero finalmente sólo luchará por la presidencia del Gobierno.
Rivera hará el anuncio oficial mañana en una rueda de prensa en Madrid, dos días después de que el Consejo General de Ciudadanos aprobara el calendario de primarias para elegir candidatos. Será el 4 y 5 de julio cuando se enfrente al veredicto de los militantes, en un proceso que no le supondrá dificultad alguna para ver avalada su decisión.
Tampoco parece que vaya a tener rival Inés Arrimadas. La joven diputada catalana ha anunciado este domingo su voluntad de concurrir a las primarias para elegir candidato a la Generalitat, que también se celebran el 4 y 5 de julio. Arrimadas se perfilaba desde hacía tiempo como sucesora natural de Rivera en Cataluña, tal y como adelantó SABEMOS, y afrontará con apenas 33 años el gran desafío de su vida política.
Arrimadas se enfrenta a un desafío doble: confirmar el despegue de C’s en Cataluña y demostrar que el partido tiene banquillo
«Soy plenamente consciente de la importancia de las próximas elecciones, no sólo para nuestro partido, sino para toda Cataluña y España. Y en los momentos importantes uno tiene que ser capaz de asumir retos, ser responsable, valiente y dar pasos adelante, y me haría mucha ilusión encabezar la lista», ha declarado hoy desde Barcelona, al hacer público su paso al frente.
La diputada había sido designada recientemente portavoz parlamentaria de Ciutadans, en sustitución de Carina Mejías, elegida concejal barcelonesa el 24-M. Dicha designación supuso el penúltimo de los pasos en su progresión fulgurante dentro del partido al que llegó en 2011. Un año después de eso ya fue bien colocada en las listas electorales, resultó elegida diputada y a comienzos de 2014 se hizo con la portavocía adjunta de su partido en la Cámara autonómica.
A la par que ganaba protagonismo político crecía en popularidad mediática, convirtiéndose en la referencia del partido naranja en los platós televisivos. Su papel en la campaña de mayo también fue muy importante, confirmando el prestigio que había ganado a nivel interno.
Arrimadas afronta ahora un doble desafío. Por un lado luchará por sacar el mejor resultado posible en unas elecciones donde C’s «sale a ganar», con el desafío secesionista de Artur Mas de fondo y las encuestas situando a la formación naranja en empate técnico con el actual presidente y con ERC. Por otro lado, intentará acabar con el principal estigma que marca a Ciudadanos desde su expansión nacional: el de la percepción pública de que es un partido muy personalista, un proyecto capitalizado por Rivera. Arrimadas tratará de demostrar que «hay banquillo», como dice su presidente cada vez que es interpelado por esta cuestión.