Estamos en un momento del año donde debemos pararnos para reflexionar sobre lo que acontecerá en lo que resta de ejercicio. Llevamos cuatro meses desde que empezó el año y podemos sacar las primeras conclusiones del primer tercio del año.
Tras un primer trimestre muy bueno para la renta variable, de hecho unos de los mejores que recordamos últimamente, hemos asistido a un mes de abril que no se ha quedado lejos en comparación con los anteriores.
Tras la resolución de la primera vuelta de las elecciones francesas hemos podido asistir a una gran explosión alcista que no ha hecho más que continuar con el sesgo primario y con la inercia obtenida durante el primer trimestre.
Ahora nos encontramos en un punto donde la mayoría de inversores piensan que la bolsa está cara y donde basándose en experiencias pasadas, cuando entraron en máximos y la bolsa parecía que no paraba de subir y, a partir de ahí, sufrieron una corrección desde el minuto uno, quedándose enganchados en los valores durante un tiempo considerable.
Empezamos un mes complicado, difícil y reflexivo ya que aquéllos que llevan invirtiendo en renta variable un tiempo conocerán de sobra el dicho: “sell in may ang go away”, por lo que cuando nos encontramos en estas fechas y más aún cuando el mercado en estos primeros cuatro meses no ha parado de subir.
Con este panorama nos encontramos en un dilema importante porque aquellos inversores que estén pensando en incrementar su inversión, puede ser que tengan que esperar a ver cómo comienza el mes de mayo y cómo se desarrolla en estas circunstancias.
El planteamiento es el mismo para aquéllos que ya han invertido y tengan que decidir sobre si recoger los beneficios generados en este cuatrimestre o aguantar y creer que esta explosión es sólo el comienzo de algo más grandes, es decir, la punta del iceberg de lo que pueda producirse.
Daniel García, analista de XTB