Hemos visto durante las sesiones anteriores un claro ejemplo de quedarse atrapado en un valor con muy malos fundamentos. Pudimos asistir a una jornada complicada en la que nos enteramos de que el Banco Santander había comprado el Banco Popular por un euro, sí, efectivamente, un euro.
Después de liquidar la compañía y hacerla quebrar al convertir toda la deuda subordinada y los CoCos en acciones, comprobamos como miles de inversores vieron dilapidarse todo su capital. El problema no sólo estuvo en esta conversión, sino que venía acarreándose desde hace bastantes años, desde que empezó a caer la entidad con la crisis de las subprime.
Desde entonces no paró de caer su cotización en el parqué, siendo muchos los inversores afectados que se han ido quedando atrapados en el valor, incluso promediando el valor nominal de sus inversiones para conseguir bajar el precio medio de compra de la compañía.
La cuestión es que, al igual que cuando cae un cuchillo con el filo hacia abajo, no quieres poner la mano porque te corta seguro. En la bolsa, cuando un valor está cayendo en picado, muchos astutos inversores quieren encontrar una ganga y hacerse rico en cinco minutos. Lo que suele pasar, cuando inviertes en este tipo de valores, es que el riesgo de quedarte pillado en el valor es muy alto, lo que suele ser muy común, sobre todo si no se utiliza un stop loss de salida.
Es fundamental ser consciente que cualquier inversión conlleva su riesgo pero como en todas ellas es importantísimo saber limitar el riesgo de cada una, ya que al no ser una ciencia exacta y nunca saber cómo será el comportamiento futuro de una acción con exactitud, por lo que siempre hay que guardarse una puerta de salida donde poder asumir la derrota y caer como un caballero.
Daniel García, analista de XTB