Miguel Zorita es uno de esos personajes siniestros que pueblan todos los sectores de la sociedad, uno de esos tipos que parece tener la fortuna de triunfar siempre a pesar de no haber conseguido nada positivo en su vida. Un hombre muy importante en este país lo definió como un hombre «de los que hace favores, no siempre muy limpios, a cambio de altos cargos y altas remuneraciones».
Antes de entrar a ser el asesor impuesto por la banca en Duro Felguera, Miguel Zorita entró en la empresa tecnológica asturiana Daorje, tal y como ya hemos explicado en Diario16. Esa entrada tampoco está exenta de oscuridad porque hay aspectos que no están muy claros y por los que la Fiscalía Anticorrupción o la propia Agencia Tributaria deberían entrar a investigar de oficio.
La entrada de Zorita en Daorje vino precedida de la constitución de la compañía luxemburguesa Engineering Solutions Sàrl (ESS) en julio de 2.014. Esta sociedad fue constituida por Continuum S.A., otra entidad luxemburguesa controlada por Martin Gruschka y que también tiene relaciones con Zorita. En diciembre de ese año se publica en el BORME que ESS es el socio único de Daorje S.L. y que Miguel Zorita es nombrado su presidente. No es hasta octubre de 2.015 en que el ejecutivo valenciano entra como accionista de la sociedad asturiana, cuando Continuum S.A. le dece el 30% de las participaciones sociales de Engineering Solutions Sàrl, es decir, 375 acciones, con un valor nominal de 3.750 euros, dado que el total del capital suscrito es de 12.500 euros. Esta operación se hace a través de una sociedad de Zorita: Zima Equity Investments S.L. ¿Por qué le regalan un 30% de la compañía?
Fue en 2.016 cuando se produjo una ampliación de capital que da lugar a la entrada como accionista en ESS de Dofman Advisory, S.L., empresa de Santiago Martínez Carballal. El resultado de la operación fue que el capital social se duplicó, pasando a estar integrado por 2.500 participaciones con un valor total de 25.000 euros. Esta ampliación de capital se hace totalmente con cargo parcial a créditos a cobrar ya vencidos que Zima y Dofman tienen por importe de dos y un millón de euros, respectivamente, contra ESS, según consta en el Registre de Commerce de Luxemburgo.
No obstante, según las cuentas anuales de Zima Equity (la empresa de Zorita), no hay constancia en el balance ni en la cuenta de pérdidas y ganancias de dicho crédito. En 2.016, dado el importe comentado y teniendo en consideración los importes de las distintas partidas del balance de situación, el crédito referido sólo puede estar integrado dentro de la cuenta Inversiones Financieras que presenta un importe superior a 2,6 millones de euros, si bien, el importe registrado en dicha partida parece anómalo porque, en primer lugar, en 2.016 la sociedad sólo reconoce ingresos por cifra de negocio de 304.000 euros que le generan resultado de explotación de 66.300 euros, no teniendo ingresos financieros; en segundo lugar, el efectivo disponible en 2.015 sólo alcanzaba los 138.800 euros.
Esto nos lleva a que para poder prestar esa cantidad y generar los créditos tuvieron que generarse vías de financiación a terceros alternativas a la generación natural de resultados y efectivo mediante la prestación de servicios y/o venta de instrumentos financieros, dado que no se reconoce ninguna venta de esta naturaleza e importe en 2.016. Además, en ese año se reconoce un incremento en la cuenta de inversiones financieras a 4,6 millones de euros y unas salidas de 2.6 millones que dejan una cuenta de saldo de 2.6 millones. Por tanto, los movimientos reflejados en balance no se corresponden con la descripción de las operaciones de préstamos a terceros reconocidas en la ampliación de capital de ESS.
¿De dónde sacó Zorita ese dinero? En el próximo artículo veremos todas las opacas posibilidades que tuvo el ejecutivo valenciano para ello.