Una mujer que se jubile en 2016, haya tenido dos hijos y tenga derecho a una pensión contributiva de 2.000 euros, podría recibir un complemento por el trabajo añadido de haber criado a sus hijos de 200 euros. Otra mujer que se jubile también en 2016 y haya tenido dos hijos pero tenga derecho a una pensión contributiva de 1.000 euros, la mitad, se le dará también la mitad por el esfuerzo de haber criado también a dos hijos. Esta es una de las debilidades de la propuesta que presentó ayer Tomás Burgos ante la Comisión del Pacto de Toledo. Otra, que encendió los ánimos entre la oposición, que se ha planteado como un incentivo a futuro para que las mujeres tengan hijos hoy.
Condiciones para ser una de las beneficiarias que calcula el Gobierno que (de aprobarse) podrían beneficiarse de su propuesta para complementar las pensiones de mujeres que hayan tenido dos hijos o más (tal y como está planteada hoy):
1. Ser mujer.
2. Haber cotizado el tiempo suficiente como para tener derecho a recibir una pensión contributiva o tener derecho a una pensión de viudedad o de incapacidad.
3. Darse de alta para el cobro de la pensión contributiva (por cotización, viudedad o incapacidad) a partir del 1 de enero de 2016. (No sirve quien ya esté de alta)
4. Haber tenido dos hijos o más.
Cuantía del complemento:
1. Si se han tenido dos hijos: un 5% más de la pensión contributiva.
2. Si se han tenido tres hijos: un 10%.
3. Si se han tenido cuatro hijos o más: un 15%.
Número de mujeres que cumplirían las condiciones en 2016 de las 257.000 que accederán a la jubilación, según estima el Gobierno: 123.357 mujeres.
Coste para la Seguridad Social en 2016: 53 millones de euros.
Dudas que deberán resolverse en la negociación: Si las pensiones con complemento a mínimos lo verán mermado en la cuantía del nuevo complemento y si las pensiones máximas (2.500 euros) recibirán el complemento.
Hasta aquí, las claves de la propuesta explicada ayer por el secretario de Estado de la Seguridad Social, Tomás Burgos, en el marco de la Comisión del Pacto de Toledo del Congreso de los Diputados, sobre la que ahora se empezará a trabajar para que cristalice en una propuesta de ley y vaya a las Cortes o, como anticipó algún diputado ayer, acabará aprobada como Real Decreto dado el poco tiempo que resta de legislatura.
Con la lista de condiciones en la mano, ya tenía la oposición munición para tachar la iniciativa de electoralista (por hacerse a meses de la convocatoria electoral y con efecto, de aprobarse ahora, en la próxima legislatura); discriminatoria (por no tener retroactividad, pero sobre todo, dado que es porcentual, por aportar menos a las pensiones más bajas y premiar con mayor cantidad a las más altas) e incoherente (por ir contra todos los fantasmas de la insostenibilidad del sistema agitados desde el Gobierno para justificar la reforma de las pensiones eliminando el mantenimiento del poder adquisitivo).
Ya dispararon contra estos flancos ayer, con comentarios como el de la diputada socialista María Isabel López i Chamosa que se refirió a la injusticia de que de las cotizaciones de todos cobrase más complemento la jefa de una cajera de supermercado, «que la tiene puteada», que la propia cajera, con dificultades para cuidar a sus hijos por tener que cumplir con horarios cambiantes.
Lo cierto es que al ser porcentual, la propuesta significa que una pensión de 1.000 euros tendrá derecho a un complemento por haber criado a tres hijos de 100 euros mientras que una de 2.000 euros recibirá 200 por el mismo número de hijos, creando lo que Joan Coscubiela, de Izquierda Plural, denominó una «discriminación de clase».
Por otro lado, en la propuesta inicial, que estima que en 2016 cumplirán las condiciones para solicitar el complemento 123.000 mujeres, no se incluye aún la solución legal que permitiría que quienes cobren su pensión con complemento a mínimos no vean mermados dichos complementos en la misma medida que se amplíe lo que reciben por el complemento por hijos. Tomás Brugos aseguró ayer que se buscaría el encaje legal para que sea posible que no afecte a los complementos a mínimos pero también dejó abierta la puerta a que las pensiones máximas, que son de 2.500 euros, puedan cobrar el complemento por hijos superando ese tope.
¿Cosiendo una brecha de género o abriendo otra?
Sin embargo, lo que incendió a los diputados participantes en la Comisión y afiló las lenguas ayer fue el argumentario que Tomás Burgos desplegó para explicar la propuesta. No los datos que muestran la evidente brecha de género que existe entre las pensiones de mujeres y hombres, que es de un 40% de media en la Unión Europea, lo que ha llevado a Bruselas a exigir medidas para paliar esta situación. No el hecho de que en España las mujeres tengan una pensión media a mayo de 2015 de 729,32 euros mientras la media de los hombres es de 1.184,32 euros. No porque la media de años cotizados de los hombres sea de 40,6 mientras que las mujeres pensionistas en la actualidad hayan cotizado de media 31,3 años.
Lo que elevó el tono de los diputados, tanto que llevó a la presidencia de la Comisión a pedir un lenguaje más apropiado por estar en sede parlamentaria, fueron las referencias de Burgos a los problemas de natalidad de España. Para la oposición eso convierte la propuesta no en una forma de coser la brecha de las mujeres que finalizan ahora su vida laboral sino en un modo de tirar la toalla a la hora de atajar el problema actual de brecha salarial para que no ocurra lo mismo en el futuro.
Porque aunque Burgos aseguró que «la medida busca corregir la doble penalización a las mujeres derivada de la natalidad», en forma primero de «menores salarios» y después en «carreras más cortas de cotización», el incentivo tiene un objetivo claro para el secretario de Estado «que esta reducción no sea a costa de la natalidad». La Seguridad Social, comentó Burgos, «pone el acento en apoyar a quienes refuerzan el sistema por dos vías», las mujeres. Al estar pensada la propuesta solo para ellas no crea ningún incentivo a que los hombres compartan la responsabilidad que ahora afrontan mayoritariamente las mujeres.
No es que en el Gobierno no conozcan dónde está el problema pero, criticó la oposición, lo asumen como irresoluble. «Hay que apoyar a la mujer porque sobre ella cae la mayor responsabilidad», comentó Burgos. «Tener hijos hoy no es neutral en términos de salarios», añadió y englobó la medida en la búsqueda de «equidad porque reconoce que la mujer se ve objetivamente perjudicada», que «tener hijos hoy no es neutral en términos de salarios».