Duro Felguera ya tiene nuevo Consejo de Administración, tal y como ha anunciado en su página web. La Presidencia, tal y como se acordó el pasado 23 de noviembre, la ocupará el señor Acacio Faustino Rodríguez García; la Vicepresidencia corresponderá a la empresa Inversiones Río Magdalena S.L. que estará representada por la señora María Teresa Arias Zapico. Los vocales serán las empresas Inversiones Somió S.L. e Inversiones El Piles S.L., representadas por don José Manuel López Vázquez y por don Javier Sierra Villa, respectivamente. Se incorpora, además, como vocal el anterior presidente, Ángel Antonio del Valle Suárez, como máximo accionista de la empresa. Los consejeros independientes serán doña Elena Cabal Noriega y don Francisco Javier González Canga.
Tras la salida de Ángel del Valle ha llegado el momento de ver, en primer lugar, si el pool bancario cumple con los compromisos a los que llegó con aquél y desbloquea una línea de avales por valor de 31 millones de euros que permitan a la epecista asturiana poder optar a nuevos contratos.
En segundo lugar, el día 26 de noviembre finalizó el contrato de Miguel Zorita, lo que implica que el nuevo presidente tendrá más libertad a la hora de aplicar un plan de viabilidad sin el lastre que supone tener a una persona cuya única misión era, precisamente, llevar a la empresa a una situación límite que provocara una presión insostenible que derivara en la salida de Ángel del Valle para, en principio, que el Santander controlara a la epecista del mismo modo en que controla actualmente Abengoa. Por otro lado, y viendo los resultados negativos que ha tenido el «asesoramiento» de Zorita, es de suponerse que no se le habrán pagado los 400.000 euros de prima por éxito que tenía, salvo que el éxito estuviera determinado por la salida de Del Valle y por haber provocado que Duro Felguera haya perdido más de 900 millones de euros de cartera. Sorprende el hecho de que aún no se haya comunicado la no renovación del contrato de Zorita con la misma celeridad en que se anunció su contratación en el mes mayo.
En tercer lugar, Acacio Rodríguez tiene como principal misión implantar un plan de viabilidad que pase inevitablemente por el mantenimiento de los puestos de trabajo. Vender activos como la sede de Madrid daría un desahogo a la liquidez de Duro Felguera, evidentemente, sobre todo si se cierra la operación que se está negociando con Banco Sabadell. Sin embargo, vender las divisiones de ferrocarril y de defensa lo que hará será dejarlas en manos de especuladores o, lo que es peor, ponerlas a tiro de personajes como Miguel Zorita o Martin Gruschka.
Acacio Rodríguez tiene mucha experiencia en la dirección de empresas de ingeniería y minería. Durante el tiempo en que fue consejero delegado de Enasa. También fue el responsable de la reconversión siderúrgica de los años 90, en la que consiguió grandes éxitos. Así lo hizo en Ensidesa, Altos Hornos de Vizcaya o Pegaso. Hay quien dice que tiene la capacidad de simplificar los grandes problemas. Los 2.000 puestos de trabajo que están en juego no quieren una simplificación sino un plan de negocio que incremente los niveles de producción y no que reduzca costes a través de reestructuraciones de plantilla, que, es cierto, es el camino más simple pero el más doloroso. La situación de Duro Felguera no es la misma que la de las empresas de la reconversión siderúrgica, por lo que hay bastantes caminos que no pasan por la destrucción de empleo.
En cuarto lugar, la principal misión será el cobro de los 400 millones de euros que se le adeudan a Duro Felguera, una cantidad que solucionará todos los problemas puesto que eliminaría la deuda. ¿Por qué Zorita no se implicó en este tema en vez de torpedear a la compañía que le pagaba un millón de euros? La respuesta es sencilla: porque había que eliminar al anterior presidente y porque si se hubiese cobrado esa cantidad el pool (el Santander) hubiera perdido capacidad de presión.
En quinto lugar, Acacio Rodríguez tendrá la obligación de continuar con las negociaciones abiertas por Del Valle en Latinoamérica de una cartera de negocio que garantizaría una carga de trabajo para, al menos, 6 años, es decir, hacer viable la compañía a través de un incremento de las líneas productivas.
Ahora ha llegado el momento de ver el verdadero problema de Duro Felguera, si se trataba de un problema de personalismos o había algo más, pero, y eso lo debe tener en cuenta el nuevo Consejo de Administración, su principal misión no está en un saneamiento doloroso de la situación de la compañía, sino en aumentar la cartera de negocio para, de este modo, reflotar a la epecista a través de un incremento de ingresos y no de una reducción de costes.