Tal y como hemos informado, Banco Santander pretende presentarse ante el mundo como una entidad sostenible y respetuosa con el medio ambiente, además de comprometido con la lucha por el cambio climático. Incluso Ana Patricia Botín protagonizó un publirreportaje, emitido en multidifusión en todos los canales de Mediaset, en el que se mostró compungida con las consecuencias del calentamiento global. Sin embargo, la realidad la mostró el informe Banking on Climate Change Fossil Fuel Finance Report 2020, al que hemos tenido acceso.
Este documento indica que la entidad presidida por Ana Patricia Botín fue una de las tres que más incrementó entre 2018 y 2019 su inversión o financiación a empresas y proyectos altamente contaminantes. Desde que en el año 2016 se firmaron los Acuerdos de Paris, 35 bancos de diferentes países, entre los que se encuentra el Santander, han realizado operaciones financieras con la industria de los combustibles fósiles, la que más daño hace al medio ambiente por un valor total de 2,4 billones de euros.
En este periodo, el Santander ha financiado o realizado operaciones por valor de 23.000 millones de euros a empresas que provocan el cambio climático. Según el informe, el banco presidido por Ana Patricia Botín casi ha duplicado sus operaciones con estas compañías o sectores altamente contaminantes. En concreto, pasó de 4.626 millones en 2018 a 8.073 en 2019, 2.000 millones más que todo el beneficio del ejercicio anterior.
Uno de los puntos en los que la inversión del Santander ha aumentado de manera exponencial ha sido el de las arenas bituminosas, es decir, uno de los combustibles más sucios y contaminantes del planeta. Según diferentes informes de la Unión Europea, la huella de carbono de estas arenas bituminosas es un 23% peor que la del petróleo. Además, los trabajos mineros que son necesarios para su extracción arrasan los bosques boreales.
La extracción de petróleo de arenas bituminosas es el más contaminante del planeta porque para extraerlo y refinarlo se necesita mucha más cantidad de energía que para el petróleo convencional. Distintas organizaciones han llegado a afirmar que la única solución para que este tipo de extracciones no afecte al medio ambiente es no realizar este tipo de proyectos.
A diferencia de la extracción de petróleo convencional, los proyectos con arenas bituminosas requieren de operaciones de minería a cielo abierto, donde grandes extensiones son lavadas con una mezcla de agua y sustancias químicas que se usa para separar el betún de la arena y de la arcilla. Por tanto, se requieren grandes cantidades de agua para extraer y procesar ell petróleo extraído con esta técnica. Además, ese procesamiento es necesaria la aplicación de operaciones muy intensivas desde el punto de vista energético.
Además, el combustible extraído de arenas bituminosas genera un 20% más de emisiones de carbono que el convencional.
Esta es una de las apuestas del Santander. Valoren, por tanto, la sinceridad del compromiso de la entidad presidida por Ana Patricia Botín con la economía verde y con la lucha contra el cambio climático.