Castilla y León tiene nuevo Gobierno. El presidente Herrera despejó la incógnita acerca de su continuidad y ha diseñado un equipo sobre el que se prolonga una sombra de incertidumbre y claves de continuidad. ¿Tendrá carácter permanente o se trata de una cuestión temporal? Tras la autocrítica pública que puso en duda su investidura, Juan Vicente Herrera no ha dudado en enarbolar su sentido de Comunidad y el compromiso con su tierra sin eludir la autocrítica y los mensajes hacia el Partido Popular, al que ha exigido una reacción después de los últimos resultados que, en su caso concreto, no quiso disfrazar de exitosos.
Ha sido una de las incógnitas postelectorales. Juan Vicente Herrera volvió a ganar las elecciones en Castilla y León pero esta vez se quedó a un procurador de la mayoría absoluta. Su lectura no fue complaciente. Al contrario, explotó en una reflexión pública que afectó a diferentes palos del Partido Popular sin eludir la autocrítica. Tanto que estuvo en duda su investidura que no resolvió hasta poco antes de componerse el nuevo pleno autonómico, más plural que nunca con la entrada de Podemos y Ciudadanos en la política regional.
Por eso quizá se justifique el apoyo que ha recibido este lunes en su toma de posesión. En un acto austero y sencillo, Herrera estuvo arropado por el Gobierno nacional y el partido. Puede ser una cuestión de paisanaje, cercanía o ganas de expresar el cariño que el PP tiene hacia uno de sus barones más reconocibles, pero la presencia de la vicepresidenta Soraya Sáez de Santamaría, el presidente del Congreso de los Diputados, Jesús Posada y la secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal, escenificó una situación especial que cerraba semanas de incertidumbre en Castilla y León.
La Comunidad tiene presidente, y el presidente dio a conocer este martes su Gobierno después de despedir, en sus propias palabras, con «pena y vértigo» al que ha sido su «equipo más rodado» en los últimos 14 años. La incógnita está en descifrar si tanto Herrera como sus consejeros tienen vocación de permanencia o se trata de la puesta en escena de un comienzo de carácter temporal.
En clave de sucesión
La composición del nuevo Gobierno tiene un nombre propio que destaca por encima del resto: Rosa Valdeón. La exalcaldesa de Zamora regresa a la Junta de Castilla y León acumulando cuotas de poder: vicepresidenta, consejera de Empleo y portavoz. Muchas voces apuntan a este nombramiento como la gran clave en la sucesión que Herrera acaba de abrir. Lo único que debe despejarse es el tiempo; si será antes o cuando finalice la legislatura recién comenzada. Valdeón ya fue consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades y, a regañadientes, se convirtió primero en candidata y después en alcaldesa de Zamora. Ni ella ni el propio Herrera aprobaban ese salto de la política regional a la municipal pero se trataba de una maniobra del partido que asumieron siempre con vocación de regreso. El tiempo lo ha demostrado.
El Gobierno de Castilla y León tiene cuatro caras nuevas. Junto a Rosa Valdeón se estrenan Fernando Rey (Educación), Juan Carlos Suárez-Quiñones (Fomento y Medio Ambiente) y Cultura (Josefa García Cirac). Hay cambios de consejerías porque Milagros Marcos pasa de Familia a Agricultura y Alicia García de Cultura a Familia e Igualdad de Oportunidades. Siguen Antonio María Sáez Aguado (Sanidad), Pilar del Olmo (Economía y Hacienda) y José Antonio de Santiago-Juárez (Presidencia).
En total, nueve áreas para poner en marcha la maquinaria de gestión política en Castilla y León con un Gobierno paritario formado por cinco hombres, (incluido el presidente) y cinco mujeres, pero siempre con la duda radicada en la vocación de continuidad que pueda tener el presidente. Sea como fuere, Herrera ya ha dejado claro por donde van sus intenciones sucesorias y cuál es su perfil preferido.
Sin duda, los movimientos surgidos en torno al nuevo Gobierno castellano y leonés habrán levantado más de una suspicacia en ciertos sectores del partido a nivel nacional, pero eso es algo que también ha sabido interiorizar Herrera con una visión global de lo que considera prioritario. Otra cosa es lo que piense el nuevo vicesecretario de organización del PP, Fernando Martínez Maíllo, recientemente aupado a este puesto por Rajoy. Zamorano, como Rosa Valdeón, y presidente del partido en esa provincia, no fue precisamente el mejor apoyo de la ex alcaldesa durante sus ocho años de mandato. Por eso, es otro mensaje encriptado de Herrera.