«El crecimiento del sistema financiero de un país es un lastre para el crecimiento de su productividad». Es una de las principales conclusiones de un reciente estudio de dos investigadores que también señalan que los «booms» financieros dañan los auténticos motores de una economía.
El sentido común podría dictar que si los bancos de un país crecen mucho, eso es bueno para la economía en su conjunto. No es eso lo que han averiguado dos economistas (Stephen Cecchetti y Enisse Kharroubi). «El crecimiento del sistema financiero de un país es un lastre para el crecimiento de su productividad». Es una de las principales conclusiones que se extraen de un reciente estudio elaborado por estos dos académicos (¿Por qué el crecimiento del sector financiero minimiza el crecimiento de la economía real?), publicado por el Banco Internacional de Pagos (consultar más abajo) y del que el think tank Voxeu ha publicado un post de resumen.
«Un crecimiento mayor del sistema financiero reduce el crecimiento real. En otras palabras, los booms financieros no son, en general, fortalecedores del crecimiento, sobre todo porque el sector de las finanzas compite con el resto de la economía por obtener recursos», añaden estos economistas en sus conclusiones. La idea que subyace es que en un mundo de recursos limitados como es la economía, un crecimiento mayor del sector financiero [no productivo] supone una atracción mayor de recursos al mismo, lo que perjudica a la economía real y productiva.
No terminan ahí las conclusiones: «Segundo, usando datos sectoriales (…) encontramos que las burbujas financieras dañan lo que normalmente pensamos que son los motores del crecimiento económico (aquellos más intensivos en investigación y desarrollo)», explican. Todos estos factores les llevan a concluir que hay una necesidad de reevaluar la relación entre el crecimiento financiero y el real en los sistemas económicos modernos.
Cecchetti y Enisse toman como ejemplo a España: «Desde 1990 hasta 1995 el crédito en relación al PIB era más o menos constante, mientras que la productividad crecía un 1,7% cada año. Quince años después, desde 2005 hasta 2010, el crédito en relación al PIB creció un 8,1% anual, pero la productividad sólo un 1% anual», desarrollan, al tiempo que calculan que la productividad media hubiera sido de casi el doble si no se hubiera generado el incentivo negativo de la burbuja inmobiliaria.
Proyectos de baja productividad
Los investigadores de este estudio creen haber demostrado cómo el crecimiento del sector financiero reduce los incrementos de productividad en una economía: «Es consecuencia del hecho de que el crecimiento del sector financiero beneficia desproporcionadamente proyectos con baja productividad y altos colaterales. Este mecanismo refleja el hecho de que en periodos de alto crecimiento financiero suelen coincidir con fuertes desarrollos de sectores como la construcción, donde los retornos de los proyectos son relativamente fáciles de conseguir como colateral pero la productividad es relativamente baja», señalan.
Es decir, que el sector financiero tiende a asignar más recursos a proyectos en los que sea más fácil garantizar el retorno de la inversión frente a proyectos que, aunque sean menos garantizados, puedan suponer un mayor grado de innovación o aumentos de la productividad. En España, durante el periodo de crecimiento económico impulsado por la burbuja, ésta era la estructura general, con la banca y las cajas financiando proyectos inmobiliarios por todo el país mientras la productividad en relación a los países de entorno se deterioraba.
«Dado que el colateral correlaciona negativamente con la dependencia de financiación exterior, creemos que el crecimiento del sector financiero beneficia desproporcionadamente menos a las industrias con alta dependencia financiera exterior», señalan los autores del informe.
Otro de los hallazgos de estos dos investigadores es el mecanismo mediante el cual el hecho de que le vaya bien a la banca perjudica a los sectores más innovadores de una economía. Básicamente les roba espacio y recursos económicos y humanos: «Dado que el sector financiero es intensivo en mano de obra cualificada y dado que los sectores intensivos en mano de obra cualificada son también intensivos en investigación y desarrollo (aviación, informática, etc) se verán perjudicados desproporcionadamente cuanto más rápido crezca el sector financiero», explican.
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