Prolifera estos días en el Boletín Oficial del Estado (BOE) una auténtica vorágine de convocatorias para cubrir puestos en la Administración del Estado por el sistema excepcional de la libre designación. El pasado miércoles, sin ir más lejos, los Ministerios de Asuntos Exteriores, Defensa, Hacienda, Interior, Educación, Empleo, Industria, Agricultura, Economía y Sanidad publicaron órdenes y resoluciones para la promoción de funcionarios a dedo. Como puede comprobar el lector avezado, en esa lista de Ministerios están todos menos tres: Justicia, Fomento y Presidencia.
En total, 38 puestos de trabajo de la Administración del Estado serán cubiertos por funcionarios a dedo. Los Ministerios que más abusan de la libre designación, según señala el Boletín Oficial del pasado 15 de julio, son Economía y Competitividad, con ocho; y Asuntos Exteriores, con siete. Los que menos, Educación y Cultura, Agricultura y Sanidad, con uno. En medio se sitúan Empleo y Seguridad Social (seis), Hacienda y Administraciones Públicas (cuatro), Interior (cuatro), Defensa (tres) e Industria, Energía y Turismo (tres).
Desde que comenzó el año, no hay día que el BOE se abstenga de publicar convocatorias por el sistema de libre designación, habitualmente para cubrir puestos de la escala funcionarial más alta (niveles 28, 29 y 30). Todas ellas son analizadas con lupa por los representantes sindicales de los funcionarios, que sospechan –según cuentan a SABEMOS- que el Gobierno se prepara, por si pierde las elecciones, a dejar sembrada la Función Pública de militantes, afines y enchufados.
La libre designación, según establece la vieja ley de Medidas para la Reforma de la Función Pública –que data de 1984-, consiste en un sistema excepcional para la provisión de puestos de trabajo en todas las Administraciones (estatal, autonómica y local). Dicha legislación fija que en los ascensos de los funcionarios debe primar, en todo caso, el principio constitucional de mérito y capacidad, a través de concursos de promoción interna.
En el BOE del pasado miércoles, sólo un Ministerio –el de Fomento- publicó una orden para cubrir puestos por el sistema habitual del concurso. Se trata de un proceso selectivo para provisionar cuarenta plazas del Cuerpo de Ingenieros Aeronáuticos por el sistema general de acceso libre y ocho de acceso por promoción interna.
También González y Zapatero abusaron del dedo
Los representantes sindicales de los empleados públicos no han parado, durante todos los años de democracia, de denunciar que las designaciones a dedo son un escandaloso método de discrecionalidad y arbitrariedad, que desprofesionaliza la Administración, mina la moral de los funcionarios y afecta gravemente a la eficacia y eficiencia del aparato del Estado.
Según señalan los sindicatos, los ministerios abusan del sistema de libre designación cuando se acercan los procesos electorales y el partido gobernante ve peligrar su mayoría en las urnas. Ocurrió en las etapas de Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, durante 1996 y 2011, cuando cabía la posibilidad –como así fue- de que el PP les arrebatara el Gobierno.
Según las mismas fuentes, el abuso de las designaciones en la Administración del Estado no se dio en 2004 porque el entonces presidente del Gobierno, José María Aznar, y el candidato a la sucesión, Mariano Rajoy, no pensaban que el Partido Popular iba a dejar el poder, algo que sí ocurrió tras los atentados del 11-M.
Precisamente, cuando estaba en la oposición, el PP se mostraba muy crítico con el proceder de los Gobiernos socialistas en esta materia. En un duro informe elaborado por el entonces diputado del Grupo Popular Manuel Núñez semanas antes de las elecciones generales de 1996, se acusaba al Ejecutivo de Felipe González de llevar a cabo una escandalosa ocupación de puestos en la Administración.
“En vísperas electorales, brillan por su ausencia en las convocatorias de puestos de trabajo, la igualdad y el mérito”, decía el documento de Núñez.