El reciente acuerdo con Irán, por el que la antigua Persia se compromete a no desarrollar la bomba atómica a cambio de poder explotar la energía nuclear para la producción de electricidad, abre una nueva era en las relaciones diplomáticas con el país asiático. Sin embargo, no se va a producir una gran revolución en el mundo empresarial, dado que ya existían relaciones comerciales perfectamente legales, que no vulneraban ningún bloqueo o sanción internacional.
Hay algunas compañías españolas que recorren desde hace tiempo las sendas que llegan hasta Irán. Algunos de estos caminos parten de lugares como Zaragoza, donde tiene su sede la Asociación Española de Fabricantes Exportadores de Maquinaria de Construcción, Obras Públicas y Minería (Anmopyc), que ha organizado una misión comercial que viajará al país en septiembre, un evento que estaba planeado antes de que se levantaran las medidas restrictivas al comercio.
“El tema de Irán no es particularmente complicado. La única implicación que tenía hasta ahora eran las sanciones a determinados productos y personas”, cuenta al otro lado del teléfono Andrés Sáenz, que ha coordinado la organización de este encuentro.
Las sanciones a Irán no afectaban a todos los sectores. Ya estaba organizada para septiembre una misión comercial de empresas de maquinaria para la construcción
En concreto, las sanciones se referían especialmente a la importación de petróleo desde Irán y a la exportación al país de equipos que se pudieran utilizar para el enriquecimiento de uranio. Todo ello sumado a las restricciones de movimiento de capital y personas, en algunos casos.
No obstante, a lo largo de los años de crisis se produjo un levantamiento parcial.
Entre los sectores en los que ha funcionado el comercio hispano-iraní está el de la construcción, en el que se enmarca la actividad de la asociación Anmopyc. De hecho, Sáenz confirma que la obra en Irán ha sido una actividad relevante en los últimos años.
“Irán siempre ha sido potente, ha tenido unos años bastante buenos. El objeto de este viaje es comprobar si se está produciendo esta mejoría”, señala Sáenz a SABEMOS sobre la construcción en el país.
Otras empresas con presencia
“Más allá de lo que se ha podido publicar, Irán siempre ha sido un mercado importante para las empresas españolas. Ha habido otras misiones”, indica Andrés Sáenz. De hecho, el propio ICEX apoyó una misión comercial de empresas de bienes de equipo para sector siderúrgico en abril.
Según un documento de este organismo, hay 8 empresas españolas con presencia en Irán. La más conocida es Tubos Reunidos, que fabrica todo tipo de canalizaciones, por lo que su actividad se podría disparar si se tiene en cuenta que el petróleo del país podrá volver a fluir hacia Europa, quién sabe si a través de nuevos oleoductos.
El resto de empresas pertenecen también al ámbito del equipamiento industrial en diversas áreas, desde la automoción hasta las energías renovables.
Otro de los sectores exportadores de Irán es el del azafrán. A esta actividad se dedica, precisamente, otra de las compañías españolas del listado, Pina Saffron.
Foto: Flickr – yeowatzup