Suele ser un clásico en todas las campañas electorales de este país. La diferencia con años anteriores estriba en que, en esta ocasión, la subasta ha comenzado antes siquiera de la convocatoria de los comicios generales. Sin fecha todavía para la cita con las urnas, populares y socialistas se acuerdan ahora de las personas sin recursos y rivalizan por ver quién ofrece más y mejor ayuda.
El fuego lo abrió el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, quien se comprometió, si gana las elecciones, a poner en marcha lo que él llama un “ingreso mínimo vital” para los más desfavorecidos. Los socialistas están dispuestos a conceder 426 euros mensuales para atender a 730.000 familias sin ingresos y un nuevo sistema de ayudas por hijos a cargo para hacer frente a la situación de los 2,3 millones de niños que viven bajo el umbral de la pobreza.
El partido del puño y la rosa calcula que serán necesarios 6.450 millones de euros al año, seis veces más que los que destinan en la actualidad las comunidades autónomas a sus rentas mínimas, que tienen cobertura, cuantías y garantía de acceso muy variable.
La propuesta de Pedro Sánchez parece inspirarse en la propuesta de renta básica que Podemos debate desde hace meses. ¿Y qué es para el partido de Pablo Iglesias la renta básica? Un ingreso pagado por el Estado cuya cuantía debe ser suficiente para satisfacer las necesidades mínimas de subsistencia.
Consciente de que su propuesta es similar a la Podemos, el líder socialista intentó dejar claro que la oferta del PSOE no está relacionada con la renta básica universal, sino asociada a “un estado claro de necesidad y condicionado a que los beneficiarios se comprometan a aprovechar las medidas de apoyo para salir cuanto antes de esta situación de pobreza”. Pese a sus explicaciones, Pedro Sánchez no tuvo mucho éxito en distanciar su oferta de la de Podemos, pues casi todos medios titularon con que una era copia de la otra.
El ahorro en las prestaciones por desempleo
Así las cosas, el Partido Popular entró en la pugna por ver quién ofrece más medios y dinero para la lucha contra la pobreza. El vicesecretario general de Sectorial del PP, Javier Maroto, defendió que el Gobierno se va a aplicar en los próximos meses a poner en marcha su llamada “agenda social”.
Sin entrar en destalles de cómo se hará efectiva esa agenda social, Maroto anunció que los populares cuentan con 2.000 millones que estaban presupuestados para pagar prestaciones del desempleo y que ahora se podrán utilizar para ayudar a los colectivos más vulnerables. Ese dinero surge del menor gasto en esas prestaciones entre los meses de enero y mayo de 2015 con respecto al 2014, un 20 por ciento.
Unión, Progreso y Democracia también quiso entrar en la subasta electoral. El nuevo líder de UPyD, Andrés Herzog, concluyó que la propuesta del PSOE de instaurar una renta mínima vital llega tarde y es insuficiente, ya que ellos propusieron en octubre del año pasado una medida similar pero mucho más ambiciosa, con un importe un 50 por ciento superior a la ahora anunciada por los socialistas.