El partido independentista busca socios para “romper con el régimen del 78”. Intelectuales piden procesos de “confluencia” en Euskadi y Navarra.
La izquierda abertzale también busca socios en la izquierda española. Con el objetivo del cambio de “régimen” Sortu, marca de esta corriente independentista vasca, lanzaba la pasada semana una propuesta de pacto a los otros partidos secesionistas de Cataluña o Galicia aunque, por primera vez, incluía en su oferta a la “izquierda transformadora” del resto del Estado, en clara referencia a IU y a Podemos. Ninguna de estas dos formaciones ha respondido al planteamiento de esta suerte de pacto puesto encima de la mesa por el partido que dirige Hasier Arraiz, pero la propia proposición sitúa a ambas organizaciones a las que la derecha suele tratar de relacionar con el radicalismo y, en ocasiones, incluso con ETA, en una situación delicada a las puertas de las elecciones generales. Su respuesta también determinará el peso que puedan tener en el País Vasco del futuro.
Fue el Consejo Nacional de Sortu, reunido el pasado 27 de julio, el que planteó este escenario ante la que considera una “crisis del modelo político y también de Estado” a la que vincula el proceso secesionista abierto en Cataluña. En comparecencia pública, los portavoces del partido Pernando Barrena y Amaia Izko reclamaron una “ruptura democrática” para romper con el franquismo, para lo cual consideraron importante la unión de la izquierda “transformadora del Estado” al considerar que en el conjunto de España son “muchos” quienes quieren “romper con el Régimen del 78”. Su objetivo, añadían, es exigir durante ese proceso de ruptura “el respeto al derecho a decidir”.
A todos aquellos a los que se dirigía su mensaje, principalmente CUP, ERC, BNG y también IU y Podemos, les lanzaban varias advertencias. A los independentistas, explicaban, no les deben “doler prendas” por trabajar “junto a quienes quieren de verdad cambiar las cosas en el Estado español”, pero “no de cualquier manera, y no desde luego para que cualquier nuevo escenario sirva durante otros 40 años para seguir sojuzgando a los pueblos del Estado” y a sus “clases populares y trabajadoras”. También exigían una condición: “a todos quienes estén pensando en cómo ser activos para el cambio les pedimos que no planteen acuerdos ni con el PP ni con el PSOE”.
Esperan propuestas concretas
Sortu marcaba así sus líneas rojas a la izquierda española, estableciendo quiénes podrían contar con su apoyo en una próxima legislatura en la que con un nombre u otro se reeditará la coalición Amaiur –unión de la izquierda abertzale, EA, Alternatiba y Aralar– en el Congreso de los Diputados. Ahora, la pelota está del lado de esa “izquierda transformadora” que deberá decantarse y medir las consecuencias de su posicionamiento. La asunción del derecho a decidir forma parte del ideario tanto de Podemos como de IU, por lo que ambas formaciones suscriben ese objetivo de Sortu. Pero respecto al pacto, lo que en el País Vasco puede verse por el electorado de ambas como algo positivo, puede volverse en su contra en el resto de España. Así lo asumen miembros y dirigentes de ambos partidos en Euskadi, que restan importancia al planteamiento de la izquierda abertzale y que emplazan a esperar a las propuestas más concretas que se planteen en el futuro.
Este enfrentamiento ya se ha dado en las últimas semanas dentro de Podemos. La formación de Pablo Iglesias descartaba por activa y por pasiva que fuera a aliarse con la izquierda abertzale. Incluso Podemos Euskadi, donde existen importantes divergencias al respecto, evitó respaldar a EH Bildu tras las elecciones municipales y forales en distintos ayuntamientos y diputaciones para evitar perjudicar al partido a nivel estatal. Sí aceptó, en cambio, que su filial navarra pactara con la izquierda abertzale para poner fin a décadas de hegemonía de la derecha en la comunidad foral. Ante las expectativas puestas por el equipo de Iglesias para las generales parece en todo caso poco probable que el partido vaya a posicionarse a favor de esa suerte de alianza con Sortu al menos hasta que pasen las elecciones.
IU, inmerso en un proceso de confluencia en toda España, siempre ha tratado de mantener las distancias respecto a la izquierda abertzale. Si bien ha respaldado el derecho a decidir, al igual que en Cataluña, su condición de fuerza internacionalista le impide ir más allá de la mano con los que tienen la independencia de un territorio como principal bandera, y quienes aún se resisten a romper del todo con su pasado de apoyo a ETA.
«Un nuevo tiempo»
Al margen de la propuesta de Sortu, los esfuerzos por la “confluencia” de la izquierda también llegaban al País Vasco y Navarra hace apenas unos días con la presentación de un manifiesto por parte de una serie de intelectuales vascos que reclaman candidaturas unitarias de fuerzas de izquierda como EH Bildu, Podemos, Ezker Anitza (marca vasca de IU) o Equo de cara a las elecciones generales. En el texto, suscrito por profesores universitarios y activistas de diferentes causas sociales y políticas, se confiesan “persuadidos” de que “son posibles programas y candidaturas conjuntas para impulsar un nuevo tiempo político en los distintos territorios y que se constituyan en apuestas socialmente mayoritarias en Euskal Herria en las próximas elecciones generales para que confronten con una actitud proactiva y en defensa de todos los derechos para todas las personas, y las políticas contra los y las ciudadanas activadas por el PP”.
Siempre desde la defensa del derecho a decidir, estas personalidades ven la necesidad “de un cambio social” para el que reclaman “un giro radical y profundo en políticas públicas y actitudes sociales, dando por acabadas las políticas de austeridad y la utilización de la crisis para una involución social, tanto en los niveles de renta como en el empleo, los servicios públicos o los sistemas de protección”. Además, abogan por «iniciar y construir un proceso democrático en el Estado español incluyendo la construcción política de las comunidades nacionales que lo deseen», mediante «procesos constituyentes que vayan más allá de la reforma constitucional o de las reformas estatutarias y en los que se reconozca a la Comunidad Autónoma Vasca y la Comunidad Foral de Navarra como sujeto de decisión, independientemente de que en ese proceso se barajen alternativas distintas (independencia, federación o autonomía)».