Injustos, antisociales, electoralistas, tramposos, irrespetuosos, poco democráticos… Toda la oposición se despacha con duros calificativos al proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado para 2016 que el Gobierno remitió ayer al Congreso de los Diputados. Hasta Ciudadanos y Unió -posibles socios de Mariano Rajoy en el caso que el PP necesitara de sus votos para poder formar gobierno tras las elecciones generales- censuraron abiertamente la estrategia de los populares para ganar votos con las cuentas del Estado.
Es cierto que estamos en periodo preelectoral y que cualquier decisión que adopte el Gobierno será duramente criticada por sus rivales en las urnas. Pero también es verdad que pocos proyectos de ley han levantado tanto rechazo como el de los Presupuestos Generales del Estado para 2016. Y es que la decisión de adelantar la elaboración de las cuentas del Estado con la intención de presentarlas en la canícula de agosto ha soliviantado por completo a la oposición.
Todos los grupos parlamentarios son de la opinión de que no es democrático ni respetuoso con la voluntad de los ciudadanos aprobar unas cuentas que entrarán en vigor después de unas elecciones generales. El portavoz del Grupo Socialista en el Congreso de los Diputados, Antonio Hernando, se encargó de denunciar un hecho objetivo: el Gobierno del PP empezó la legislatura retrasando unos presupuestos generales por razones electorales y ahora termina haciendo lo mismo.
En parecidos términos se expresó Albert Rivera. El líder de Ciudadanos deploró que un Ejecutivo que está agotando su legislatura deje los presupuestos hechos e impida que las nuevas Cortes que surjan de las generales hagan su propia propuesta y se rijan por unas cuentas elaboradas «por un Gobierno que no tendrá que ejecutarlas, porque no va a gobernar”.
Por su parte, el diputado de Unió Democràtica en el Congreso Toni Picó consideró que la presentación del proyecto de ley tiene por único objetivo ganar votos para el PP y no reactivar la economía, ni crear trabajo, ni contribuir al estado del bienestar y sobre todo “no servirán para mejorar la financiación de las comunidades autónomas”.
Mientras tanto, el portavoz económico de la Izquierda Plural en el Congreso, Alberto Garzón, adelantó el rechazo de su grupo parlamentario al proyecto de Presupuestos porque considera que avanza en la senda errónea de la austeridad seguida por el Ejecutivo de Rajoy.
Las trampas del Presupuesto
Para todos los grupos de la oposición, la nota dominante de los Presupuestos es que son tramposos, porque se basan en en premisas y bases falsas. En concreto, el portavoz del Grupo Socialista apuntó que parten de un cumplimiento de un objetivo de déficit que no va a tener efecto, debido a que, seguramente, terminaremos 2015 en torno al 5 por ciento.
Además, según los socialistas, las cuentas del Estado ofrecen cifras que no se van a cumplir, como el aumento de ingresos tributarios, que se establece en el 6,2 por ciento cuando ahora se crece en torno a 3,6 puntos del PIB.
Ciudadanos, por su parte, cuestiona que el Gobierno presuma de subir las pensiones cuando sólo crecerán en un 0,25 por ciento -el mínimo legal-, un incremento que ni siquiera equivale al aumento del coste de la vida: «Rajoy nos vende una subida cuando realmente es una bajada”, señaló ayer Albert Rivera.
El líder de C’s cuestiona que las pensiones no suban más si España va tan bien como se dice desde el Gobierno: “Una de dos, o España no va tan bien, que es probable, o alguien nos está vendiendo la moto de un resultado que no es el que esperábamos”.
Por su parte, Unió critica el recorte del 21 por ciento en las prestaciones por desempleo, que es, en su opinión, un dato sorprendente, sobre todo cuando se tienen indicios que apuntan a que el año que viene el paro se va a situar alrededor del 20 por ciento de la población en edad de trabajar. “Lo que debería hacer este Gobierno es buscar el alma social de estos presupuestos, que no persiguen en ningún caso el bienestar social de las personas”, sostiene el democristiano Toni Picó.
“Las cuentas del Estado, atadas y bien atadas”
También coincide toda la oposición en equiparar al partido en el Gobierno con ciertos tics franquistas. En concreto, el PSOE y Ciudadanos hablaron de la similitud que existe, en su opinión, entre la estrategia del PP con los Presupuestos y el interés del antiguo dictador por dejar “cosas atadas y bien atadas” antes de su muerte. En opinión de los socialistas, “dejar todo atado y bien atado en España ya tiene copyright y normalmente sale mal”.
Por su parte, Ciudadanos cree que el Gobierno de Rajoy no confía en ganar las elecciones generales, porque de lo contrario no hubiera necesitado el adelanto presupuestario. Según Albert Rivera, “Rajoy quiere dejar atado y bien atado el Presupuesto porque sabe que quizás, tras los comicios, no consiga formar gobierno”.
Por último, la oposición cree que los Presupuestos tienen una elevada carga ideológica. “Tienen ideología pura y dura de la derecha y castigan a las rentas medias y bajas. Sólo benefician a ese 10 por ciento que más tiene”, dijo el portavoz socialista.
Por ello, Antonio Hernando adelantó la intención del PSOE de presentar una enmienda de totalidad y, después, muchas enmiendas al articulado, con las que su grupo buscará corregir el carácter antisocial de esas cuentas, al tiempo que abogó por congelar el sueldo de los altos cargos, que subirán el uno por ciento, como el de los empleados públicos.