La tarifa por el establecimiento de llamada en telecomunicaciones móviles se ha encarecido en un 44% en 8 años, pasando de 14 a 20 céntimos: y de los 6 céntimos de incremento, sólo 0,75 son consecuencia de las dos subidas del IVA aprobadas en 2010 y 2012.
Hasta 2007, la tarifa por el inicio de cada comunicación era de 13,92 céntimos (12 más el 16% de IVA). En marzo de ese año, las compañías lo subieron a 17,40 céntimos (15 más el 16% de IVA) para compensar las cantidades que dejarían de ingresar por la eliminación del redondeo al alza ilegal que venían aplicando en la facturación de las llamadas.
En julio de 2010, la subida del IVA aprobada por el Gobierno de Zapatero provocó que el establecimiento de llamada se situase en 17,70 céntimos (15 más el 18% de IVA). En septiembre de 2012, el Ejecutivo de Rajoy volvió a subir el IVA, lo que hizo que la tarifa se pusiese en 18,15 céntimos (15 más el 21% de IVA).
En febrero de 2015, Movistar subió el establecimiento a 20 céntimos (16,53 más el 21% de IVA). Vodafone aplicó el mismo al incremento en abril, Orange ha anunciado que lo hará desde el 22 de agosto con su tarifa Colibrí y Yoigo repercutirá la subida a partir del 15 de septiembre. Por su parte, en julio Euskaltel aplicó una subida aún mayor, situando su establecimiento de llamada en 24 céntimos (19,83 céntimos más el 21% de IVA).
Resulta interesante cruzar esta subida de tarifas con las consecuencias de la bajada de los precios mayoristas que entró en vigor en julio de 2013. En esa fecha la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CMMC) impuso un recorte el 73% en las tarifas de interconexión o terminación móvil (lo que cobra un operador a otro operador por terminar las llamadas en su red), que pasaron de los 4,84 (4 más IVA) vigentes desde mediados de 2012 a situarse en 1,3189 céntimos por minuto (1,09 más IVA). Desde 2006, la CMT (y ahora la CNMC) viene aplicando estas bajadas, denominadas glide path, por imposición de Bruselas.
Si tomamos como referencia una comunicación de 2 minutos (en torno a la media) y la tarifa de establecimiento de 17,70 céntimos, desde que entró en vigor la última bajada en las tarifas de interconexión las compañías comenzaron a ganar un 88% más que antes en las llamadas a clientes de otros operadores. Con la tarifa de terminación vigente hasta julio de 2013, la compañía se quedaba con 8,02 céntimos y pagaba 9,68 al operador de destino; tras esa fecha y antes de la subida del establecimiento, se quedaba con 15,06 céntimos y abonaba 2,64 al otro operador.
Con la subida del establecimiento de llamada a 20 céntimos, el aumento de los beneficios en las llamadas a móviles de otros operadores es muchísimo mayor. Así, en una comunicación de 2 minutos con una tarifa en la que se paga el establecimiento y 0 céntimos por minuto, las operadoras pasan a ganar un 116% más que antes de julio de 2013, ya que se quedan con 17,36 céntimos frente a los 8,02 de entonces.
Pero ojo, porque el argumento de que la bajada de las tarifas de interconexión ha provocado a las compañías un aumento de sus beneficios por las llamadas destinadas a otros operadores también tiene su reverso: han disminuido sus ingresos mayoristas por las llamadas a sus clientes realizadas por usuarios de otras compañías.
En resumidas cuentas, cuanto menor es la cuota de mercado del operador, más se ha visto beneficiado por la bajada en las tarifas de interconexión, ya que mayor porcentaje de llamadas están dirigidas a clientes de otras compañías. Según los datos del Informe Económico de las Telecomunicaciones y del Sector Audiovisual 2014 de la CNMC, durante el año anterior en el caso de Movistar las llamadas a móviles de otras compañías (llamadas off-net) representaron el 34,4% del tráfico de llamadas, en el de Vodafone el 37,3%, en el de Orange el 43,8% y en el de Yoigo el 63,5%.
¿Por qué sube la tarifa de establecimiento?
Hay varios motivos por los que las compañías pueden haber decidido aumentar la tarifa por el inicio de cada comunicación.
El primero podría responder a una estrategia de Movistar y en menor medida, Vodafone, para recuperar la bajada de ingresos que les ha supuesto el glide path por el tráfico de llamadas entrantes provenientes de usuarios de otras compañías.
Pero esa excusa pierde peso con Orange y ni que decir tiene en el caso de Yoigo. Siguiendo este argumento, ambas compañías más bien deberían haber bajado sus tarifas a los usuarios como consecuencia del enorme aumento de beneficios por el tráfico entrante que le ha supuesto el glide path. Las causas de que no lo hayan hecho también son para todos los gustos: desde que la mayoría de usuarios sigue sin fijarse en el establecimiento como elemento para comparar tarifas hasta que la subida para igualarlo a 20 céntimos fuese una estrategia acordada en secreto por los grandes operadores como se sospechaba que ocurrió en marzo de 2007, cuando lo fijaron en 17,40 céntimos.
El segundo motivo por el que se ha podido producir el encarecimiento del establecimiento es el interés de las compañías por desincentivar la contratación de planes de precios en los que se paga por cada llamada frente a los que implican bonos por un determinado número de minutos de conversación o tarifas planas. Los segundos garantizan a las operadoras unos ingresos muy superiores al consumo mínimo mensual al que obligan las primeros.
En definitiva, es posible que la nueva subida del establecimiento de llamada pretenda ser el meteorito que extinga, o al menos minimice, a los dinosaurios en los que las grandes compañías han convertido los planes de tarifas móviles donde se paga por cada llamada.
Y es que los principales operadores están centrando su estrategia comercial en convencer a los usuarios de que contraten ofertas paquetizadas que suman telefonía, tanto fija como móvil (con tarifa plana en la primera y bono de llamadas o tarifa plana en la segunda), conexión a internet, de nuevo fija y móvil (en este caso con bonos de Mb o Gb) y televisión.
Recordemos que hace solo unos años, el precio por minuto era superior al del establecimiento de la comunicación, que pasó a estar por debajo de aquél gracias a la llegada de Yoigo y los operadores móviles virtuales (OMV). Después, las compañías comenzaron a ofrecer planes de precios donde solo se paga establecimiento (las tarifas de 0 céntimos/minuto), que se convierte por tanto en el importe de la comunicación completa, dure lo que dure. Planes que pasaron a convivir (y hoy a coexistir) con los bonos de llamadas y las tarifas planas.
Imagen | Flickr – Garry Knight