Las declaraciones inapropiadas, los tuits de épocas pasadas y la mala baba de algunos ha servido para sacar los colores a más de un político. Esto ha desencadenado en el borrado de tuits, además la creación de cuentas de Twitter capaces de recordarnos que todos cometemos errores.
Politwoops y Diplotwoops eran dos perfiles de Twitter que recopilaban tuits borrados por políticos buscando dar transparencia y visibilidad a las declaraciones que habían hecho y de las cuales después parecían haberse arrepentido. Y ese eran, en pasado, es porque la compañía del gorjeo ha decidido terminar con estas cuentas (fue en mayo cuando caía Politwoods, y ahora le ha tocado el turno a Diplotwoods), que permitían a los ciudadanos conocer las meteduras de pata y errores que cometen los que gobiernan o aspiran a gobernar.
Pero la cosa no termina aquí, pues la cuenta estadounidense Politwoods se había desarrollado con el objetivo de mostrar un gobierno más transparente. Era un perfil al que ciudadanos y periodistas acudían para conocer lo que decían los políticos en Twitter, y no perderse ni una sola de sus publicaciones, especialmente si habían sido borradas.
No había ninguna intención de ridiculizar a la persona que se equivocaba, pues también aparecían tuits con errores ortográficos y el tiempo que se había tardado en rectificar, aunque quizá el mayor interés lo generaban las publicaciones que relacionaban al político con temas o sectores no apropiados.
Un ejemplo de esto lo encontramos en Ars Technica que señala cómo los políticos habían borrado sus elogios hacia Bowe Bergdahl, un soldado tomado como rehén en Afganistán, después de haber sido acusado por deserción.
Los motivos que alegó Twitter para cerrar el perfil era que violaba sus políticas para desarrolladores, sin embargo, a pesar de la suspensión de la versión estadounidense de Politwoops, la cuenta sigue funcionando en 30 países, entre los que se encuentra España.
¿Y si esto pasa en España?
Acabamos de decir que aquí, en España, sigue estando operativa la página que recopila tuits eliminados de políticos, partidos y medios de comunicación. Pero, ¿qué pasaría si también se suspendiese su servicio? La respuesta: que los defensores de la transparencia y la censura saldrían con los brazos en alto a reclamar sus derechos.
No hablariamos de páginas que recopilan tuits borrados si se reconociesen los errores
Los casos de corrupción han tomado el protagonismo de telediarios y periódicos, y en más de una ocasión implicaban a algún que otro político, por ello montar en cólera ante una medida que se traduce en falta de transparencia no es nada raro. Podríamos decir que es normal, igual que normal debería ser reconocer los errores, pues no existe la necesidad de borrar un tuit, tan solo de pedir perdón y rectificar cuando es necesario (todavía no nos cobran por tuit publicado). Aunque claro, viendo lo que paso con Guillermo Zapata, al que un tuit en clave de humor negro le costó su puesto de trabajo, ¿quién iba a arriesgarse a pedir disculpas existiendo el botón de ‘borrar’?
Desde el momento en que accedes a tener una cuenta en una red social sabes que aquello que publiques o compartas pasa a ser de dominio público, eso significa que las cosas no pueden hacerse sin pensar, que el uso de sentido común es clave y que errar es de humanos. Pero parece ser que estas tres premisas no se comprenden siempre, lo que desencadena en el borrado de tuits en lugar de en la rectificación.