Tras las intervenciones institucionales y los operadores de telefonía, ha sido Indra la primera en romper el hielo de la mano de su directora general, Emma Fernández, que ha situado a la economía digital dentro de un cambio en su misma esencia.
En primer lugar, Emma Fernández ha destacado que ya no se debe hablar de «economía digital», sino que atendiendo a los cambios que se están llevando a cabo, hay que empezar a hablar de «economía conectada«. En este aspecto, y poniendo como ejemplo la labor de Indra, ha señalado que todos estos cambios no son «flor de un día», y que la realidad advierte de que los cambios se están produciendo en estos momentos.
No obstante, dentro de su ponencia, hubo algo que llamó la atención. Y es que la directora general de Indra destacó que actualmente habría 75 millones de puestos de trabajo que no son cubiertos debido a una falta de formación en el ámbito tecnológico.
En este sentido, y abordando los cambios que necesita la industria digital, ha manifestado que Estados Unidos sigue llevando una ventaja considerable a Europa, y por lo tanto será muy importante perfilar de manera eficiente una gobernanza a nivel de regulación y responsabilidad. Asimismo, aspectos como la privacidad y confianza es serán cuestiones fundamentales dentro del crecimiento del entramado digital.
Un escenario distinto
En el contexto cambiante al que se enfrentan las empresas, Emma Fernández ha destacado la crisis en la que vivimos que ha puesto de manifiesto que los recursos son escasos, y que los modelos de compartición están ganando peso en la economía. Para ello ha hecho un llamamiento en que todos los sectores deben transformarse.
En este sentido ha puesto en foco en las caídas en Bolsa este verano de las grandes empresas tecnológicas, lo que es un aviso de que las cosas están cambiando. Por ejemplo ha dado un dato: más de un 60% de mercado ahora se va en hardware, que prima sobre el software. Con ello ha abierto otro debate en torno a la conectividad y su uso: ¿Los objetos terminarán tomando decisiones?
«Desde Indra vemos el futuro con optimismo», ha matizado su directora general. En ese sentido, ha añadido que la «la sociedad ha tomado la tecnología en una fase muy temprana. El siguiente aspecto que debemos trabajar es definir la estrategia de la industria 4.0 y conectada». Para ello insiste en que «hay que adaptarse mejor a los tiempos en los que estamos. Los clientes no quieren demostraciones teóricas, quieren ver cuestiones prácticas»
«En Indra llevamos trabajando en el ‘internet de las cosas’ desde hace muchos años. Esto nos lleva a ver que tenemos clientes dispuestos a empezar plenamente con este desarrollo. Así, serán las pymes quienes mayor se beneficien del IoT«, ha puntualizado Emma Fernández sobre lo que será el futuro de las empresas conectadas.
Un año difícil para Indra
Por otra parte, y en el plano corporativo, no está siendo un año fácil para Indra. A principios de agosto se confirmó que habrá un importante ajuste dentro de su plantilla. De esta forma, los sindicatos alcanzaron un acuerdo sobre el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que contempla, entre otras medidas, la extinción de hasta un máximo de 1.750 puestos de trabajo durante un plazo que finalizará el próximo 31 de diciembre de 2016, lo que supone aproximadamente el 8% del total de la plantilla en España.
En este sentido, la totalidad de los costes del procedimiento serán asumidos por la empresa, que en su momento precisó que el acuerdo alcanzado con la mayoría de la representación legal de los trabajadores y sujeto a su ratificación pone fin al proceso de negociación del procedimiento de despido colectivo iniciado el pasado 7 de julio.
Toda esta reordenación se enmarca dentro de las acciones presentadas el pasado 8 de julio como parte del Plan Estratégico 2014-2018 y que implica, entre otras medidas, un objetivo de ahorro de costes de 120 millones de euros por reestructuración organizativa principalmente en España y Latinoamérica.
Así, la ejecución del plan en Latinoamérica ya se ha iniciado en el segundo trimestre de 2015, mientras que la ejecución del plan en España se concentrará principalmente en el cuarto trimestre, quedando una parte para realizar a lo largo de 2016. Por tanto, la mayor parte de los ahorros anuales se consolidarán a lo largo de 2016, según tiene planeado la compañía.