Tal día como hoy, Canal+ emitió su primer partido de Liga… y ya nada volvió a ser igual, por suerte.
El 2 de septiembre de 1990, a las 19:00, miles de aficionados al fútbol rezaban para que a alguien se le olvidara apretar un botón. Pero no: apenas un par de segundos después de que Rodax y Manolo sacaran de centro, la señal se codificó. Aquel Valencia 1 – Atlético de Madrid 1 disputado en el Luis Casanova hace hoy 25 años fue el primero de los cientos de partidos de Liga que desde entonces ha transmitido Canal+, la cadena que cambió el modo de ver el fútbol en España. Y no sólo por su realización y comercialización.
Si la televisión privada era una novedad que ni siquiera cubría aún toda España, no digamos ya la de pago. Las dos grandes apuestas del Grupo Prisa para atraer abonados a su nueva cadena fueron el cine y el fútbol. Pero no cualquier cine ni cualquier fútbol: películas de estreno en televisión y partidos de Liga los domingos por la tarde, en plena jornada, y con un despliegue nunca visto. Algo revolucionario.»Nuestra intención es convertir cada partido en la final de la Copa de Europa”, se propuso Alfredo Relaño. El primer director de deportes de la cadena apostó por un realizador, Víctor Santa María, fichó el equipo de realización de Televisión de Galicia y montó un dispositivo con 14 cámaras, el doble de lo habitual, más incluso de las que se usaban en acontecimientos especiales.
“Según mi criterio, el fútbol es todavía el espectáculo favorito de los españoles”, decía Relaño casi con timidez, como si hablara de un pasatiempo en decadencia y no de una industria en crecimiento exponencial. Hace sólo unas semanas, en un artículo en ‘El País’, él mismo recordaba que los derechos televisivos de aquella primera Liga (6.750 millones de pesetas) se han multiplicado por 30. Poco después, Canal+ adquirió también la Liga italiana, a la que envolvía entonces un halo de glamour: Maradona, el Milan de los holandeses, el Inter de los alemanes… Canal+ se refería a ella como “la Liga de las estrellas”, pues aún quedaba un lustro para que el dinero de las televisiones importara ese título para al campeonato español.
La innovación de Canal+ no vino sólo dada por la técnica o la exclusividad. Aquellas primeras temporadas dejaron huella por su labor periodística e incluso didáctica. El larguísimo previo desde el estadio no tenía precedentes. Durante una hora se emitían reportajes, encuestas entre aficionados, entrevistas… Había un reportero en el palco y otro a pie de campo. Sobre el césped, las jovencísimas promesas locales amenizaban la espera buscando los ángulos de la portería en un ‘Concurso nacional de toque’, o ‘Goli-Gol’. Una serie de vídeos explicaba las 17 reglas del fútbol, con ejemplos prácticos como el genial penalti de Johan Cruyff. Esta tarea pedagógica tuvo una proyección aún mayor en el programa ‘El día después’, que además se emitía en abierto y no tardó en convertirse en el mejor spot de Canal+. Muchos aficionados que empezaban a asomarse al fútbol aprendieron así lo que era la ‘Folha seca’ o el penalti de Panenka. Se explicaban nociones tácticas en una pizarra cibernética y un grupo de reporteros grababa imágenes sorprendentes en los estadios que nutrían ‘Lo que el ojo no ve’, quizá el icono de toda aquella frescura. De repente, el fútbol no acababa en la Liga y era algo más que noticias y goles. Tenía profundidad, una historia y una cultura propia que convenía conocer. Si es usted capaz de escuchar la partitura de Jerry Goldsmith para Desafío total y no imaginar unas letras centelleantes sobre fondo rojo, sino un grupo de jóvenes en chándal bajando de un autobús, sabrán de qué les hablo.