La sociedad demanda transparencia. Los políticos están en ese punto de mira como grandes protagonistas, pero las empresas no van a la zaga. En ese contexto, el de ofrecer transparencia, surgió Rastreator para comparar y ofrecer a sus usuarios el mejor precio por un producto o servicio, aunque no a todos les parece tan buena idea.
“Llevamos siete años en el mercado, pero montar Rastreator fue una odisea”, así lo cuenta Elena Betés, CEO y fundadora de Rastreator, que ha hablado con SABEMOS para abordar asuntos como la reacción de las empresas cuando son comparadas directamente con otras, pero también cómo afrontan los usuarios una sociedad donde todo es más cómodo y parece que ya no hay un razonamiento crítico en las decisiones de compra, ¿o sí?
Rastreator es uno de los comparadores de precio más populares del mercado. Y aunque sea curioso, su mascota tiene mucha importancia en dicho reconocimiento. Su labor es muy simple. Un usuario entra, pide lo que quiere comparar, ya sean seguros, tarifas de teléfono o hipotecas (u otras cosas), y Rastreator se lo muestra. Si compra el servicio, estos se llevan una comisión y ese es del modelo de negocio.
¿Aquí quién gana? Parece que ambas partes. Los futuros clientes adoran su tiempo por encima de todo. Incluso más que sus propios ombligos. Por eso, si un portal de internet les ofrece mascados comparativas de precios fiables. No hay más que hablar. Este es el punto en que Elena Betés sonríe al ser preguntada por el feedback de las empresas. “La primera reacción que obtienes, generalmente, es un yo no voy a participar, o no estoy cómodo”. La transparencia no gusta, y la transparencia absoluta desagrada absolutamente. Además, Elena asegura que ellos trabajan por mostrar precios sin IVA y ajustados al coste final del producto. Es más, se muestra muy tajante y dice que les da igual lo que prefieran las empresas, Rastreator es así.
Recuperada la sonrisa, Elena asegura que ellos hacen su trabajo, la gente termina confiando en su labor, las visitas crecen, las compras a través de Rastreator aumentan, y “al final la empresa se da cuenta de que las personas van a ese canal de información y entonces se ven obligados a estar”. Asegura que no todos terminan de estar cómodos, “pero son las nuevas reglas del entorno digital, y hay que adaptarse cuanto antes”.
Al final se trata de aprender y terminar conociendo la necesidad de los usuarios. Al menos así lo ve Elena, ya que afirma que con el paso del tiempo las empresas son conscientes de los beneficios, y lo que al principio es incomodidad, luego se transforma en una interesante sinergia.
En Rastreator no se aceptan banners para que una empresa salga mejor posicionada
Antes de entrar en temas amables, Elena tiene que pasar por el aro de las críticas. Rastreator, como cualquier empresa muy ligada a internet, tiene un ejército de trols y apasionados de meter el dedo en la llaga. Por eso, es recurrente acusarles de que favorecen a algunas empresas sobre otras en las comparativas.
“No aceptamos banners, ni peticiones de las empresas por salir mejor posicionadas”. De nuevo la sonrisa que Elena tiene que quedar aparcada. “Nosotros siempre ordenamos por criterios objetivos. Ni ponemos estrellas ni nada parecido, solo cifras. Simplemente nos dedicamos a fijarnos en bases y contratos, y para nada tomamos partido, solo damos la información”.
Asegura que están abiertos a trabajar con cualquier empresa, y es más, deja claro de forma tajante que todas tienen las mismas condiciones (y mismo trato) una vez que pasan a ser comparadas.
El sector de los comparadores de precio es ultracompetitivo, pero es lógico
Toca hablar de la competencia. Pero eso tampoco es motivo para que la sonrisa de Elena desaparezca. De hecho, encuentra lógico que ahora mismo exista un contexto ultracompetitivo en el segmento de los comparadores.
Esto vendría derivado de la forma natural en que las personas buscan las cosas. Al final se trata de elegir entre una o más opciones, y por lo tanto si existe una herramienta que ya lo hace, pues un trabajo menos. De hecho, la fundadora de Rastreator insiste en la idea. Cree, además, que un comparador ofrece una manera racional de búsqueda a lo que está acostumbrado una persona, por lo tanto es un negocio que puede ser apetecible. Y no solo eso, también asume que aparecerán nuevos comparadores, y no solo generalistas, sino de nicho: que comparan productos muy concretos sobre un servicio especializado, como por ejemplo puede ser envíos de paquetes entre otras las empresas que envían paquetes.
La sociedad se está acomodando, ahora todo está a un golpe de click
Elena habla de pregunta “casi filosófica”, pero es solo una observación. ¿No nos estamos haciendo vagos con todo tan fácil? ¿Si me dan los precios, para qué voy a buscar más? La CEO de Rastreator está solo convencida a la mitad. Cree al final un comparador solo refleja lo que existe en el mercado, y que por lo tanto se trata de crear una herramienta útil, nada más.
Aunque después de reflexionar un poco, vuelve sobre sus pasos y termina por reconocer que “la sociedad igual se está acomodando. Un ejemplo es que ahora se exige de inmediato lo que antes nos podía llevar hacer varias semanas. Y todo eso a un golpe de click”. Pese a decir esto, vuelve a su posición inicial: “Estamos incrementando nuestras exigencias a la hora de tomar decisiones. Eso no es bueno, ni malo”.
Ante este paseo en círculo sobre si de verdad somos más vagos o no, al final Elena recurre a los datos para afirmar que “es un error pensar que la gente coge lo más barato y no hace un esfuerzo de elegir producto. Ahora lo que tiene es más tiempo para determinar. De hecho, más de la mitad de la gente en Rastreator no coge el producto o servicio más barato”. Y no solo eso, también asegura que “hay un tiempo de permanencia en web muy importante, por lo que se demuestra que los usuarios se leen e informan”.
Una vez que Elena llega a la conclusión de que en realidad los usuarios no son tan cómodos, advierte de que “si no hubiera cierta exigencia solo venderíamos primeras posiciones o lo más barato, y no es así”. Aunque para terminar, y pareciendo que de verdad sí tenía algo de filosófica la pregunta, termina diciendo que “nuestro nivel de exigencia ha aumentado tanto, que sí, casi se podría decir que nos estamos maleduando”.
Si crece el consumo, crecerá Rastreator
Ahora hay que hablar de futuro. En este asunto Elena lo tiene muy claro. Su futuro irá ligado a al de la economía española. “En la medida en que crezca el consumo a nosotros nos viene bien. Advierte de que en este momento de la conversación se debe matizar que es optimista patología, y de igual modo tiene esa visión en Rastreator.
“Creemos que la pendiente de crecimiento será hacia arriba”. No obstante, pese al convencimiento de las cosas irán todavía mejor de lo que marchan ahora, Elena afirma orgullo que parte de su éxito llegará debido a la estrategia que han llevado de abrir varios nichos. Ya no solo hay seguros o telefonía. Coches, energía, viajes… las opciones para generar ingresos se han multiplicado. Ahora solo hay que esperar a que los usuarios quieren comparar y luego comprar.
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