Tras más de 3 años con televisores 4K en el mercado, la ultra alta definición todavía tiene mucho camino por recorrer hasta ofrecer una propuesta consolidada para los consumidores. Por el momento, faltan contenidos pero también redes que sean capaces de distribuirlos.
“Ahora mismo, la mayoría de las redes no están preparadas para el 4K”, ha alertado el presidente de la división de Productos y Soluciones de la multinacional china Huawei, Ding Yung. Los contenidos existen en lugares como YouTube, ha matizado, pero un vídeo en 4K puede tardar 8 segundos en cargarse, incluso si se dispone de una conexión tremendamente rápida, lo que no es aceptable en la opinión de este directivo.
El despliegue de las redes necesarias puede llevar su tiempo, aunque en España se podría completar en menos de 5 años, según los cálculos de este ejecutivo. Eso deja un lapso de alrededor de 8 años, desde las primeras emisiones de pruebas, en el que las televisiones han llenado las estanterías de las tiendas de electrónica sin mucho que ofrecer a los compradores. O peor: se han quedado en los salones de los consumidores, muertas de risa, esperando algún vídeo que reproducir a la altura de sus posibilidades.
La oferta, de hecho, no ha crecido demasiado. Por el momento se pueden encontrar algunos recopilatorios de vídeos de demostración y unas cuantas películas remasterizadas que se comercializan. En lo que respecta a las emisiones de televisión, sólo la tecnología satelital puede ahora mismo permitirse el lujo del 4K, algo que de poco sirve en un país tan pegado a la TDT convencional -y gratuita, siempre gratuita- como España.
YouYube y Netflix sí ofrecen contenidos en 4K. El problema es la conexión a internet.
La tercera pata de la distribución es el streaming, en el que YouTube y Netflix –que llega a España el mes que viene– sí están ofreciendo contenido en ultra alta definición. El problema es que la conexión a internet ha de ser muy rápida para poder ver los contenidos con fluidez.
Esto contrasta con las exposiciones que se ven en los apartados de tecnología de los supermercados, ha dicho Ding Yung, donde se pueden encontrar televisores 4K que no son tan caros. “Más baratos incluso que mi teléfono”, ha destacado el directivo de Huawei.
Una apuesta común
Para que el 4K cristalice como un estándar de mercado generalizado es necesario “que toda la industria trabaje conjuntamente”, ha afirmado Ding Yung.
En este sentido, no sólo las compañías de telecomunicaciones han de aunar esfuerzos sino que han de aliarse también con los proveedores de contenidos que viajan por las redes (los servicios conocidos como over the top, OTT), por mucho que en ocasiones sus intereses sean contrarios.
“Los servicios OTT son competidores en algunos casos con las compañías de telecomunicaciones, pero a veces también son socios. Si tuviéramos una mayor cooperación, los proveedores OTT podrían distribuir contenidos de gran calidad”, ha resaltado.
La regulación
El marco legal que regula las inversiones en telecomunicaciones es determinante para poder desplegar una red consistente. Tanto es así, ha advertido el directivo de Huawei, que la regulación es el auténtico “cuello de botella” que impide que los desarrollos tecnológicos lleguen al consumidor final.
En Europa existen unos costes muy elevados para la instalación de fibra de gran velocidad hasta el hogar, lo que se debe a que no existe una regulación que favorezca las inversiones, según Ding Yung. Por ese motivo, ha añadido, el viejo continente se encuentra en una situación atrasada con respecto a Corea o Singapur: “Creo que Europa no puede desplegar una buena red de fibra óptica ni tampoco una buena red de banda ancha móvil”.
Foto: Flickr – Kārlis Dambrāns