El Gobierno cubano quiere captar casi 2.000 millones de euros de inversión extranjera para levantar una veintena de hoteles y busca cadenas internacionales para gestionar otra treintena más. Los grupos hoteleros españoles se preparan para pelear por estos proyectos y por otros en la isla. ¿Todos? No.
Y es que una de las grandes hoteleras españolas no se siente tentada de volver a Cuba. Riu es una de las mayores hoteleras volcadas en el negocio vacacional, con una enorme presencia en todo el Caribe, con ambiciosos planes de expansión para crecer en la región… Y sin embargo, el boom inversor que se ha abierto en Cuba no le llama la atención.
Hasta hace apenas cuatro meses Riu explotaba un hotel en Cuba, en Varadero. Pero a principios de año decidió no renovar el contrato de gestión que tenía con el grupo público cubano Gaviota y que expiraba el 30 de abril. Y con ello el grupo hotelero mallorquín salió del mercado cubano. Y a pesar del auténtico fervor inversor que se ha generado en el sector turístico español para aprovechar las oportunidades que se abren en Cuba, la familia Riu de momento no parece dispuesta a volver a aventurarse con nuevos proyectos en la isla.
“Hace unos meses que la empresa tomó la decisión de no tener presencia en Cuba porque no se encontraba entre sus destinos prioritarios de expansión”, explican a SABEMOS fuentes de la compañía. “Riu tomó la decisión, en conjunto con la propiedad del hotel, de terminar el contrato de gestión de su hotel Riu Varadero, y al ser el único hotel que operábamos en el momento, dejamos también el destino”. Sin más.
Dos modelos que no encajan
Pero el trasfondo de la decisión de no seguir en Cuba, y no mostrar el interés desmedido que tienen sus competidores patrios por crecer en ese mercado, pasa por la incompatibilidad del modelo cubano con el propio modelo de Riu. “Lo cierto es que el éxito de nuestra filosofía de negocio se basa en la fuerza que nos da construir y operar nuestros propios hoteles”, apunta un portavoz de la cadena.
Riu apuesta mayoritariamente por la construcción de sus propios complejos turísticos y por mantener la propiedad de los mismos (el 75% de su oferta de establecimiento lo es en propiedad). Y para crecer en Cuba -incluso ahora que tantas ventajas fiscales se ofrecen al inversor extranjero- todo pasa por el Estado, a través de sociedades mixtas, de contratos de gestión… pero no se da la posibilidad de liderar la construcción, el diseño y la propiedad de los inmuebles que se levantan en la isla. Y eso, de momento, a Riu no le cuadra.
“Nunca descartamos nuevos destinos atractivos sobre todo cuando Cuba se está abriendo al mundo y que además ofrece una gran belleza natural, una cultura única en el mundo y que gusta mucho al turista norteamericano y europeo”, dicen fuentes del grupo. Pero al menos de momento no hay ningún plan para aprovechar la apertura económica y los nuevos vientos diplomáticos con Estados Unidos que corren en Cuba.
Riu sí tiene planes para seguir creciendo en los mercados en los que ya está presente en Caribe. Acaba de abrir su segundo hotel en Aruba y también se ha estrenado en la isla de Saint Martin con otro establecimiento, y en 2016 abrirá un nuevo hotel en Punta Cana (República Dominicana). La compañía dirigida por Carmen y Luis Riu también busca oportunidades para ampliar su presencia en México (donde ya cuenta con 10 hoteles en Caribe y otros 7 en la costa del Pacífico) y continuará con las renovaciones de hoteles que ya tiene en cartera, como ya está haciendo con varios de sus hoteles en Aruba, Jamaica y México.
Cuba seduce con ventajas fiscales
Cuba ha emprendido un proceso de “actualización” de su economía. Una suerte de reinvención de su modelo estatalizado para dar una presencia creciente a la iniciativa privada (relativamente, al menos) y, sobre todo, para captar inversión extranjera para impulsar la economía de la isla. Un cambio de rumbo económico que se produce en mitad de la reanudación de las relaciones con Estados Unidos, de la salida de Cuba de la lista negra de países que patrocinan el terrorismo y de los primeros pasos hacia un eventual levantamiento del bloqueo norteamericano.
Y el caramelo con que el Gobierno de Raúl Castro quiere atraer a esos inversores internacionales pasa por unas generosísimas ventajas fiscales. Las compañías extranjeras quedan exentas del pago de impuestos por el beneficio generado durante los primeros ocho años. Transcurrido ese plazo de exención, no tributarán al tipo general de las empresas cubanas –del 30%-, sino que lo harán a uno reducido del 15%. Y, además, tienen libertad para repatriar sus ganancias sin problemas. En definitiva… una bicoca. Compañías españolas de muy distintos sectores (construcción, alimentación, energías renovables, industria, tecnología…) estudian la hoja de ruta del Gobierno cubano en busca de oportunidades concretas para desembarcar en la isla. Y los grupos hoteleros españoles, que actualmente gestionan más del 80% de las habitaciones de Cuba, analizan el medio centenar de proyectos turísticos que quiere impulsar el Ejecutivo de Rául Castro.
Cuba quiere 21.100 nuevas habitaciones
Entre hoteles y residencias de nueva construcción, el Ministerio de Turismo espera sumar gracias a la inversión foránea un total de 21.100 nuevas habitaciones a la planta de la isla, según se recoge en Cuba. Cartera de oportunidades de inversión extranjera, un documento que se ha convertido en referencia de consulta permanente en muchos despachos de compañías españolas [ver aquí el documento completo y aquí el apartado específico sobre proyectos de turismo].
Cuba trata de captar casi 2.200 millones de dólares (unos 1.900 millones de euros) para la construcción, durante los próximos cinco años, de un total de 17 nuevos hoteles repartidos por toda la isla, siete villas de residencias turísticas y dos macrocomplejos de turismo de golf. En paralelo, el Gobierno cubano busca compañías hoteleras internacionales para gestionar y explotar un total de 33 hoteles que ya están construidos (un total de 14 establecimientos) o que están en proceso de construcción (los 19 restantes, cuyas aperturas se reparten entre 2016 y 2018) por toda la isla, también en destinos maduros como La Habana y Varadero. [Ver aquí el listado completo de hoteles y sus ubicaciones].