Rivera plantea imponer por ley auditorías externas en los partidos, limitar el gasto electoral y suprimir las subvenciones a empresas y sindicatos. Asume la demanda de la UDEF de premiar a quien destape casos de corrupción y pide bajar de 500.000 a 100.000 el número de firmas mínimas para presentar una ILP en el Parlamento.
“España tiene los ingredientes adecuados para lograr cualquier cosa que se proponga”. Con Suecia como referente y las preocupaciones de los españoles como acicate, Ciudadanos ha presentado en Barcelona el quinto y último paquete de su programa económico y social. La formación que preside Albert Rivera considera que la transformación vivida hace un siglo por la nación escandinava -cuando “la corrupción campaba a sus anchas, los servicios públicos eran un desastre y nadie confiaba en el Estado”- son un espejo en el que debe mirarse el país que quiere gobernar, ese en el que los partidos y sus corruptelas son dos de los principales desvelos de los electores, según el CIS.
Rivera propone aplicar el mismo “big bang institucional” que los suecos implementaron a finales del siglo XIX, consistente en el desarrollo de cuatro medidas ya expuestas –reforma educativa, lucha contra el fraude, reforma fiscal y eliminación del gasto público- y decenas más detalladas hoy que se estructuran en dos grandes bloques: unas se dirigen contra la corrupción y otras contra el “capitalismo de amiguetes”.
El primero de ellos pretende cambiar la cultura política de España y reformar sus instituciones a través de iniciativas como la que hace un año propuso el comisario jefe de la UDEF, Manuel Vázquez: premiar a los delatores de casos de corrupción. Ciudadanos quiere que perciban “gratificaciones extraordinarias”, como por ejemplo una parte del dinero que se recupere gracias a su denuncia o “reconocimientos de méritos para la promoción profesional”. La encargada de defender esta parte, la abogada del Estado Elisa de la Nuez, ha proclamado que los denunciantes “no pueden ser héroes” sino que han de ser asistidos en su empeño.
El partido naranja quiere que los delatores de casos de corrupción perciban “gratificaciones extraordinarias”.
Además, el partido naranja impulsará algunas de sus reivindicaciones clásicas ya plasmadas en acuerdos de investidura regionales, como apartar a imputados por corrupción política, suprimir los aforamientos o reformar el indulto para que sea una medida de gracia “excepcional” y de la que en ningún caso puedan beneficiarse corruptos. También quieren que se reconozca como derecho fundamental el acceso a la información pública, que se abra el Consejo de la Transparencia a la participación de la sociedad civil y endurecer las incompatibilidades para acabar con las denominadas “puertas giratorias”.
El empoderamiento de la sociedad civil se pretende impulsar asimismo a través de una reforma que haga que las asociaciones dejen de depender de las subvenciones públicas, ya que con ese sistema se genera una lógica perversa que les resta capacidad de maniobra. En este sentido, son partidarios de acabar con las ayudas a patronal y sindicatos. El bloque se cierra con propuestas como mejorar el funcionamiento interno de los partidos -instaurando las primarias, imponiendo auditorías externas o limitando el gasto electoral- y revitalizar el Parlamento a través la reducción del mínimo de firmas necesarias para presentar una Iniciativa Legislativa Popular (ILP), que pasaría de 500.000 a 100.000.
Las disfunciones del sistema económico, lo que el coordinador del programa, Luis Garicano, denomina “capitalismo de amiguetes”, pretenden solucionarlas con un bloque de iniciativas estructurado en cinco partes: la despolitización de los órganos de gobierno de todas las Autoridades Administrativas Independientes, la reforma de la CNMC -“funciona como una caja negra, la impresión es que está mangoneada por empresas reguladas”, ha dicho Garicano-, la reforma de la CNMV -para evitar “estafas” como las de Afinsa o las preferentes-, la evaluación “política a política” del gasto público y el impulso de la responsabilidad corporativa en las compañías.
Garicano propone reformar la CNMV porque ahora funciona «como una caja negra» que mangonean las empresas.
Ciudadanos ha reservado en el acto un espacio importante a su candidata a la Generalitat, Inés Arrimadas, que ha glosado en un discurso político todas esas propuestas. “La regeneración es fundamental, tan importante como la unión e igualdad de los españoles”, ha indicado, “y no vamos a renunciar en campaña a ninguna de esas dos cosas”. La intervención de Arrimadas refleja el cariz electoral del evento, desarrollado a apenas unos metros de la calle Córcega donde Convergència tiene su sede central y a un día de que comience la campaña del 27-S.
El cierre de Rivera también ha estado trufado de mensajes mitineros, marcando las distancias con el PP que tan habituales están siendo estos días, llamando a la gente a participar masivamente en las cruciales elecciones catalanas y remarcando que “no habrá una España unida si no se regenera”. El candidato naranja a la Moncloa no ha querido despedirse sin subrayar que todas las medidas expuestas hoy saldrían gratis, o incluso incorporando “un buen descuento” del 3%. “Salid y disfrutad”, ha animado a sus compañeros ante la campaña que se inicia en unas horas.