Los partidos de izquierda y las fuerzas nacionalistas olvidan por un día la lucha que mantienen en la campaña catalana y se unen hoy con el objetivo de arrebatar al PP la presidencia de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP). El PSOE se niega a aceptar la mano tendida que le ofrecen los populares para lograr una candidatura de consenso en la renovación de los cargos rectores de la institución y se alía con los nacionalistas catalanes y vascos, IU y Podemos para que el alcalde de Vigo, el socialista Abel Caballero, salga elegido presidente. Se reedita así el llamado cordón sanitario contra el PP y sirve de ensayo para un futuro pacto que eche a Rajoy del poder.
Hasta ayer mismo el actual presidente de la FEMP y alcalde de Santander, el popular Íñigo de la Serna, hacía un llamamiento a los socialistas para la reedición del acuerdo de 2011 entre el PP y PSOE. El argumento que esgrimen los populares es que el pacto con los socialistas es fundamental para que la Federación no sea un órgano de permanente conflicto.
Hace cuatro años, el PP y el PSOE concurrieron con una candidatura conjunta y se decidió que fuera presidente el que anterior alcalde de Sevilla, el popular Juan Ignacio Zoido -quien más tarde fue sustituido por De la Serna-, mientras que la vicepresidencia primera la ocupó Abel Caballero.
En esta ocasión, el PP esgrime que gobierna en unos 3.000 municipios de los 8.122 que hay en España, y el PSOE en 2.880. Los socialistas, por su parte, hacen hincapié que tras las elecciones municipales de mayo arrebataron buena parte de las grandes alcaldías al PP, pues de las 399 localidades de más de 20.000 habitantes el PSOE tiene 180 y el PP 92. Entre las de más de 50.000 habitantes, los socialistas se hicieron con 69 alcaldías y el PP con 43.
Lo cierto es que, previsiblemente, Caballero saldrá elegido hoy en Madrid presidente de la FEMP, con el apoyo de los partidos de izquierda y los nacionalistas. Según los cálculos del PSOE, la candidatura socialista será la ganadora, al obtener, como mínimo, unos 12.500 votos de los casi 30.000 sufragios que se emitirán. El Partido Popular se quedará en una cifra próxima a los 10.000 apoyos.
A cambio de su respaldo, los socialistas se han comprometido a dar puestos en la Federación a los nacionalistas catalanes y vascos, a IU y a las agrupaciones de izquierda que rigen los destinos de Madrid y Barcelona.
Precisamente, el PSOE trataba de defender ayer que los diferentes órganos de la FEMP deben ser “lo más plural posible” y que, por este motivo, van a “ceder espacios” en los órganos de dirección a las fuerzas minoritarias. De hecho, fuentes de la dirección socialista confirmaron que se encuentran en negociaciones con otras formaciones –no con el PP-, aunque recalcan que no necesitan a los partidos pequeños para ganar.
El ensayo de un gran pacto tras las generales
A cualquier observador avezado no se le escapa la importancia de lo que va a ocurrir hoy en la Federación Española de Municipios y Provincias, pues no es descabellado pensar que se trata de un ensayo para la edición de una gran alianza de la izquierda y de los nacionalistas que eche del poder a Mariano Rajoy tras las elecciones generales de diciembre, si se dan las condiciones para ello; esto es, que al PP no le alcancen sus votos y los de Ciudadanos para formar gobierno.
Consciente de la importancia que tiene el pleno que hoy celebrará la FEMP, el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, convocó a los alcaldes socialistas que acuden al plenario de la institución municipal.
El mensaje que quiso trasladar el actual jefe de la oposición fue doble: por un lado, que revocará la ley de administración local que entró en vigor esta legislatura, si gana las elecciones generales y logra formar gobierno; y, por otro, que hará lo posible para que en su pretendida reforma constitucional se reconozca la autonomía de los ayuntamientos.
El PP alerta sobre una división del municipalismo
Precisamente, esa derogación de ley local es lo que tiene al PP con la mosca detrás de la oreja. En este sentido, Íñigo de la Sera censuró ayer al PSOE por vincular una candidatura unitaria a la posible aprobación de una resolución a favor de la derogación: “Se cometería un profundo error si se forzara una votación que dividiera al municipalismo. Si el PSOE quiere expresar su rechazo a la reforma local, tiene mil formas para poder hacerlo sin conducir a una fractura en la FEMP».
Asimismo, De la Serna recordó que cuando se aprobó la reforma local, el PP renunció a utilizar su mayoría en la Federación de Municipios y Provincias para manifestarse a favor de la ley.