«Aclarado el futuro de Elgorriaga», señalan ciertos medios, refiriéndose al preacuerdo alcanzado entre la cadena madrileña de cafeterías Vait y los actuales dueños de la compañía abulense. Puede que la consejera de Agricultura de la Junta, Milagros Marcos, haya dado el visto bueno inicial a la oferta presentada, pero la situación dista mucho de estar clara, especialmente a medio y largo plazo.
Fuentes de la Junta confirmaron a SABEMOS que la inquietud es máxima y que temen haber recibido un nuevo gol de los dueños, Luis Presa y Mercedes Morán. Porque las cosas no están nada claras.
Por ejemplo, desde la Junta se admite que no será Vait quien presente la oferta, sino una compañía participada por uno de sus accionistas, la cadena de tiendas Tartalia.
¿Pero puede esta compañía asumir las garantías que exige la Junta de Castilla y León e inyectar el dinero que necesita la compañía? Desde la Junta transmiten dudas sobre la capacidad de hacer frente a los compromisos que se les exige, los mismos que Distribuciones Gaher no pudo afrontar, y no darán nada por hecho hasta que quede demostrada la fortaleza de la compañía y la calidad del acuerdo con los propietarios.
«El plan para Elgorriaga, si todo va bien y no hay más problemas de lo ya conocidos, es mantener los puestos de trabajo, empezar a fabricar chocolate, trasladar a Ávila la parte de producción que no se puede hacer en Madrid», señalaba a Cope uno de los administradores de la compañía, Julio Mañas, quien insistía en la necesidad de auditar las cuentas del grupo.
Pero existen dudas sobre la viabilidad de la propuesta y si no habría que auditar el vehículo elegido para la misma. Porque Tartalia es una pequeña compañía madrileña con una veintena de tiendas que se dedica, en exclusiva, a la comercialización de tartas low cost, y no está claro que pueda lograr el tipo de sinergias de las que hablan sus dueños. ¿Cuántas galletas o tabletas de chocolate pueden vender en unos locales tan pequeños y en los que, literalmente, apenas cabe nada más que las tartas?
La compañía fue comprada, y renombrada con la nueva denominación social, Tartalia S.A, este mismo año y en el registro mercantil aparecen como administradores Juan Carlos Valverde Sobrino, uno de los accionistas de Vait (pero no el único), y Julio Mañas, gestor profesional y socio de Crowe Horwath, que ha sido la firma encargada de analizar la operación.
Aunque la Junta ha asegurado que la compra se realizará a través de Tartalia, Mañas afirmó que no será así, aunque tampoco precisó cuál será la compradora de los activos. También aclaró que no está estimada la inversión necesaria en la fábrica. «Es bastante complejo hacerlo porque hay que tener bastantes variables económicas y de productividad. Eso es una segunda fase, ahora nos vamos a centrar en la veracidad de las cuentas».
El problema de Tartalia es que fue comprada a crédito y en la adquisición no se incluyeron los locales que tenía la sociedad en propiedad antes de la adquisición, por lo que su patrimonio neto es menor del que figura en sus últimas cuentas anuales. Hasta la compra, el nombre de Tartalia en el registro era Ángel Lorenzo Martínez S.A. Se trata de una empresa con una facturación de 4,3 millones en 2014 y un resultado de explotación de 125.000, menos de la mitad que en 2013, según los datos del registro, obtenidos a través de Infoempresa. Está por ver si es capaz de afrontar las inversiones de medio millón de euros que exige la Junta, o cómo ser garantía suficiente para los acreedores de Elgorriaga, que suman una deuda de diez millones de euros.
La operación, en realidad, no es tan distinta que la que intentaron llevar a cabo los actuales dueños con la catalana Distribuciones Gaher. Escoger una empresa con una situación patrimonial que difícilmente puede sostener los avales y garantizarse un porcentaje en la sociedad con puestos de dirección bien remunerados. Todo a cambio de unas acciones que, en su momento, obtuvieron por dos euros.
Si finalmente este acuerdo sale adelante, la Junta premiará a los gestores que han dejado sin pagar a la plantilla durante 14 meses y que, en todo este tiempo, como ha reconocido públicamente la propia Junta, han estado más interesados en resolver su situación personal que la del grupo, una de las insignias de la industria en Ávila.
Presa y Morán mantuvieron reuniones con otras dos de las empresas que buscaban un acuerdo y, en ambos casos, ponían precio a su salida con cantidades exorbitantes. Preguntado sobre por qué se va virtualmente a regalar a estos directivos un 33% de la compañía, Mañas precisó: «No puedes regalar lo que es de ellos. La intención es comprar parte de lo que ya tienen. No obstante cuando se adquiere un negocio nuevo, hay un hecho que los gestores valoramos mucho que es la continuidad de la gestión diaria. Otra cosa son los cambios estratégicos y operativos que se irán introduciendo paulatinamente».
Pero, mientras tanto, los responsables de que Elgorriaga haya llegado a una situación insostenible seguirán en el barco.