En apenas una semana, Repsol ha vendido tres participaciones minoritarias en Canadá y su participación en CLH, cuando resuenan los rumores acerca de su intención de deshacerse de sus acciones en Gas Natural o parte de su negocio de Butano. Todo con tal de contentar a los inversores.
Repsol vive días agitados. La principal compañía petrolera española acaba de formalizar la venta, a la británica British Gas, de tres participaciones minoritarias en posiciones de extracción de crudo en alta mar en Newfoundland (Canadá) por unos 63 millones de euros. No ha sido la única operación destinada a hacer caja y aligerar la estructura de la multinacional presidida por Antonio Brufau: La pasada semana se cerró la venta del 10% de CLH en favor del fondo de capital riesgo francés Ardian, una operación que llevaba gestándose meses y que les ha reportado unos 330 millones de euros.
Estas dos operaciones se producen a pocas semanas de que Repsol presente su esperado Plan Estratégico 2016-2020, que se ha anunciado para el 15 de octubre y será todo un examen para los gestores de la petrolera. Dicho plan ha sido una exigencia impuesta en cierta manera por los inversores y analistas internacionales, que quieren conocer las ideas y proyectos del consejero delegado Josu Jon Imaz y su equipo una vez se confirmó la adquisición de Talisman, una compañía que ha supuesto un cambio radical para Repsol.
Talisman ha sido, a la vez, solución y causa de un puñado de problemas para Repsol. Y es que la petrolera de bandera canadiense fue adquirida a precio de oro (unos 8.300 millones de dólares solo en metálico), lo que ha supuesto endeudar muy por encima de lo habitual a la firma española, que tiene por ello unas obligaciones adquiridas de más de 15.792 millones de euros, según datos de los analistas de Bankinter, que en un reciente informe de mercado señalan que «la petrolera necesita bajar su endeudamiento para no bajar un escalón [de calificación crediticia] y pasar a bono especulativo [es decir, basura]».
Una entidad por redefinir
«Habrá muchos negocios de Repsol que se vendan en los próximos tiempos», anticipan fuentes cercanas a la petrolera. Primero porque hace falta generar caja y beneficios extraordinarios en un año que se presupone será muy malo en cuanto a beneficios. La caída del precio del crudo (ahora por debajo de los 50 dólares el barril) ha supuesto un golpe para la empresa liderada por Imaz, toda vez que sus estimaciones de negocio (en especial la compra de Talisman) pasaban por unos precios del petróleo mucho más altos, del entorno de los 80 dólares. Con precios un 30% más bajos, las entidades en las que el refino (cuyo negocio no depende del precio del crudo) es menos importante se ven más penalizadas.
«El resultado apunta a que será un relativo batacazo, ya que el upstream (la exploración y extracción de crudo) este año no va a dar prácticamente nada», apuntan. No con unos precios tan bajos que penalizan a todas aquellas industrias y compañías cuya actividad sea la producción de crudo «difícil», aquel que se produce a partir de un alto valor añadido (arenas bituminosas, fracking…). Repsol adquirió Talisman para compensar el poco peso relativo que tenía el upstream en su mix de negocio, basado sobre todo en el refino, lo que les ha conducido a ser una entidad más volátil y dependiente de las cotizaciones del barril de Brent. Los precios del crudo están ahora tan bajos que desalientan las exploraciones más costosas.
Tras la venta/expropiación de YPF por parte de Argentina, el crecimiento de Repsol vía adquisiciones ha motivado que la estructura de la entidad ya no tenga demasiado sentido, según cuentan a SABEMOS fuentes cercanas a la compañía. «Repsol está presente en demasiados países y cuenta con demasiadas filiales y entidades. Hay que focalizarse en algunas menos para ser más eficientes», señalan. Así, además de las ventas ya confirmadas, se espera que el Plan Estratégico incluya un completo trazado para reducir el volumen de Repsol vía desinversiones.
Gas Natural ya no es estratégica
Que Repsol ha de deshacerse de grasa es algo que descuenta el mercado, que no deja de especular respecto a qué operaciones se estarían cocinando a la espera de publicarse el Plan. Los analistas esperan, por ejemplo, que se venda una parte significativa, o la totalidad, de las acciones de Gas Natural, donde posee un 30%. El valor de mercado de estas acciones es de unos 5.244 millones de euros, y son cada vez más los analistas que creen que esta operación de venta solucionaría parte de los problemas inmediatos de la compañía sin afectar al núcleo del negocio. «En su momento Gas Natural fue una inversión estratégica, pero ahora que esta entidad en la práctica es una eléctrica, para Repsol es más una inversión financiera», explican fuentes cercanas a la petrolera. Es decir, que a diferencia de otros momentos, el vender o no GN es una cuestión de números más que de estrategia.
Otra de las operaciones comentadas en los mercados en cuanto a desinversiones de participaciones no estratégicas es la posible venta de una parte del negocio del butano, que de venderse en su totalidad supondría unos ingresos potenciales de unos 1.000 millones de euros, según cálculos del sector. Aun así, de llevarse a cabo esta operación y aun uniéndose a las ya firmadas, los analistas estiman que para poder reconducir sus problemas de endeudamiento se han de obtener en el entorno de 3.500 millones de euros al menos, de forma que los niveles de deuda de Repsol sean homologables a los del resto del sector en Europa.
Al margen (o no) del Plan Estratégico y las operaciones de desinversión, Repsol tendrá que definir si finalmente lleva a cabo la emisión de deuda híbrida (por un valor de unos 3.000 millones de euros) que tenía planificada desde hace meses y que fue pospuesta debido a la inestabilidad en las bolsas. «Hay dudas de que se realice dado el endurecimiento de las condiciones de mercado», anticipan desde Bankinter. Que finalmente pudiera llevarse a cabo la emisión entre inversores institucionales en unas condiciones de normalidad sería una señal de que la principal petrolera española inspira confianza y tranquilidad en los mercados.
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