El objetivo es incluir su nombre en el puesto inmediatamente posterior al de Mariano Rajoy en la lista del PP por Madrid para las próximas elecciones generales, lo que supone un puesto de privilegio, llegado el caso, en la carrera sucesoria. En ello se han empeñado tanto la secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal, como la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. Como sólo hay sitio para una, la guerra está servida. Rajoy, siempre partidario de mantener la equidistancia entre ambas, escucha las voces de sectores del partido que le aconsejan un fichaje estrella del mundo económico que le acompañe en la segunda casilla de la candidatura.
No han llegado las elecciones generales y todo aquel que tiene algo que decir en la sucesión de Rajoy no para de mover ficha. El ex jefe del Ejecutivo José María Aznar toma posiciones distanciándose cada vez más del líder del partido. El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, remodela el Gobierno autonómico para dejar todo atado y bien atado en su objetivo de desembarcar en Madrid. El vicesecretario de comunicación del PP, Pablo Casado, espera agazapado a que le llegue su oportunidad y sea incluido en un puesto destacado en la lista por Madrid. Y las eternas contrincantes –Soraya y Cospedal- se pelean entre ellas por ir al lado de Rajoy.
Tras siete años largos de batallas, ambas saben que lo beneficie a una perjudica a la otra. Por eso, las dos se han fijado el mismo reto: ser la número dos en la candidatura por Madrid, que encabezará el candidato del partido a la presidencia del Gobierno,
La guerra entre las dos primeras espadas del PP la inició el sector afín a la secretaria general, que se encargó de filtrar a un medio de comunicación que la decisión estaba ya tomada: María Dolores de Cospedal sería la número dos de la lista del PP en la capital, mientras Soraya Sáenz de Santamaría quedaría relegada a la cabeza de candidatura por la circunscripción de Valladolid.
Ese mismo medio de comunicación –El Mundo, para más señas- se encargó de mostrar las cartas credenciales de la secretaria general. “Sin hacer mucho ruido, Cospedal ha estado presente en la remodelación del partido -liderazgo incluido- en comunidades tan importantes como Cataluña o Valencia. Su relación con los recién incorporados, Casado, Maroto, Martínez-Maíllo y Levy, es buena, y el aterrizaje de Jorge Moragas como jefe de campaña, que se preveía complicado, por el momento está yendo como la seda. No ha habido ningún roce. Jorge y María Dolores están trabajando perfectamente compenetrados, según un alto mando de Génova”.
El sector de Soraya contraataca
La facción próxima a la vicepresidenta del Gobierno espero a que transcurrieran los comicios catalanes para plantar batalla. La estrategia fue filtrar a dos periódicos de la competencia de El Mundo –en concreto, ABC y La Razón– que importantes dirigentes del PP daban por hecho que Sáenz de Santamaría será la elegida para repetir en el puesto de número dos por Madrid, como ya ocurrió en las elecciones de 2011.
De momento, y sin que sirva de ventaja en la pugna entre ambas, Cospedal trabaja hace tiempo en la preparación de los comicios generales, desde su puesto en la calle Génova. Ha recibido el encargo de Rajoy de ir confeccionando las candidaturas y coordinando la elaboración del programa electoral. Tiene de plazo hasta mediados de noviembre.
Sáenz de Santamaría, por su parte, carece de competencias en la preparación de la cita con las urnas. Su gran aval –algo que la diferencia del papel de Cospedal- es que ella dispone del altavoz de las reuniones del Consejo de Ministros. La número dos de Génova no tiene la visibilidad ante la opinión pública que dan las ruedas de prensa, tras la irrupción de los jóvenes vicesecretarios del partido.
En ningún caso cabe interpretar como caída en desgracia de Sáenz de Santamaría la decisión de Rajoy de castigar al grupo Prisa en el reparto de nuevas licencias de la televisión digital. Tal y como publico SABEMOS la pasada semana, la vicepresidencia del Gobierno cayó derrotada ante los ministros del G-8, que apostaron por no beneficiar a la editora del diario El País.
Rajoy mantiene el equilibrio entre Soraya y Cospedal
La regla seguida por Rajoy desde hace meses es mantener el equilibrio entre ambas facciones, con la intención de que ninguna de las dos contrincantes salga perdedora de las decisiones adoptadas. Así ocurrió en la crisis que originó el batacazo en las elecciones municipales y autonómicas del pasado mes de mayo. Aunque se especuló con una importante pérdida de poder tanto de una como de otra, lo cierto fue que ninguna vio restringidas sus competencias tanto en el Gobierno como en el partido.
En aras de ese equilibrio, según cuentan a SABEMOS fuentes de la Moncloa, el presidente del Gobierno escucha las voces de sectores del partido que le aconsejan un fichaje estrella del mundo económico como número dos de la lista por Madrid, dado que las grandes autoridades del Gobierno en esa materia –Cristóbal Montoro y Luis de Guindos- ya han mostrado al presidente su intención de alejarse de la política en la próxima legislatura.
Si Rajoy hace caso a esas recomendaciones, el PP tendrá que buscar otro acomodo a la vicepresidenta y a la secretaria general, pues ninguna de las dos se conformaría –dado el grado de enfrentamiento- con un puesto de segundo nivel en las candidaturas.
El presidente del Gobierno es reacio a tomar una decisión de ese tipo. Ees difícil de olvidar para Rajoy el fiasco ocurrido con Manuel Pizarro en el año 2008. El antiguo presidente de Endesa fue el fichaje de relumbrón en aquella candidatura y, tras la derrota del PP en las urnas, su paso por la bancada popular –entonces en la oposición- tuvo muchas sombras y pocas luces.
Pizarro terminó abandonado el Congreso para marcharse a la Comunidad de Madrid. De eso sabe mucho Saénz de Santamaría, pues era la portavoz del Grupo Popular en el Congreso.