En «Cuarto Milenio» se narran cada semana las noticias de actualidad más revolucionarias de toda la televisión. En el último programa, la periodista Cristina Martín Jiménez explicó los planes del grupo Bildeberg para España. Y la mesa de expertos expuso teorías muy osadas. Pasan los días, repaso la prensa (de papel y digital), escucho emisoras y miro programas, y nadie parece haber escuchado nada. ¿Miedo, secretismo sospechoso o incredulidad?
Es curioso comprobar cómo no existe ninguna reacción a los «secretos» que cada semana nos desvela el programa de Iker Jiménez. En el último, la periodista de investigación y autora de Los planes de Bildeberg para España aseguraba que el candidato socialista a la presidencia, Pedro Sánchez era el favorito del lobby de los poderosos.
El intenso Enrique de Vicente llegó a afirmar que a los oligarcas les interesaba una España fuerte pero no influyente y que una victoria del PSOE podría frenar la recuperación.
Santiago Camacho reforzaba la idea de que una cosa era salir a flote y otra destacar que el papel de España en el mundo estaba acotado. La bancada amante de la conspiración, suscribió los estudios de Cristina Martín sobre la incidencia de este grupo en nuestra transición, la designación del Rey Juan Carlos como sucesor de Franco y hasta el asesinato de Carrero Blanco.
La cuestión es que los medios consideran el programa «Cuarto Milenio» como una reunión de frikis. No se dan cuenta de que sus mesas de actualidad no tienen nada que envidiar a las tertulias de las demás cadenas. Pero con más amplitud de miras. En el programa de Iker ponen en cuestionamiento todo el statu quo para hablar sin tapujos de delitos medio ambientales escalofriantes (les remito al programa sobre el amianto) o la perversión del sistema para dejarnos sin criterio.
El impagable Doctor Gaona ha explicado en distintas mesas de análisis como nos bloquean el pensamiento con las nuevas tecnologías o de qué manera nos limitan el crecimiento con una campaña permanente sobre sexo. El especial que realizó el director del programa sobre el posible asesinato de Félix Rodríguez de la Fuente supuso una declaración de intenciones de la nueva temporada. Y en prime-time. Con una audiencia que sigue creciendo pero silente. Como si confesar que uno ve el programa le pudiese costar la credibilidad.
Hasta ahora, los cuartomileneros no habían nombrado siglas. Pero si analizan ideologías mucho más poderosas que las de un partido: Las de un sistema o la convergencia de varios sistemas que coinciden en unos mismos proyectos.
Tienen planteamientos de intelectuales del siglo XXI pero son capaces de presentarlo de una manera asumible para el medio que les acoje. Ni programas culturetas de La 2 ni analistas políticos de «todo por el share»; los investigadores de «Cuarto Milenio» se atreven a decir que el emperador está desnudo. La pena es que la profesión considera que están haciendo espectáculo y que son una pandilla de iluminados a la espera de un avistamiento ovni. Ellos hablan de la auténtica manipulación. Y nadie les contesta ni les replica. ¡Qué silencio más raro!