Ciudadanos se consolida como tercera fuerza en las encuestas con más del 15% en intención de voto, lo que le daría 21 escaños en las circunscripciones grandes, 19 en las medianas y 15 en las pequeñas. Galicia, País Vasco y Navarra son los únicos territorios donde el partido naranja no cuaja.
¿Cuántos escaños puede sacar Ciudadanos el 20 de diciembre? Ninguna estimación que se haga ahora, a dos meses vista, en este escenario de volatilidad y con la resaca de las catalanas aún presente, puede pretender ser ajustada. La sala de máquinas del partido naranja manejaba antes del 27S la cifra mágica de 43 escaños como meta, objetivo que ha de ser actualizado porque los estudios previos a esa cita han quedado definitivamente desfasados.
Tampoco puede tomarse ya como referencia la cosecha obtenida por fuerzas comunistas en 1979 y 1996, cuando el PCE e IU se llevaron 23 y 21 escaños al alcanzar el 10,77% y el 10,54% de los votos, respectivamente. Albert Rivera tiene ya expectativas sustancialmente más altas que el 11,1% atribuido por el CIS de agosto a su proyecto. Está en condiciones de beneficiarse del salto cualitativo que supone consolidarse en torno al 15-16% en estimación de voto y ser tercera fuerza, por delante de Podemos.
El mejor resultado de una tercera fuerza en generales lo marcó el PCE en 1979 con 23 escaños y el 10,77% de los votos
Un análisis de la situación hecho por Jaime Miquel y Asociados para Público otorga a Ciudadanos 48 diputados en el Congreso, por delante de Podemos (47) y aún lejos de PP (121) y PSOE (95). La encuesta realizada por TNS después del 27S confirma que Ciudadanos es ya tercero (16,5%), con el PP primero (27%), el PSOE segundo (21,9%) y Podemos cuarto (14,8%). Metroscopia para El País va todavía más allá y sitúa al partido naranja en cabeza en la Comunidad Valenciana, que designa 33 diputados de la Cámara Baja y ha sido los últimos 20 años el gran feudo del PP junto con Madrid. El 21 de septiembre le daba un 16,1% a nivel nacional.
Todo este contexto aporta luz pero no permite realizar un cálculo exacto de diputados. Lo que sí cabe es hacer ciertas consideraciones y tratar de aproximarse a través de ellas al tamaño que puede tener el grupo parlamentario naranja. En primer lugar, parece obvio que Ciudadanos no aspira ya solo a entrar en el Congreso a través de las circunscripciones grandes, aquellas que asignan tantos escaños que hacen que el reparto sea casi proporcional al voto.
Es el caso de Madrid (36), Barcelona (31), Valencia (16), Alicante (12), Sevilla (12), Málaga (10) y Murcia (10). De esas 127 actas podría llevarse fácilmente 21 si le otorgamos un prudente 16%. Prudente porque en las dos primeras es donde más fuerza tiene el partido -el 27S llegó al 19% en Barcelona; en las autonómicas de mayo ya superó el 12% en Madrid- y porque en Valencia Metroscopia le sitúa por encima del 25%.
Salto cualitativo en provincias medianas
Más valor que subir las expectativas en las grandes provincias tiene superar la barrera del 15% y ser tercera fuerza en el resto. El sistema electoral español es perjudicial para los partidos minoritarios no por la Ley D’Hondt, sino por el reparto de escaños en 52 circunscripciones. La ponderación territorial hace que 39 de ellas elijan a la mitad de los parlamentarios (175) a razón de no más de siete cada una. En muchas de ellas hay que quedar entre los dos primeros o muy cerca de ellos para no quedarse a cero.
C’s ya está en disposición de sacar escaños en la España poco poblada, en provincias que eligen cuatro diputados
Con un 15-16% sigue siendo muy difícil entrar al Congreso por las ocho provincias que eligen tres diputados -Guadalajara, Huesca, Cuenca, Zamora, Ávila, Palencia, Segovia y Teruel- e imposible llevarse alguno de los dos de Soria, el de Ceuta o el de Melilla. Pero a Ciudadanos se le abre ahora una ventana de oportunidad en las nueve provincias que reparten cuatro escaños. Lugares como Burgos, Salamanca, La Rioja, Albacete, Cáceres o Lleida pueden aportar parlamentarios al grupo siempre que C’s se mantenga por encima del 13% y con Podemos a la zaga. Lo mismo ocurre con las de cinco escaños, como Valladolid, León, Cantabria o Castellón. De consolidarse la coyuntura actual, en alguna de ellas se llevaría incluso más de un acta. La quincena de diputados en esa España poco poblada es un objetivo asumible para Ciudadanos a día de hoy.
En las circunscripciones medianas, por último, puede experimentar una subida importante, en parte gracias a la falta de entendimiento de Podemos e IU. El politólogo Pablo Simón ha cifrado en 8-12 escaños los que las candidaturas denominadas “rupturistas” pueden dejarse al concurrir por separado en las 18 provincias que reparten entre seis y ocho parlamentarios. Son territorios como Cádiz, Zaragoza, Asturias o Granada, donde PP, PSOE y C’s aspiran a sacar tajada del divorcio Iglesias-Garzón. Rivera, en concreto, aspira a apuntarse 17-19 escaños de los 124 que corresponden a estas circunscripciones medianas. Ya en 1996 y 1979 supusieron para IU y el PCE un crucial salto de calidad.
De modo que Ciudadanos está ahora mismo en condiciones de irrumpir en el Congreso con un grupo de al menos 53-55 miembros, a pesar de contar con un lastre importante que se ha tenido en cuenta al hacer la estimación: la formación naranja tiene muy poca implantación en País Vasco, Navarra y Galicia. Seguro que desde mayo han mejorado las expectativas allí, pero parten de un suelo tan bajo que se antoja misión imposible que Ciudadanos vaya a obtener escaños.
El peaje de criticar el cupo fiscal
El discurso crítico con el régimen fiscal propio que tienen vascos y navarros explicó en gran parte el naufragio en las elecciones del 25-M en esa zona. Ciudadanos solo logró un procurador, por Álava, de los 153 de las Juntas Generales. Y lo hizo tras superar raspadamente el 3% en ese territorio, por el 1,5% de Guipúzcoa y el 2,2% de Vizcaya. Los comicios locales no fueron mejores, pues solo lograron dos concejales en todo el País Vasco: uno en Laguardia (Álava) y otro en Getxo (Vizcaya). El año que viene hay elecciones autonómicas y “ni IU/Ezker Anitza ni UPyD ni C’s, que se repartirían alrededor de un 4% de los votos, parecen tener posibilidades de entrar en el Parlamento”, según el último Euskobarómetro, publicado en verano. En estas condiciones, los 18 diputados al Congreso que eligen Vizcaya, Guipúzcoa y Álava puede darlos Rivera por perdidos.
Los 23 escaños gallegos, los 18 vascos y los cinco navarros son territorio vedado para el partido naranja
Algo similar ocurre en Navarra. La comunidad foral fue, junto a Canarias y Castilla-La Mancha, la única autonomía que en mayo no designó parlamentarios naranjas. Al contrario que en las dos últimas, no fue una sui géneris ley electoral lo que penalizó a Ciudadanos, sino un muy mal resultado que llevó a la dirección regional a dimitir en bloque a los dos días. El 2,94% cosechado hace cinco meses hace inviable optar a alguno de los cinco diputados que otorga Navarra el 20D.
Galicia fue otra gran decepción en las municipales. La fulgurante expansión de Ciudadanos no llegó al noroeste de la península, donde el descontento con el bipartidismo lo capitalizaron las mareas. Rivera no presentó listas en Orense, ante la falta de “cohesión y madurez” de sus filas allí. Y no alcanzó el 3% de los votos ni en A Coruña, ni en Pontevedra ni en Lugo, conformándose con una pobre cosecha de 16 ediles en toda la región. Ninguno de los 23 escaños gallegos parecen tampoco destinados a esta formación emergente que, con todo, aspira a ocupar el 16% del Congreso.