El líder de la formación morada recomendó al malagueño que “decorara” sus argumentos y no mirara a los ojos a sus rivales en televisión. El candidato de IU a La Moncloa asegura en sus memorias que solo Monedero vio venir el éxito del nuevo partido.
“Algunos compañeros me pedían que intercediera para tratar de quitarle a Pablo ‘esa historia de la cabeza’, pero yo me negué. Me pareció un proyecto que podía ayudar a refundar IU y que, aún más, podía ayudar a refundar la izquierda en el país. De hecho, ese parecía ser el objetivo de sus dirigentes. Desde luego, he de reconocer que nunca imaginé que tuvieran tan buenos resultados. Los infravaloré”. Alberto Garzón, candidato de Izquierda Unida a La Moncloa, acaba de publicar sus memorias sobre la legislatura 2011-2015, en la que ha sido el diputado más joven del Congreso. Y al término de la cual IU ve comprometida su supervivencia por la irrupción de Podemos, el movimiento que Garzón pudo contribuir a frenar pero que subestimó, como él mismo reconoce.
A pie de escaño (Ediciones Península) es un texto ligero, de 251 páginas, donde el político malagueño se sincera sobre su experiencia en la Cámara Baja, hace autocrítica por los errores cometidos y relata cómo vio nacer el proyecto político de Pablo Iglesias, a quien conoció cuando este era un “brillante asesor” de IU. La situación la narró el propio protagonista durante la presentación de la obra, el martes en una librería madrileña. “Lo voy a contar bien: llegué a Madrid como candidato de Izquierda Unida de Málaga, había visto una sola vez a Cayo Lara y me recogió Luque [Ramón Luque, dirigente de IU] para llevarme a un debate en 59 segundos sobre economía”, expuso. Junto a Luque, le recibieron “dos asesores”, entre ellos Iglesias, que además “era el que conducía”.
Iglesias a Garzón: «Esos argumentos los tienes que decorar para que la gente no se aburra»
A Garzón le sorprendió desde el primer momento la solvencia del líder de Podemos en “un mundo que yo no conocía, que era el mundo de la comunicación política”. “Yo iba con mi seriedad, con mis argumentos… y él me decía ‘no, no, es que esos argumentos los tienes que decorar para que la gente no se aburra’”, contó ante las decenas de seguidores que abarrotaron la sala para escucharle. El ambiente familiar se prestaba a la confesión y Garzón continuó narrando el nacimiento de su amistad con Iglesias: “Es verdad que aprendí, fue ahí cuando le conocí y a partir de ese momento tuvimos una muy buena relación y creo que lo que hay que decir es la verdad: es un brillante comunicador político”.
Los consejos sobre cómo debatir en televisión se los siguió dando incluso después de romper con IU y lanzar Podemos: “Una de las veces que me lo encontré en La Sexta Noche como tertuliano me dijo ‘mira, este economista, el de la pizarra, es de extrema derecha y le gusta mucho el boxeo, así que lo que tienes que hacer es no mirarle nunca mientras le respondes’. Para mí eso era contraintuitivo, porque yo si te hablo a ti, si estoy debatiendo contigo, te miro”. Con el auditorio expectante, Garzón dio la explicación del porqué de esa recomendación: “Él decía ‘en la tele eso no va a salir, y el tipo, si tú no le miras, no te responde’. Ese detalle, que no percibe el público, él lo tenía súper estudiado. Eso es la comunicación política adaptada”.
«Fue Podemos quien rompió»
Confesiones al margen, el candidato de IU subrayó que sigue siendo amigo de Iglesias, pese a que “en el anterior libro, La Tercera República, le cité como uno de los intelectuales y después me montó Podemos”. Tampoco ha cobrado factura personal por la ruptura de las conversaciones para formar una lista conjunta el 20-D: “Fue Podemos quien rompió la unidad, y lo hizo de unas formas que nunca se podrán aceptar desde los principios y valores de la izquierda. Yo seguiré defendiendo la unidad popular por encima de todo”.
A él no le importa renunciar al “significante izquierda” para denominarlo “abajo”, como cree Podemos que es más efectivo, porque “no tengo ninguna necesidad de darme golpes en el pecho con el significante izquierda”. Eso sí, lo que no tolera es “cambiar el significante para vaciar el significado, o para llenarlo de mierda”.
El contenido es para Garzón irrenunciable y consiste en defender nacionalizaciones de empresas estratégicas, la creación de un polo de banca pública, luchar contra la desigualdad… Su batalla es contra el sistema capitalista -“no hay que equivocarse de enemigo”- porque “hay que desenmascararlo, decir que hay otras formas de organizar la sociedad, de organizar la economía, la sanidad, la educación…”
El candidato de IU renunciaría al significante izquierda pero no «para vaciar su significado»
Y para ello trabajará desde la candidatura que salga de las primarias de Ahora en Común -esa marca no podrá usarla porque la tiene registrada un miembro de Podemos- y tratando de unir fuerzas con el resto de opciones de la izquierda. Lo cierto es que IU parece estar recuperándose en las encuestas, donde oscila entre el 4% y el 6% en estimación de voto, y aspira a mantener el grupo parlamentario. Parte de esa recuperación podría deberse a la fuga de apoyos que sufre Podemos, tras meses de fulgurante éxito que “ni ellos se lo esperaban”.
Según cuenta Garzón en su libro, “ninguno de los amigos de Podemos con los que hablaba parecía albergar tan altas expectativas, salvo uno”. El resultado de las europeas solo fue contemplado por Juan Carlos Monedero, exnúmero tres del partido. “En una charla en el madrileño barrio de Lavapiés”, cuenta el autor, Monedero opinó al respecto y “nos dijo, muy claramente, que pensaba que Podemos superaría a IU en diputados y que el siguiente paso sería evitar que IU desapareciese”. El profesor de la Complutense no clavó el resultado, pero se quedó muy cerca, como reconoce Garzón: “Solo se equivocó en dos cosas: el tiempo –Podemos no superó a IU en las europeas, pero sí en las siguientes elecciones– y en que IU no ha desaparecido”.