La conquista del monopolio en las sociedades de prevención laboral por parte de Víctor Madera, el ‘ ministro de Sanidad en la sombra del PP ’, no se está consiguiendo sin dejar cadáveres por el camino.
Es el caso, por ejemplo, de la sociedad de prevención catalana Risc Prevent, una compañía que participó en los procesos de privatización de las sociedades de prevención de Mutua Universal (Unipresalud) y MC Mutual (MC Prevención), finalmente adquiridas por Quirón Salud a precios mucho más bajos de los ofertados por muchos de sus competidores.
José Luis Rubio, máximo responsable de Risc Prevent, explicó a SABEMOS que su oferta por Unipresalud llegó a alcanzar, en un momento dado, los 25 millones más los activos inmobiliarios, un proceso en el que esta pequeña sociedad contaba con el apoyo del fondo HIG Capital.
¿El problema? Los 25 millones de esta pequeña compañía valían menos que los 14 que pagó Quirón Salud. “Nos sorprende el papel jugado por el Ministerio. Han permitido una exclusividad casi monopolística en el sector sociosanitario, especialmente en Madrid y Barcelona, y esto nos afecta a los competidores, pero también a los proveedores, como los laboratorios. Para colmo, este proceso se ha producido con muy poca transparencia y se han visto demasiados elementos que han distorsionado el proceso de privatización”, explica a SABEMOS este directivo.
Para Risc Prevent, es inevitable pensar que Madera destruirá empleo en las antiguas sociedades de prevención, pero eso ni siquiera es lo más peligroso. “Quirón Salud, en cualquier momento, puede llevar a cabo una política de precios radical en cada territorio porque tiene pulmón para hacerlo y porque se trata de un sector en el que, lamentablemente, sólo se tiene en cuenta el precio. Con esos precios, destruirán a la competencia y, cuando ya tengan una cuota mucho mayor de forma orgánica, volverán a subir las tarifas y esta vez no habrá nadie que pueda detenerlos”, explica Rubio.
El directivo cree que el Ministerio «podía haber trabajado en la constitución de dos o tres grandes grupos con mucha facturación, pero todo su sesgo ha sido para un único socio». ¿Esta todo perdido? Quizá no. Para este directivo está pendiente una segunda fase de consolidación, probablemente guiada por fondos de inversión, que permita agrupar sociedades más pequeñas en grupos capaces de competir. Pero no oculta que es un proceso difícil.