Supergirl sabe que tiene un sugestivo y complicado desafío ante sí: es, de toda la actual oleada de series y películas protagonizadas por superhéroes y junto a la inminente Jessica Jones de Netflix y Marvel, la única protagonizada por una fémina. Y a diferencia de esta, que podrá tener un carácter femenino marcado o no -posiblemente sí, aunque no haga bandera de ello-, Supergirl opta, como hace con el resto de sus señas de identidad, tomarse ese carácter a la ligera.
Supergirl comparte con la última oleada de series del género ajenas al Daredevil de Netflix, un tono de tebeo para todos los públicos refrescante y casi revolucionario en estos tiempos de héroes torturados y traumatizados. No es de extrañar: The Flash y Arrow no solo entran, como Supergirl, en el paraguas del Universo DC, sino que los canales donde se emiten unas y otras pertenecen al mismo dueño. Y Supergirl también, como ellas (sobre todo como The Flash), posee un tono utoconsciente que no solo afecta a sus personajes y situaciones, sino a su condición de serie femenina / feminista.
En uno de los mejores y más reveladores momentos de este piloto, la jefa de la protagonista, dueña sin escrúpulos de un periódico, justifica ante la heroína el haberla bautizado como Supergirl y no como Superwoman. Es una sencilla filípica contra las etiquetas sin sentido y una reivindicación de los diamantes en bruto escondidos tras vehículos aparentemente intrascendentes. Supergirl es Supergirl porque por-qué-diablos-no, y la serie resulta reivindicativa y desafiantemente girlpowera sin hacer bandera de ello, simplemente siendo divertida e inteligente.
A esta Supergirl le sobra, sin embargo, algo de entusiasmo juvenil y algo de dejar reposar la propuesta, que a veces intenta caer bien con demasiado ímpetu. En The Flash los logros resultan más orgánicos, el complicadísimo equilibrio entre homenajes al legado del personaje, reflexión sobre el subgénero superheroico y aventura y acción puras y duras funciona con más naturalidad. Aquí todo está un poco más agarrotado y a determinados recursos inevitables de la ficción superheroica, como todo lo relativo al equipo de apoyo del héroe, les falta algo de fluidez. Sin embargo, todo queda perdonado por la soltura con la que se gestiona, en términos generales, la información pertinente en un siempre complejo episodio piloto: el origen de los poderes de la heroína, su relación con los personajes secundarios, su primera aventura, los arcos que marcarán el ritmo de la serie en segundo plano… todo ello se plantea de forma maravillosamente natural y sienta las bases para una serie que, seguro, aún tiene mucho que mejorar, pero que ya brilla con lo mejor de la ficción superheroica: imaginación, optimismo, valentía y bofetadas.
SUPERGIRL
S01E01
Melissa Benoist, Mehcad Brooks, Chyler Leigh
2015