Hace justo una década, Royal Caribbean ganó la subasta por Pullmantur, la filial de cruceros del grupo Marsans, por 700 millones de euros, incluyendo una deuda de 270 millones. En el proceso, que tenía como objetivo imponerse a firmas de capital riesgo como Apax o CVC, la clave estaba en ampliar su cuota de mercado en Europa y Latinoamérica. Pues bien, hoy la compañía noruego-estadounidense se ha rendido y está buscando comprador para la operación. En este proceso le han salido todo tipo de novios, hasta el punto de que se habla del interés de Viajes Barceló, de Springwater, del propio director general de la compañía, Jorge Vilches, y al menos de otros jugadores que, según fuentes consultadas por SABEMOS, han entrado en la batalla.
Royal Caribbean, con sede en Miami, es la segunda compañía de cruceros más grande del mundo, con marcas como Royal Caribbean International, Celebrity Cruises, Azamara Club Cruises, CDF Croisières de France, una joint venture al 50% con TUI Cruises y la propia Pullmantur. En total, controla 44 barcos con una capacidad aproximada de 110.900 pasajeros.
La empresa decidió hace tiempo llevarse el navío Empress of the Seas desde Pullmantur hasta Royal Caribbean, pero las labores de reacondicionamiento se han aplazado mucho más de lo inicialmente previsto, teniendo que suspender sus primeras salidas del año.
Pullmantur ya sólo opera dos barcos con una capacidad conjunta de 4.650 pasajeros con itinerarios de entre 2 y 15 noches por Sudamérica, Caribe y Europa. «Los significativos y continuados retos en América Latina han resultado en nuestra decisión de reducir la capacidad de la marca», señalaba Royal Caribbean en sus últimos resultados, en los que además se canceló la voluntad de trasladar el Majesty of the Seas a la flota de Pullmantur.
Los barcos que tiene en su flota actualmente la marca son el Monarch, fabricado en 1991 y que entró en servicio en 2013, para prestar servicio a Caribe y Norte de Europa, y el Sovereign, construido en 1988, que entró en servicio en 1988 y que cubre las rutas de Mediterráneo y Brasil.
Royal Caribbean ha reconocido abiertamente que la marca Pullmantur se ha visto afectada duramente por la debilidad de las economías en América Latina, lo que sólo ha podido mitigar por los resultados positivos en otros mercados.
En 2012, la compañía se vio obligada a provisionar 385,4 millones de dólares por la pérdida de valor en libros de la marca, y en septiembre de 2015 se anunció otra provisión de 399,3 millones de dólares por la pérdida de valor de la marca. «Estas cargas reflejan la totalidad del ‘goodwill’ y valor de las marcas, lo que deja Pullmantur sin valor de intangibles en sus libros», señalaba la compañía. En pocas palabras: en los libros, la marca Pullmantur no vale nada.
Esto implica que el montante final de la venta del grupo será sólo una fracción de los 700 millones iniciales, pero ¿quién será el que se lleve este gato al agua?