Abengoa consigue las firmas: este viernes acaba su viacrucis judicial

La multinacional sevillana Abengoa se ha salvado. El plan de reestructuración del pasivo de la compañía ha conseguido la aceptación del mínimo requerido para ser homologado en el juzgado, después de que haya sido suscrito por más de un 75% de los tenedores de deuda de la empresa. Con el acuerdo alcanzado por las partes concluye el peor año de la firma de los Benjumea, aunque será el juez quien rubrique el final feliz del preconcurso de Abengoa cuando este viernes reciba los documentos firmados por los acreedores.

Los acreedores han concluido el plazo que se dieron con un acuerdo. Aunque el límite puesto por el juez caduca este viernes, los diseñadores del plan de reestructuración se habían marcado este martes como límite para alcanzar el 75% de adhesión que exigían los tribunales para que Abengoa saliera del preconcurso de acreedores sin entrar en el concurso.

Después de un año de idas y venidas, la compañía tiene un par de días para revisar los detalles del acuerdo y suspirar aliviada. Fuentes de la negociación del acuerdo han explicado a SABEMOS que las adhesiones han superado el 75% fijado y que lo único que queda es confirmar que están todos los papeles firmados y esperar al viernes para presentar la documentación ante el juez. Ya no hay nada más que hablar con Abengoa.

A partir de este viernes el tribunal de Sevilla que lleva el caso de Abengoa tendrá en sus manos el destino de la compañía, si entra en concurso de acreedores o no. Según los cálculos de las fuentes consultadas, el magistrado Pedro Márquez debería emitir su veredicto en un plazo de “unos 15 días”.

Una vez superado el umbral del 75% de la deuda, el fallo debería decantarse, en principio, a favor del acuerdo. Eso sí, la última palabra la tiene el juez, que tiene que garantizar que se respeten los intereses de los tenedores de deuda. Si finalmente obtuvieran la aquiescencia de la Justicia, lo siguiente sería activar el plan de rescate que, en parte, ya se ha puesto en marcha.

Los fondos que han acudido al auxilio de la empresa ya han inyectado dinero en las maltrechas arcas de Abengoa. El último ingreso fue de 188 millones de euros, muy necesarios para hacer frente a los pagos de las nóminas, dado que la compañía tuvo que suspender el abono de la paga extra de este verano.

En el lado opuesto, la reestructuración del capital actual de Abengoa también ha comenzado. La compañía ha detallado en un comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) la forma en que fusionarán sus acciones A y B, cada una con diferentes derechos políticos, en una sola clase de títulos. Fruto de esta operación y de la reestructuración de la empresa la familia Benjumea, fundadora de Abengoa, pasará de tener el control mayoritario de la compañía a conformarse con un 1,4% del capital.

La hoja de ruta de cara al futuro está clara: el 70% del importe de los créditos existentes de la compañía andaluza se va a capitalizar, con lo que ese importe adeudado se va a convertir en un 40% de las acciones de la Nueva Abengoa. El 30% restante de la deuda se refinanciará mediante nuevos instrumentos financieros, una vez que el juez apruebe el plan de Abengoa.

Una larga espera

Les ha costado más de lo que esperaban. Los acreedores siempre habían sido optimistas con respecto a los plazos en los que iban a conseguir desbloquear la situación. Para empezar contaban con no alcanzar la primera barrera, ya que en marzo caducaba la situación preconcursal y se debía entrar en concurso de acreedores. Finalmente, los tenedores de deuda consiguieron la prórroga que necesitaban del juez, pero las prisas no se disiparon.

Tampoco los problemas desaparecieron. Abengoa ha demostrado tener siete vidas tras superar numerosos obstáculos durante el viacrucis que ha atravesado en el último año. Los acreedores calculaban que para junio iba a estar todo solventado, pero la resolución se ha demorado hasta octubre, el mes límite para obtener el consenso del 75%.

Abengoa ha conseguido lo que necesitaba desde hace un año: refinanciar su deuda y revolucionar la compañía. Ahora le toca decidir al juez.

Foto: Efe

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