Al fondo a la derecha suele estar lo que se busca en un momento de apuro apretado: el cuarto de baño , donde cada uno se desfonda como quiere o puede. Lejos de un amago escatológico tan poco apropiado para un domingo, hablo de política y de educación.
En esta campaña electoral el fondo a la derecha está muy concurrido y solicitado, y cuanto más cerca está el 20-D más abarrotado está de ese personal que no sabe o no puede aguantarse según que cosas, especialmente, el cargarla, no literalmente pero sí literariamente. Tan frecuentado está el asunto, que la cosa empieza a oler.
Esta semana, el fondo, en sus diversas acepciones, ha estado muy solicitado. Hace unos días, el secretario general del Partido Popular en Galapagar y concejal de Urbanismo de la localidad madrileña, Ángel Camacho Lázaro, tuvo la brillante idea, aderezada con esa chispa humorística que suele caracterizar al lumbrera, de llamar «fondona» a la concejal de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Madrid, Begoña Villacís que, por si no la ponen cara y sin entrar en su valía profesional porque allí ya entrará ella, es una mujer muy guapa. Valga como dato. Lo hizo en Twitter que, como bien sabemos, es el lugar más apropiado para verter las intimidades y los pensamientos vergonzosos que no queremos que se sepan. Este buen mozo escribió: «¿Es cosa mía, o Villacís se ha comido toda una fábrica de bollos y se está poniendo fondona?«. Efectivamente, era cosa suya como bien le recordaron los miles de comentarios que convirtieron su torpeza y su mala educación -por no hablar de su ceguera– en una de las tendencias más seguidas de la red social. Sí, el concejal pidió disculpas al ver la polvareda mediática que su desafortunado comentarioestaba levantando. Pero ya se sabe, el perdón en las iglesias, porque fuera suele estar bastante sobrevalorado. Aquí te sueltan la de Dios es Cristo y luego se creen que pidiendo perdón está todo arreglado, y no.
Cuando alguien ha tocado fondo y no da para más, o cuando ni siquiera tiene fondo, suele descolgarse con algún tipo de insensatez que no deja poso, pero suele llevarle al fondo. Puede parecer un juego de palabras pero es simplemente la hoja de ruta de algunos que sueltan una serie de insensateces de libro que tan solo les define a ellos.Una de dos: o empiezan a cerrarles cuentas de twitter a determinados cargos públicos que no tienen dos dedos de frente ni dos gramos de educación, o les atan las manos, porque esto va a terminar siendo una escabechina semántica.
Freud dijo que “el primer humano que insultó a su enemigo en vez de tirarle una piedra, fue el fundador de la civilización”. Aquí tenemos a toda una cantera de padres de la civilización, y así nos va. Lo único bueno es que existe un espíritu democrático en toda regla porque estas meteduras de pata no entienden de ideologías. Da igual el partido político al que pertenezcan los bocazas porque, aunque estén en las antípodas ideológicas, en el grosor del cerebro se asemejan bastante. Solo hay que recordar el twitter del representante de Podemos, Pablo Soto, diciendo que “los donuts son como las mujeres, con el calor del verano sudan y se ponen deliciosamente pringosos. Uno más y ya”. Lo escribió el 23 de junio de 2010. Hoy es concejal del Ayuntamiento de Madrid. Para que vean que la historia no tiene memoria, tampoco histórica.
La desmemoria es muy mala. Que se lo pregunten al que fuera vicepresidente de la Junta de Andalucía, Diego Valderas, cuando se refirió a la consejera de Educación del gobierno andaluz como “la de las tetas gordas“, o al edil de IU de Manilva, Diego Díaz Jiménez, diciendo que María Dolores de Cospedal “no está malota sexualmente” … Y no pasa nada. Ahí están. Y nosotros, sin memoria. Va a ser verdad lo que escribió Shakespeare: “La memoria es el centinela del cerebro”. Y cuando no hay cerebro, el centinela no sirve de nada. Convendría replantearse ciertas cosas, hacer bueno el consejo de Séneca sobre que la buena memoria es principio de la sabiduría.
Lo peor es que este estado de brillantez de pensamiento parece contagioso. El alcalde de Carboneras, Salvador Hernández, un independiente GICAR que gobierna con el apoyo del PP, también ha tenido su momento de gloria al espetarle a una concejala: “Cállese y guarde el respeto cuando está hablando un hombre”. La verdad es que no tiene ni media contestación. Respuestas, muchas. Contestación, solo una. Ante ese vómito troglodita sólo cabe decirle: “Estamos esperando a que un hombre hable”. Se le podría decir aquello de Antonio Machado que “Dicen que el hombre no es hombre mientras no oye su nombre de labios de una mujer”, pero habría que explicárselo y sería muy largo. Lo digo sin crueldad, porque demasiado tiene le hombre. Lo mismo ni se ha dado cuentaporque el primitivismolocuaz lo tiene tan incrustado que lo pronuncia sin más. Y como la ignorancia es siempre inoportuna, el hombre hizo coincidir su vómito con el día Internacional contra la violencia de género. Que medie la comprensión: al menos no cogió a la concejala por los pelos y la sacó del pleno como el hombre de cromañón sacaba a la parienta de la cueva. Lo que demuestra que hay hombres que han podido salir de la cueva, pero la cueva no siempre sale de ellos con la misma velocidad.
Y aún hemos tenido más. El alcalde de Cartagena, José López, de Movimiento Ciudadano, que gobierna con el apoyo del PSOE y de Cartagena Sí se puede, lo mismo desbarra con un hombre que con una mujer, y lo peor de todo es que se cree gracioso por contestar a un concejal que empezó su intervención diciendo que iba a ser corto en su alocución, que ya sabía que era “cortito” en todo. Un portento de hombre, el talento hecho ironía. Y ahí lo tienen, de alcalde de Cartagena. Y a modo de disculpa encubierta se descuelga diciendo que tampoco es para tanto, que no mató a Manolete.
No sé por qué, me viene a la cabeza algo que dijo la escritora Dorothy Parker: “A un hombre sólo le pido tres cosas: que sea guapo, implacable y estúpido”. En estos casos y que se sepa, cumplendos de las acepciones, y huelga decir cuáles.
Ay, señor…