El Partido Popular quisiera evitar que Alfonso Rus fuera su candidato a la alcaldía de Xàtiva, pero la ley electoral se lo impide.
Alfonso Rus quisiera distanciarse del PP valenciano pero si lo hace no podría volver a optar a la Alcaldía. Bienvenidos a un nuevo capítulo de la esquizofrénica política valenciana.
Como tantas otras localidades de España Xàtiva ha amanecido este viernes repleto de carteles electorales pero con una importante diferencia, ninguno de estos carteles llevaba el rostro del candidato del Partido Popular. Aunque la medida pueda parecer lógica tras la reciente expulsión del partido del número uno de la candidatura municipal, lo cierto es que ha sido toda una sorpresa para vecinos y periodistas porque todas las apuestas creían que sería al revés, tendríamos rostro de candidato pero sin el logo del partido.
Es la primera vez en 20 años que la cara de Alfonso Rus no está en un cartel, y lo que es más importante, la primera vez desde que entró en el PPCV que el aún alcalde de Xàtiva no acude a la pegada de carteles. La explicación oficial que atribuía al cansancio después de un viaje dada por el portavoz de campaña fue tan débil que acabó reconociendo que la presión mediática había podido con el hombre que salía indemne de todos los escándalos de su partido.
Ahora mismo la campaña electoral de Alfonso Rus está en una situación de incertidumbre muy similar al del famoso experimento del gato de Schröndiger. El expresidente del PP valenciano es a la vez el candidato que presenta el PP y un elemento hostil para el partido. La presión por todos lados es tan grande que a pesar de que la campaña se ha iniciado hoy aún la rumorología en la ciudad jugaba con su inminente dimisión, su ausencia en la pegada de carteles ha hecho recordar que el plazo de una semana para decidir que Rus aseguró que se tomaría no expira hasta el próximo lunes. El silencio de la cuenta de Twitter Populares Xàtiva, con una actividad que podemos considerar nula para ser una cuenta política en campaña electoral, y la retirada de la web de la agrupación, no hace más que alimentar las dudas en la localidad.
Lo que nadie debe confundir es la ausencia de Rus con una falta de apoyos en el partido
Lo que nadie debe confundir es la ausencia de Rus con una falta de apoyos en el partido, tanto dentro como fuera de su municipio. Esta legislatura Alberto Fabra ha intentado limitar el poder de Rus dentro del PP enviando a su hombre de confianza, Serafín Castellano, a asaltar la presidencia provincial del partido. De esta manera los dos políticos iniciaron una carrera por ver quien conseguía colocar más hombres afines en las presidencias comarcales del PP. El resultado fue una victoria tan aplastante de Rus que incluso consiguió colocar a su candidato en la comarca natal de Serafín Castellano. “Si uno no gana en su comarca es criminal” declaró con sorna tras el triunfo.
Además de conseguir una notable cantidad de líderes comarcales afines a su persona, en aquella particular partida de ajedrez hubo un daño colateral que hoy resulta fundamental. Castellano tenía que buscar candidato a la presidencia comarcal del PP en La Costera, la comarca de la que Xàtiva es capital, y lo encontró entre los concejales de Rus. Vicente Parra, uno de los hombres fuertes del grupo municipal popular, aceptó el ofrecimiento de Castellano de asaltar al PP comarcal y fracasó. El antaño hombre fuerte del alcalde permaneció en el grupo municipal hasta agotar la legislatura pero ya se sabe que si juegas el juego de tronos sólo puedes ganar o morir, y Parra ha acabado fuera del PP y formando su propio partido, X-activa, al que se llevó a otros relegados por el entonces omnipotente Alfonso Rus.
Esa fuga propició que Rus realizara la primera gran renovación de su lista electoral, que se había mantenido prácticamente inalterable en más de una década, rodeándose de una auténtica guardia pretoriana que no le fuera a traicionar, hoy este hecho es otro serio dolor de cabeza para el PPCV, pues la renuncia del candidato no serviría a la ejecutiva autonómica del partido para dominar el grupo municipal del PP que surja tras las elecciones. Su fortaleza ahora mismo es más que en el último acto celebrado en la sede del PP sebatense se tapó el logo del PP de los carteles para que sólo se viera la palabra Xàtiva encima de la foto del candidato.
Parra no es sólo una amenaza electoral para el PP, puesto que como exmiembro del partido tiene más fácil atraer votantes tradicionalmente populares en la localidad, voto decisivo en la última jugada realizada por la oposición. Sabiendo que Rus iba a evitar la exposición mediática los tres partidos que conforman la oposición municipal pidieron por registro un pleno extraordinario para pedir la dimisión de Rus, parece difícil que lo permita la Junta Electoral, pero si no se pronuncia en contra el pleno debe celebrarse en menos de 15 días. Serían 11 concejales del PP contra 10 de la oposición, pero entre los ediles populares se encuentra todavía Vicente Parra, ahora con su propia formación.
La petición no tendría consecuencias reales, puesto que la ley impide presentar mociones de censura a estas alturas de la legislatura, pero consideran que Rus no aguantaría el verse humillado públicamente, ante sus vecinos y todos los medios que acudirían a tal evento, en el mismo ayuntamiento que rigió con mano de hierro hasta hace menos de dos semanas.
Mientras los políticos juegan, los electores asisten estupefactos a un espectáculo al que sólo le falta incluir la palabra austrohúngaro para ser un film de Berlanga. “No puede durar mucho más, a donde vayas en el pueblo todo el mundo dice está harto y que debería marcharse ya, pero bueno… ya sabes… esto es Valencia… todos se quejan pero seguro que al final van y le votan” declara con resignación un vecino de la localidad que prefiere mantener su anonimato.