El presidente de Telefónica, César Alierta, está más frustrado con los mercados que Pablo Iglesias. «El mercado está en la higuera», dijo hasta tres veces durante la presentación de la estrategia del grupo a sus empleados. Si le hacemos caso, con Telefónica se aplicaría el dicho de «compra un argentino por lo que vale y véndelo por la mitad de lo que dice que vale». Si se cumple la ecuación, y al menos una parte de las profecías de Alierta, por 11,68 euros (al cierre de este artículo) el lector tiene un valor de futuro.
«Durante los dos últimos años, cada vez que hay una conference call con analistas, los ‘genios’ de los bancos de inversión y los fondos no me preguntan nunca sobre cómo el mundo se está digitalizando y nosotros estamos en la mejor posición para aprovecharlo. Me preguntan cuatro gilipolleces. Y mira que yo soy financiero, pero están obsoletos«, lamentó Alierta en un discurso pensado para enardecer los corazones de 125.000 empleados de la compañía por todo el mundo. Una compañía a la que ya no le preocupa su nivel de endeudamiento y que, a su juicio, tendrá el triple de clientes de aquí a los próximos cuatro años. Desde luego, no apunta bajo: «Somos 7.000 millones de personas en el planeta, y todos van a querer lo que vamos a ofrecer».
Alierta presentó un plan denominado «Elegimos todo» en un entorno en el que la compañía se ha preparado, precisamente, para dar a sus clientes el mayor número de servicios distintos posible. Y ya no sólo hablamos de clientes residenciales, con la combinación entre fijo, móvil, banda ancha, televisión, seguridad y videojuegos. Alierta puso especial énfasis en el hecho de que en el mundo habrá, de aquí a finales de 2020, 50 millones de dispositivos conectados y que alguien tendrá que encargarse de ello («y no será Google, seremos nosotros»).
A los datos hay que añadir otra de las obsesiones de la compañía: transformarse en un imperio de los contenidos. «Telefónica va a ser uno de los operadores audiovisuales más grandes del mundo, y los demás son de EEUU o australianos y se creen que a todo el mundo le gusta lo mismo que a los anglosajones, no entienden a Chile o a Perú».
La compañía quiere respaldar sus palabras con hechos, vinculando la satisfacción del cliente al bono de los trabajadores, cuyo variable dependerá hasta en un 50% de los abonados, un 20% en función de la felicidad de los clientes y un 30% en base a los ingresos. José María Álvarez-Pallete, consejero delegado del grupo, lo resumió perfectamente: «Lo ideal es tener clientes que además te tienen cariño«.
Alierta subrayó que en el marco de una reunión celebrada con el presidente galo, François Hollande; la canciller alemana, Angela Merkel y el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, se sentaron las bases para una iniciativa que se pondrá en marcha a partir de esta primavera y que, con una mezcla de software y hardware, en la que ingenieros de Telefónica han sido clave, «se garantizará la seguridad y la privacidad de los usuarios en Europa». No quiso ofrecer, eso sí, más datos sobre dicha iniciativa, pero incidió en el papel de la operadora en su papel de «defensora de la libertad». ¿Quién necesita a Los Vengadores? La presentación, llena de drones y de fanfarrias de Star Wars, alentaba una visión épica de la realidad y Alierta, lejos del traje y la corbata, se ajustaba a su rol de líder de una resistencia galáctica ante el imperio de Google.
En este sentido, Alierta envió un mensaje al mercado, más allá de los habituales sobre la falta de inversión de las compañías de internet: garantizó que serán ellos quienes moneticen los datos en todos los sectores. Incluso habló de un proyecto para sustituir a Google en el mundo de la publicidad para medios de comunicación. La educación, una de sus obsesiones, tuvo hueco: «Educar por medios online a 50 millones de niños costaría 2.500 millones de euros. Es increible que el mundo no sea capaz de levantar esa cifra para resolver el mayor problema de la humanidad».
El veterano directivo puso mucho énfasis en destacar ideas que raramente se asocian a Telefónica. Como que el F.C.Barcelona está utilizando sus sistemas de análisis de datos para mejorar el desempeño de los jugadores sobre el terreno de juego. «¡Quién me iba a decir que esta operadora iba a ser el mejor entrenador del Barcelona!», afirmó Alierta, fan irredento del Zaragoza.