Las ventas de coches de la multinacional alemana no han dejado de crecer pese al escándalo del trucaje de sus motores para mostrar valores de emisiones contaminantes menores de las reales. Volkswagen ha superado su annus horribilis con nota.
En lo que va de año, Volkswagen ha entregado a sus clientes 7,6 millones de vehículos, un 2,4% más que los 7,4 millones de coches que vendió en los nueve primeros meses de 2015. Un crecimiento considerable si se tiene en cuenta que en septiembre del año pasado se destapó el caso del dieselgate.
Parece como si el escándalo del trucaje de motores de la marca alemana no hubiera afectado a su reputación. Lo consumidores siguen comprando sus coches, aun a sabiendas de que la compañía violó la regulación del sector.
Los conductores europeos han pasado de puntillas por esa crisis y han adquirido un 3,5% más de coches del grupo Volkswagen que en los nueve primeros meses de 2015, hasta alcanzar los 3,18 millones de vehículos en lo que va de año. Sin embargo, en Estados Unidos, donde se destapó el escándalo del dieselgate, las ventas han caído un 6,1%.
La compañía ha compensado su bajada en Norteamérica con unos resultados excepcionales en Asia, especialmente en China. Volkswagen ha vendido en el gigante oriental 2,85 millones de coches en lo que va de año, un 10,7% más que en el mismo periodo de 2015.
En lo que a España respecta, Seat ha conseguido incrementar su negocio hasta entregar casi 313.000 coches entre enero y septiembre, un 1,5% más.
“El incremento en las entregas nos carga de optimismo para enfrentarnos a los retos que están por llegar. Reforzar la confianza de nuestros clientes sigue siendo nuestra principal prioridad”, ha asegurado el responsable de Ventas del Grupo, Fred Kappler, en un comunicado.
Hay mucho trabajo que hacer, pese a la buena marcha de las ventas de Volkswagen.
Impacto económico
El grupo teutón no se ha ido de rositas, ni mucho menos, después de que se destapara el dieselgate. Por mucho que el escándalo no haya minado sus ventas, las cifras de Volkswagen se han desplomado como consecuencia de esta crisis.
Los que más han perdido -además de los ciudadanos que tienen que respirar el aire más contaminado como consecuencia de las trampas de Volkswagen- son los accionistas de la compañía. El batacazo ha sido histórico: si en la primavera de 2015 sus títulos pugnaban en la línea de los 240 euros, las acciones de la compañía se mueven actualmente por debajo de los 140 euros.
Desde el 16 de marzo de 2015, cuando alcanzaron un valor de 247,55 euros, las acciones de Volkswagen han caído un 46% hasta su cota actual. La empresa vale la mitad que antes del dieselgate.
La crisis del fabricante de coches se ha tragado, además de la mitad de su capitalización bursátil, unas generosas dotaciones para hacer frente a las indemnizaciones y a las reparaciones que ha tenido que desplegar Volkswagen. Estos extraordinarios negativos lastraron las cuentas del primer semestre de la compañía y restaron 2.200 millones de euros a su cuenta de resultados.
Tras las provisiones realizadas por la empresa para paliar las consecuencias del dieselgate, el beneficio de Volkswagen durante los primeros seis meses de este año cayó un 36,8% hasta los 3.579 millones de euros. Podría haber sido peor, podría haber entrado en pérdidas.
Una vez más, la marca alemana demostró su resistencia frente a la adversidad. El escándalo de las emisiones ha hecho daño pero Volkswagen va camino de enterrar la polémica bajo montañas de dinero proveniente de sus ventas.