La multinacional de Cupertino (California) va a tener que sacar el talonario para compensar los escasos impuestos que ha pagado en Europa gracias a las ventajosas condiciones fiscales que se dan en Irlanda. Apple tendrá que devolver 13.000 millones de euros al estado insular para compensar lo que la Comisión Europea considera «ventajas fiscales ilegales» recibidas durante años.
La comisaria europea de competencia, Margrethe Vestager, ha explicado en un comunicado que Apple consiguió pagar en el territorio comunitario un tipo efectivo del 1% en el impuesto de sociedades durante el año 2003, una cifra «que se redujo hasta el 0,005 % en 2014».
La Comisión estima que Irlanda ha reducido «artificial y sustancialmente» los impuestos que la multinacional ha pagado en el país desde 1991.
«Los Estados miembros no pueden otorgar ventajas fiscales de forma selectiva a determinadas empresas, puesto que esa medida es ilegal en virtud de las normas sobre ayudas estatales de la UE. La investigación de la Comisión ha permitido concluir que Irlanda concedió a Apple ventajas fiscales ilegales que le permitieron pagar, a lo largo de varios años, un importe en concepto de impuestos considerablemente inferior al de otras empresas», ha defendido Vestagher en el comunicado oficial.
Irlanda, un paraíso conocido
Apple no es la única empresa que acude a Irlanda para que el recibo fiscal le salga más barato en Europa. Otros gigantes tecnológicos como Google y Facebook tienen sus sedes en Dublín, desde donde coordinan las operaciones en el viejo continente.
La razón es bien sencilla: si se centraliza el cobro de tasas de todas sus filiales en Irlanda, las empresas consiguen pagar un tipo impositivo del 12,5%, mucho menor que el 25% de España. Las empresas del Ibex bien lo saben, ya que para las 35 compañías más importantes del país Irlanda es su segundo paraíso fiscal favorito, por detrás de Holanda y de Delaware (Estados Unidos), para radicar sus sedes y pagar menos impuestos.
El sistema es un clásico de la picaresca fiscal. Las oficinas centrales de Irlanda pagan a los empleados de las filiales regionales y cobran por los servicios prestados a los clientes, con lo que las empresas de cada país aparecen como zombis sin facturación ni beneficios. En el caso de Airbnb, en España declara un beneficio de 108.000 euros y unos costes salariales de 1,2 millones de euros. Desde su cuartel general en Irlanda pagan a la división española de Airbnb tan sólo por labores de marketing, mientras que las comisiones que se lleva del mercado español van directamente a Irlanda, donde el tipo impositivo es menor.
Un paso más allá
El caso de Apple es algo diferente. La Comisión no entra a juzgar que Irlanda saque provecho de sus menores impuestos y genere situaciones de desigualdad con respecto a sus socios comunitarios. El problema para Bruselas no es que el tipo del impuesto de sociedades sea del 12,5% en el país gaélico sino que pueda llegar a acuerdos particulares con cada empresa que mejoren aún más su privilegiada posición.
Según la investigación conducida por la Comisión, dos sociedades del grupo Apple transferían la mayoría de sus beneficios a una «administración central» que en realidad era una sociedad vacía de contenido y operaciones. «Esta «administración central» no estaba implantada en país alguno ni contaba con empleados o locales propios», reza el comunicado de la CE. Irlanda consideró apropiado este sistema de distribución de los beneficios, lo que le ha valido la reprobación del Ejecutivo europeo.
Los beneficios de la sociedad que comercializaba los productos de Apple, Apple Sales International, se iban de manera prácticamente íntegra a esta «administración central». La Comisión cita un ejemplo: Apple Sales International obtuvo en 2011 unos beneficios de 16.000 millones de euros que debería haber consignado en Irlanda. Sin embargo, transfirió la mayoría a la «administración central», con lo que sólo eran susceptibles de ser gravados 50 millones de euros en el país insular. El resultado: 10 millones a pagar. Por unos beneficios de 16.000 millones. La jugada maestra.
Irlanda pasa del dinero
En un insólito alarde de altruismo, el ministro irlandés de Finanzas, Michael Noonan, ha asegurado que el país tiene intención de recurrir el dictamen de la Comisión Europea para no cobrar los 13.000 millones de euros. «Es importante que enviemos un fuerte mensaje de que Irlanda continúa como un lugar atractivo y estable» para la inversión a largo plazo, ha subrayado en declaraciones recogidas por Efe.
Su cinismo es fundamental para sostener un sistema fiscal del que se favorecen numerosas multinacionales extranjeras que operan en Europa. Aunque Vestagher no haya criticado que Irlanda se beneficie de unos tipos más bajos que el resto del continente, la Comisión ha mandado un mensaje contundente contra las empresas que además quieren ser una excepción fiscal.
Apple responde
En un comunicado, Apple señaló que paga todos sus impuestos en cualquier lugar donde opera y consideró que la CE «ignora» la legislación fiscal de Irlanda, al mismo tiempo que advirtió del «profundo» efecto que la medida tendrá en la inversión en Europa.
«Vamos a apelar y confiamos en que la decisión será revocada», señaló la empresa, después de que la CE llegase a la conclusión de que Irlanda concedió beneficios fiscales «ilegales» a la empresa tecnológica por valor de 13.000 millones de euros.
La compañía agregó que la CE ha hecho un esfuerzo por «escribir de nuevo la historia de Apple en Europa» e «ignora las leyes fiscales de Irlanda».
La decisión de la Comisión no está relacionada con la cantidad de impuestos que paga Apple, «sino qué Gobierno cobra el dinero. Tendrá un profundo y perjudicial efecto en la inversión y la creación de empleo en Europa», añadió la empresa.
Foto: Apple Store de Madrid. Flickr – Álvaro Ibáñez