Pistoletazo de salida a la campaña que concluirá en las elecciones más trascendentales para el futuro de Cataluña desde la transición democrática, por lo mucho que hay en juego, no sólo para los ciudadanos de esa comunidad autónoma, sino para el resto de españoles. Ante los intentos del presidente de la Generalitat, Artur Mas, por convertir los comicios en un plebiscito, lo cierto es que la campaña arranca con un descenso del sentimiento nacionalista, según pone de manifiesto el sondeo preelectoral que el Centro de Investigaciones Sociológicas hizo público ayer.
La encuesta deja claro lo sumamente reñidos que serán los comicios, ya que el CIS pronostica un empate entre las fuerzas políticas que apuestan por la independencia y las que no. A ocho escaños de la mayoría absoluta, la lista de Artur Mas y Oriol Junqueras –Junts pel Sí– necesitaría del apoyo de la CUP para formar gobierno y sacar adelante su proyecto secesionista. Los líderes de esta formación de extrema-izquierda ya han avisado que votarán en contra de la investidura de Mas.
Hay otro motivo para alimentar la preocupación en las filas independentistas: CDC y ERC suman menos escaños que los logrados en las elecciones de 2012. Ese año, los ahora aliados en la candidatura de Junts pel Si sumaron 70 escaños. Ahora, se quedarían, según el CIS, en 60 o 61 diputados.
En el polo opuesto, habrá que ver si Ciudadanos –como segunda fuerza política en la encuesta- es capaz de aglutinar a su favor el voto de las fuerzas contrarias a la independencia. Garantizado, previsiblemente, el apoyo del PSC y el PP, el partido de Albert Rivera deberá cortejar a la lista conjunta que integran miembros de Podemos, Iniciativa per Catalunya, Esquerra Unida y Equo. La suma de todos ellos podría arrebatar el poder al actual presidente de la Generalitat y parar el órgano independentista.
Crece el número de catalanes que reniega del nacionalismo
Además de esa estimación de voto, el sondeo pone en evidencia otra serie de datos que abonan el optimismo en las filas no independentistas. El primero de ellos radica en el hecho de que se ha frenado en seco el crecimiento del sentir nacionalista, que disminuye con respecto a hace tres años.
Según el sondo hecho público ayer, el 41,3 por ciento de los catalanes se declara nacionalista. En 2012, ese porcentaje alcanzaba el 42,6 de los encuestados por el Centro de Investigaciones Sociológicas. Hace cinco años –en 2010- la cifra se quedaba en el 31,7.
En sentido contrario, aumenta el número de ciudadanos que dice no sentirse nacionalista. Si en 2012 renegaban del nacionalismo el 55,8 por ciento de los encuestados, ahora lo hace el 56,7. En 2010, el número de no nacionalistas alcanzaba el 65,9 por ciento de los catalanes.
Cae el porcentaje de aquellos que se sienten solo catalanes
También aumenta el número de aquellos ciudadanos que se sienten tan españoles como catalanes. Si hace tres años ese guarismo se quedaba en mínimos históricos -con el 37,6 por ciento de los encuestados-, se recupera ahora el porcentaje de 2010. Así, el sondeo presentado ayer lo cifra en el 42,1 por ciento, frente al 43,9 de hace cinco años.
En paralelo a esos datos, el sondeo del CIS refleja que desciende casi tres puntos el número de ciudadanos que se siente únicamente catalán. Hace tres años la cifra de estos alcanzaba el 24,4 por ciento del electorado. Ahora se queda en el 21,6. Esos porcentajes están muy lejos del dato que se registró en 2010: sólo el 14,5 de los entrevistados decía sentirse únicamente catalán.
Sin embargo, hay otra serie de datos que no favorecen las pretensiones de las fuerzas políticas que apuestan por la unidad de España. Así, el sondeo del CIS refleja que ha crecido considerablemente el número de ciudadanos que están de acuerdo con que se reconozca a las comunidades autónomas la posibilidad de convertirse en Estados independientes.
A favor de dicho planteamiento se sitúa el 46,1 por ciento de los encuestados por el Centro de Investigaciones Sociológicas. En 2012, ese porcentaje se situó en el 41,4. En el 2010 esa cifra era sólo del 22,8 por ciento.
Más insiste en remarcar el carácter plebiscitario de los comicios
Así las cosas, el presidente de la Generalitat aprovechó anoche el discurso institucional con motivo de la Diada para remarcar el carácter plebiscitario que quiere dar a los comicios. En su alocución, Artur Mas insistió en que su intención de convocar de las terceras elecciones en cinco años se debe a que es necesario avanzar en el proceso de secesión.
El jefe del Ejecutivo autonómico defendió que es inaplazable el clamor continuado de la ciudadanía por decidir el futuro de Cataluña, algo que justificó en cuatro años seguidos de movilizaciones en la calle, como la que se realiza hoy en Barcelona durante la Diada.
“Y, una vez la gente haya hablado a través del voto, asumamos todos la decisión de la mayoría», pidió tras avisar de que todos los catalanes deben admitir el resultado electoral con concordia y voluntad de ser un solo pueblo ahora y en el futuro.