Bombardier, el mayor fabricante mundial de material ferroviario y uno de los principales del sector aeronáutico, anunció a finales de la semana pasada una nueva ola de despidos que afectará a 7.500 empleados en todo el mundo en los dos próximos años.
Bombardier señaló en un comunicado que las medidas anunciadas para reestructurar la empresa le permitirán ahorrar 300 millones de dólares canadienses (229 millones de dólares estadounidenses) para finales de 2018.
Pero la eliminación de empleos le costará entre 225 y 275 millones de dólares canadienses (172 y 210 millones de dólares estadounidenses) que serán cargados a la cuenta de resultados a partir del último trimestre de 2016.
Alrededor de 2.000 empleos serán eliminados en las operaciones canadienses de Bombardier, mientras que el resto se distribuirá entre sus centros de trabajo del resto del mundo.
Por divisiones, alrededor de 5.000 empleos serán eliminados en Transporte, dedicada a la producción de material ferroviario, mientras que el resto desaparecerán del sector de producción de aeronaves. Bombardier emplea a 70.600 trabajadores en todo el mundo.
El presidente de Bombardier, Alain Bellemare, declaró que «después de reducir el año pasado y con éxito los riesgos a nuestra empresa, nuestro enfoque ha cambiado para crear un claro camino hacia el crecimiento de ganancias rentables y la generación de liquidez».
«La acciones anunciadas hoy asegurarán que tenemos la correcta estructura de costes, fuerza laboral y organización para competir y ganar en el futuro», añadió Bellemere.