“Hoy es el día 173 del año uno de la era pos David Bowie. Con este nuevo testamento me dirijo a aquellos jóvenes y adolescentes que un día fuimos con miedos e incertidumbres, con sexualidades complejas y clandestinas. Con un océano de sueños sumergidos que tras escuchar una canción de Bowie comenzamos a creer en Dios, porque Bowie era Dios. Escuchar a Bowie hace que queramos beber, que queramos fumar, que queramos follar, que queramos vivir, que queramos bailar. A veces la melancolía es una mierda sin más, no siempre tiene el amargo encanto del Berlín de los 70. Por eso bebed, fumad, follar, vivir, bailar. Porque ya nadie puede decirnos que estábamos equivocados, ya no. Ahora sabemos que siempre hubo vida en marte. Hoy, el día 173 del año uno de la era pos David Bowie nos sentimos marineros luchando en la pista de baile, alienígenas con el pelo color ratón, apóstoles de un evangelio raro, experimental e imprescindible que obliga a dejar que los niños se pierdan para poder encontrarlos bailando”, así presentaba Asier Etxeandia (El Intérprete) el concierto ‘Juntémonos con Bowie’ el pasado viernes en Madrid.
Un tributo que estaba tardando demasiado en llegar y que cierra un circulo tras el fallecimiento del cantante el 10 de enero. Ayer el Real Jardín Botánico de Madrid se vistió de gala para recordar al ‘Duque Blanco’ y la emoción invadió el recinto desde el primer minuto.
Una estética cuidada, largos silencios en señal de respeto, guiños constantes a la banda que le acompañó durante su larga trayectoria y los mejores temas del músico para cerrar una noche que poco tenía que ver con el cartel.
Ayer, día 173 del año uno de la era pos Bowie, se dio cita lo más granado del panorama indie español para homenajear a un artista que rompió todos los esquemas. Eva Amaral, Iván Ferreiro, Alberto Jiménez (Miss Cafeína), Anni B Sweet, Marc Ros (Sidonie) o Pucho (Vetusta Morla) fueron algunos de los invitados a este espectacular tributo.
Por primera vez, el escenario no tuvo más protagonistas que la música. La banda que acompañó a Bowie a lo largo de su vida fue tocando uno a uno cada éxito del artista. ‘Space Oddity’, ‘Under pressure’, ‘Lets Dance’, ‘Life on Mars’ o ‘Heroes’ fueron algunos de los temas que hicieron saltar al público.
Un público que desde el principio estuvo entregado a la causa y supo callar cuando era necesario. Los “adolescentes” de la era Bowie se mezclaron con las nuevas generaciones de fans para demostrar que el legado del artista es atemporal.
Una escenografía bien cuidada, con coreografías y trajes psicodélicos incluidos, fue la guinda del pastel a un concierto que se repetirá esta misma noche en la sala Razzmatazz de Barcelona.
Fotografías: Eric González