En 2014 fue Cataluña la Comunidad Autónoma que mayor volumen de facturas electrónicas emitió, según el “Estudio sobre la situación de la factura electrónica en España” elaborado por Seres y en el que se analiza el intercambio de facturas electrónicas entre empresas comparando los datos del pasado año con los de 2013.
Tomando de referencia este estudio, vemos como Cataluña en 2014 en cuanto a facturas emitidas representa el 37,97% del total nacional, seguida de cerca por Madrid (33,45%), que se sitúa a la cabeza si hablamos de recepción, con el 28,32% del total nacional. En este caso es Cataluña la que se sitúa por detrás, con un 25,59% en recepción mejorando los datos de 2013 un 2,87%
Estos porcentajes dejan constancia del importante papel que juegan Cataluña y Madrid en cuanto al uso de la factura electrónica, que poco a poco comienza a ganar terreno en el resto de comunidades, aunque sin terminar de despegar.
En cuanto al número de empresas emisoras de factura electrónica, es imposible volver a encontrarse con Cataluña y Madrid liderando el ranking, y en este caso con mayor proporcionalidad en relación a otras Comunidades Autónomas. El 15,52% de las empresas emisoras de e-factura y el 17,38% de las receptoras son catalanas.
Por volumen de empresas, hubo un ligero descenso de participación de las empresas catalanas en el total general (un 0,22% en emisión y un 0,55% en recepción). Aun así, estas empresas son las principales usuarias de la factura electrónica, por delante de las madrileñas.
La perspectiva general muestra una tendencia hacia el aumento de tráfico de documentos electrónicos en todas las comunidades, impulsado por Cataluña donde este aumento es mayor, posiblemente incentivado por el adelanto de la obligatoriedad en el uso de la e-factura impulsado por la Generalitat de Catalunya.
¿Por qué apostar por una factura electrónica?
Para empezar, decir que una factura electrónica cumple exactamente la misma función que una en papel y es totalmente legal desde el año 2013. Eso sí, hay que tener en cuenta que toda factura debe respetar tres principios: legibilidad, autenticidad e integridad. En el caso de la factura electrónica la legibilidad la facilita el programa informático, y la autenticidad e integridad pueden corroborarse mediante otros métodos como la firma digital.
Este tipo de factura tiene grandes ventajas como reducir posibles errores humanos, acortar los tiempos de traminación, eliminar los costes de impresión y envío, reducir el espacio que dedicaríamos a su almacenamiento o incluir de forma sencilla la factura al servicio informático facilitando su gestión. Las e-facturas suponen un gasto económico menor y contribuyen a modernizar la economía y el desarrollo de la Sociedad de la Información, así como a la sostenibilidad del planeta, ya que nos olvidamos de emplear papel y tinta para el envío de los documentos.
Imagen | Camilo Rueda López en Flickr