Cinco claves para convertirse en un inversor de impacto social en 2016

Propósito de año nuevo: ser un inversor de impacto social

La llegada de un nuevo año siempre trae consigo la planificación de propósitos, de los cuales cumpliremos algunos y dejaremos otros tantos sin realizar. Cada vez son más los que se plantean cambiar los hábitos relacionados con la ética, la economía y la inversión.

La crisis económica y los cambios tecnológicos son en gran parte responsables de que un número creciente de inversores vea como inseparables ética y economía y de que así lo hagan notar con su dinero.

Por un lado, las finanzas éticas, la inversión socialmente responsable —ligada inevitablemente al emprendimiento con valores sociales— y la llamada inversión “de impacto social”, gana terreno en nuestro entorno. La inversión de impacto social, es decir, invertir buscando rentabilidad en empresas que producen un impacto positivo en la sociedad, movió 2.000 millones de euros en Europa en 2014. En España se calcula que hay 87 millones de euros invertidos en empresas sociales, según el informe Eurosif. Por su parte, sólo en nuestro país existen 30.000 empresas sociales y 61.000 de economía verde.

En paralelo, la tecnología facilita que también el inversor se una a este cambio. Cada día más inversores, profesionales y particulares, se lanzan a invertir a través de plataformas online de financiación participativa, como por ejemplo las plataformas de equity crowdfunding. Solamente en 2014 hubo operaciones por valor de 3.000 millones de euros en plataformas de inversión alternativa online en Europa, y, a falta de datos oficiales, se estima que esa cifra se duplicó durante 2015.

En Europa están surgiendo plataformas de financiación participativa que permiten invertir en empresas con impacto social y medioambiental positivo. Es el caso de Ethex, en Inglaterra, 1001pact, en Francia o Bolsa Social en España. A través de estas plataformas los inversores pueden apostar, a golpe de unos clics, por una inversión socialmente positiva. Es lo que se ha llamado la democratización de la inversión de impacto social.

En España, además, la Ley de Fomento de la Financiación Empresarial (conocida como la ley del crowdfunding) ha concedido carta de naturaleza legal a estas plataformas y las somete a la supervisión de la CNMV. Por el momento, sólo la Bolsa Social ha obtenido la autorización del organismo supervisor de los mercados.

Con el objetivo de fomentar y ampliar el conocimiento sobre esta tipología de inversión, la Bolsa Social, da 5 claves que caracterizan a un inversor de impacto social:

  1. Busca algo más que rentabilidad: El inversor de impacto se caracteriza porque quiere que sus decisiones de inversión también tengan un impacto en la sociedad, más allá de la rentabilidad que pueda obtener. El inversor de impacto, por tanto, apuesta por empresas con valores que mejoran la sociedad y cuidan del medioambiente.
  1. Es exigente y selectivo: Las empresas deben tener un buen modelo de negocio, por lo general ya probado mediante facturación suficiente. Además, deben ser escalables, de modo que pueda aumentar el valor de la inversión y el impacto positivo que producen.
  1. Se compromete con la empresa: Es una inversión de capital paciente, no especulativo ni cortoplacista. El inversor de impacto apuesta por la empresa para crecer con ella en el largo plazo, tanto en rentabilidad como en impacto social. Los inversores de impacto empatizan con la iniciativa y la comparten en sus círculos, permitiendo ampliar el crecimiento y la visibilidad de la empresa.
  1. Quiere conocer el impacto: El inversor de impacto demanda información sobre el impacto social de la empresa, además de sobre los resultados económicos. De ahí que estas empresas deban medir su impacto social con indicadores precisos y significativos. Estos indicadores pueden ser cualitativos o cuantitativos y, en todo caso, deben ser reportados al inversor periódicamente.
  1. Diversifica: Como cualquier inversor responsable, el inversor de impacto social, planifica su inversión apostando por varias empresas. El inversor de impacto es consciente de los riesgos de invertir en empresas jóvenes, y comprende y acepta que los beneficios o las pérdidas dependen de su evolución, por lo que se informa bien sobre la empresa y su equipo y apuesta por varios proyectos en lugar de uno sólo.

Estas claves son esenciales para descubrir qué es un inversor de impacto y plantear, de cara al nuevo año, nuevos hábitos en nuestras decisiones económicas, como la posibilidad de contribuir al crecimiento de empresas que generan mejores condiciones de vida social o medioambiental.

 

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