Lo que hoy son proyectos en 2030 se habrán convertido en toda una realidad con la que miles de personas podrían salvar y mejorar sus vidas. Los avances tecnológicos tienen gran importancia, y no es para menos, pues serán los encargados de llevar el agua potable hasta donde no la hay, de encontrar un tratamiento contra la malaria y de evitar los riesgos del embarazo en el Tercer Mundo.
Tecnología y salud van de la mano en el desarrollo de nuevos métodos para lograr una mejor y más duradera vida. El punto de mira está puesto, sobre todo, en los países en vías de desarrollo donde las duras condiciones a las que se encuentran sometidos sus habitantes (escasez de agua, servicios sanitarios insuficientes, pobreza, etc.) son en muchas ocasiones el desencadenante de enfermedades y situaciones de riesgo.
Convertir el agua no potable en potable, planificar un embarazo, detectar una neumonía y practicar una cesárea son cosas que aún hoy en día difícilmente pueden verse en las zonas más pobres del planeta, sin embargo, los avances tecnológicos podrían hacer que la situación cambiase.
Para 2030 se espera que los productos e ideas en las que hoy se trabaja sean toda una realidad que además esté cumpliendo con sus objetivos en países como Uganda, Níger o Burkina Faso. Así, en 15 años los índices de mortalidad descenderían en el Tercer Mundo y los lugares en vías de desarrollo permitiendo que la calidad de vida de las personas mejorase.
El anticonceptivo de un dólar
Los embarazos a edades tempranas son muy comunes en las zonas que se encuentran en desarrollo, donde el uso de anticonceptivos no está muy extendido. Esto supone tanto un riesgo para la madre, que además debe renunciar en muchas ocasiones a sus estudios, como para el bebé.
Sayana Press podría ser la mejor opción para evitar estos embarazos, que no olvidemos pueden acabar incluso provocando la muerte. Se trata de un anticonceptivo inyectable mediante un sistema sencillo y fácil, que además no permite reutilizar la aguja evitando el contagio de infecciones. Por el precio de 1 dólar podría adquirirse una dosis que ofrece tres meses de protección.
Su bajo coste y la facilidad a la hora de administrarse hacen de Sayana Press el anticonceptivo perfecto, que comenzará a introducirse en Burkina Faso, Níger, Senegal y Uganda en 2016.
La idea de un mecánico contra las complicaciones en el parto
Como ya hemos dicho, los partos en países en vías de desarrollo son todo un riesgo si no se tienen los equipos médicos adecuados y no se cumplen las medidas higiénicas imprescindibles. Hemorragias, infecciones, complicaciones en el parto… pueden ser fatales y acabar con la muerte de la madre y/o el bebé.
Pero a Jorge Odón se le ocurrió la magnífica idea de crear lo que se ha llamado BD Odón, un dispositivo con el que se puede ayudar al bebé a nacer. Es una alternativa a la cesárea que conlleva muchos menos riesgos y que podría utilizarse perfectamente en aquellos lugares donde no disponen de equipamientos más sofisticados con los que facilitar el parto.
Agua potable estés donde estés
Algo así como una caja con la que hacer que el agua sea potable, eso es Zimba, que además no necesita de electricidad para realizar su función. Esta máquina de clorar ya se está utilizando en algunos hogares de la India, Bangladesh y Nepal para tratar de poner fin a la crisis del agua que por desgracia existe en tantos países.
Zimba cuenta en su interior con un dispensador precargado con una solución de hipoclorito de sodio (también conocido como lejía). Cuando esta caja se encuentra conectada a una fuente de agua, la presión del líquido entrante desencadena la liberación de la cantidad correcta de cloro para desinfectar el agua, una acción que podría llegar a salvar 1,5 millones de vidas para 2030.
Un sistema para diagnosticar la neumonía
La neumonía es una enfermedad difícil de diagnosticar y por ello en muchas ocasiones los tratamientos para combatir la enfermedad llegan demasiado tarde. Esto es un problema sobre todo en los países menos desarrollados.
Existe un dispositivo, Inspire, que permitiría detectar las infecciones respiratorias como la neumonía, cuyo precio estaría entre los 15 y 20 dólares. Fue diseñado con la intención de ser distribuido entre personal de organizaciones humanitarias y trabajadores de la salud en los países en desarrollo, para que pueda ser utilizado para realizar diagnósticos más rápidos y acertados sobre la salud de la población infantil. Siete sensores recogen frecuencias cardíaca y respiratoria, niveles de ansiedad, posición del cuerpo, etc. del niño para después avisar en caso de que pudiese desarrollarse alguna enfermedad.
Otra enfermedad que también preocupa es la malaria, para la que se espera disponer pronto de un tratamiento.
Los dispositivos móviles para el control de la salud
Los dispositivos móviles serán claves en el futuro para controlar a los pacientes y poder hacer un seguimiento más exhaustivo. Poder disponer de todos los datos, ofrecerles consejos y ayudas, así como tener registrados a los pacientes a través de los teléfonos, es algo verdaderamente útil.
Los médicos y trabajadores sanitarios de las zonas más pobres podrían tener un mayor y más detallado conocimiento de sus pacientes utilizando los teléfonos móviles.