Vaya por delante, como sabrá cualquiera que siga esta sección de reseñas de artefactos pop, que me revienta la nostalgia acrítica. Esa que considera un valor por sí misma haber pasado por EGB, haber visto Barrio S ésamo o haber comido bocadillos de Nocilla: esa nostalgia que reivindica productos culturales solo por enmarcarse en un periodo cultural específico. Desde la perspectiva crítica, esa nostalgia es dañina y limitadora.
Sin embargo, hay otra nostalgia útil y constructiva: aquella que usa la experiencia para enriquecer el análisis: es el caso de los tebeos de los que habla Comics Sensacionales de Santiago García, un volumen que recoge decenas de comics que han marcado al prolífico ensayista y guionista: de Peanuts a El eternauta, pasando por Watchmen, Popeye, Roberto Alcázar y Pedrín, Krazy Kat o Makoki.
Una inmensa variedad de tonos, texturas y estilos: superhéroes, novela gráfica, independientes, clásicos, humor, aventura… todos ellos unidos por una nota común. Son los tebeos que, en algún momento, marcaron a Santiago García. Como niño, como adulto o como profesional.
Algo que podría ser vago y difuso en cualquier otro autor, en García es significativo, y el autor lo sabe: aprovecha prácticamente todas las entradas de este personalísimo ensayo para dar pinceladas sobre la historia de los comics. Así, su entrada sobre los X-Men de Claremont y Byrne acaba siendo un estudio sobre la importancia de los mutantes en el Universo Marvel, y cuando analiza el legendario Master Race de Krigstein, ofrece por el mismo precio un estudio sobre cómo la editorial EC Comics fue fundamental para el devenir del comic moderno.
Los comics seleccionados por García no solo son sensacionales: también son especiales y tienen un por qué. El libro se nos vende como un recorrido subjetivo por los comics más importantes de la historia como lector de Santiago García, y sin duda lo son, pero también se entretiene en explicar por qué deberían ser importantes en la historia de cualquier aficionado.
Y es por eso que, debido a su capacidad para ampliar el campo de visión de su materia de estudio, y a pesar de ser un recorrido en primerísima persona por la historia del medio, Santiago García consigue contagiar su entusiasmo arqueológico al lector. Cuando describe con todo lujo de detalles cuál fue su primer comic de Vértice o cómo el mítico El espíritu de los comics de Javier Coma le fascinó sin leerlo durante años, es difícil resistirse como lector a sustituir sus experiencias por las nuestras. Que es, en definitiva, lo que acaba convirtiendo un ensayo personalísimo en una experiencia universal.
Comics sensacionales
Santiago García
Larousse
2015