Cuatro lugares donde puedes zamparte un buen cachopo asturiano en Madrid

El cachopo se come sobre todo en grupo.

Es el plato del momento. Una de las señas de identidad gastronómicas asturianas, el cachopo, ha traspasado definitivamente las fronteras y está en Madrid para quedarse. Cada vez más restaurantes de la capital preparan, cada vez mejor, este pantagruélico plato de carne y fritanga.

Viernes por la noche. Una pandilla de 15 amigos se sienta en la mesa de un restaurante típico asturiano. Se palpan los nervios en el ambiente. Acaban de llegar los cachopos. Uno para cada dos comensales. «¿No será mucho? ¡Qué va, esto nos lo acabamos esta noche sí o sí! Uf, no sé yo, ¿eh?». Fue verdad. Intentaron acabárselos.

¿Asturias? No, Madrid. Desde hace un puñado de años, uno de los platos más populares de la gastronomía astur ha llegado y pisa fuerte en Madrid. ¿Que qué es un cachopo? Pues es la versión propia, desbordante y pantagruélica de lo que unos llaman san jacobo, otros flamenquín y otros cordón bleu. En esencia, dos enormes filetes de ternera empanada y rellena de jamón y queso, servido en fuente rodeada de patatas. Ése es el cánon, pero con el tiempo y la imaginación han ido saliendo versiones de todo tipo: relleno de queso de cabra y cecina, con pimientos y champiñones, de merluza… el cielo es el límite.

Familias, hípsters, hombres de negocios… el cachopo está más en boca de todos que nunca. Está rico, es abundante y es divertido. Y es que el cachopo tiene su liturgia. Los asturianos como yo llevamos años cantando las alabanzas de este monstruoso plato, y hasta hace bien poco solíamos decir «pero es que claro, tienes que comerlo en Asturias, que aquí no lo hay tan bueno». Eso ya se acabó, por suerte. 

Cada vez son más los sitios que lo preparan tan bueno como en cualquier sitio bueno de Asturias. Prácticamente iguales, tanto en precio, tamaño y sabor, a los genuinos. Los hay quienes incluso organizan rutas para ir degustándolos y puntuándolos todos. Seguro que hay más sitios y mejores, pero aquí van cuatro recomendaciones. Espero que os gusten:

La Chalana: Asturias en Madrid

Los dueños de un restaurante asturiano (de Asturias) que tiene tanto éxito allí que abren un local igual en Madrid. Y es así. La Chalana, situado junto a la Plaza de España (esquina con Princesa) es mi primera elección. En esta sidrería todo lo que he comido hasta ahora (y he ido unas cuantas veces) está estupendo, y el cachopo destaca de entre el conjunto. La bloguera La Reina de las Catas lo describe en su página como «majestuoso, enorme, servido sin florituras en un plato-bandeja acompañado de pimiento asado y patatas fritas» y creo que no hace falta decir más. Bueno, sí, que está de rechupete.

Hermanos Ordás: Sabor sabor

El cachopo del restaurante Hermanos Ordás (junto al Metro Diego de León) es quizás poco ortodoxo: En vez de reboce de pan rallado tiene harina, lo que da un aspecto peculiar. Pero os aseguro que sabe exactamente lo bien que ha de saber un buen cachopo. Jugoso y sabroso, no es de los más grandes que os podéis encontrar (sin ser para nada escaso), así que es recomendable también para los que sean tragones, pero no tanto.

Un cachopo campeón: El Cogollo

Hace unos años ser el mejor cachopo de Madrid igual no tenía tanto mérito. Hoy no es así. Al contrario. La competencia es encarnizada (nunca mejor dicho) y hay mucho bueno donde elegir. Por eso tiene tanto valor que un cachopo como el del restaurante El Cogollo de la Descarga (Calle de la lechuga, 3) haya ganado el premio del primer concurso oficial de cachopos en Madrid. ¿Que cómo está? La foto ya lo dice todo…

Grande y desbordante de patatas y relleno. No se puede pedir más. Pues sí: hay quien dice que es tan grande que lo podrías usar como escudo o incluso como manta para taparte. No sé, nunca he pasado de la fase de zampármelo, pero son opciones.

La Dehesa: Un cachopo gourmet

En Ciudad Universitaria se sitúa el restaurante La Dehesa III. Al contrario que el local asturiano estereotipado, es un sitio muy bonito y con una decoración de corte más moderno. Y el cachopo tiene tambié su punto de innovación. Sí, es de ternera también pero está hecho con solomillo, lo que le da un punto de ternura extra. Se sirve con cebolla frita, patatas y pimientos. Muy original y sabroso. Obviamente al ser de esa pieza es un poco más pequeño, pero merece la pena igual.

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