El PP basó su campaña en Valencia en señalarles como catalanistas en todos y cada uno de sus mítines. Ciudadanos expulsa de forma fulminante a cualquier concejal que les facilite una alcaldía. Fueron los más criticados en la compra de iPhones a pesar de que votaron lo mismo que el resto de partidos. Compromís es el nuevo punching ball de la política española, pero ese es, paradójicamente, su mejor arma contra sus rivales políticos.
¿Son Compromís los nuevos chicos malos de la política española? Si hubiera que hacer caso a lo que clama la oposición valenciana, y sus entornos mediáticos, habría que concluir que sí. No es que la oposición no haya concedido cien días al nuevo gobierno, es que disparó sus cañones desde la misma lectura de resultados para intentar evitar que Compromís entrara en las instituciones. Catalanistas, radicales, o populistas son algunas de las etiquetas que han intentado adherir a los miembros de la coalición para minar su credibilidad ante el electorado.
Curiosamente ninguna de estas críticas ha ido encaminada a la más que notable inestabilidad de Compromís, cuyas primarias estuvieron a punto de saltar por los aires la coalición por las reticencias del partido mayoritario a ceder ante el cada vez mayor poder mediático de Mónica Oltra. En su lugar se han centrado en aprovechar el desconocimiento de gran parte del público del ideario de Compromís para tratar de moldear la imagen pública de la coalición.
Estos son los cuatro principales ataques que ha recibido desde el pasado 24-M:
1.- Compromís es uno de los nuevos partidos de indignados
La victoria electoral de los plataformas ciudadanas en las pasadas municipales llevó a no pocas personas a confundir el triunfo de Joan Ribó en Valencia con el ascenso de las marcas blancas de Podemos. La asociación no es descabellada teniendo en cuenta que Compromís ha utilizado en sus campaña los mismos postulados de la llamada “Nueva Política” o que la coalición ha estudiado concurrir junto a Podemos a las próximas generales—hace cuatro años se presentó junto a Equo—, pero lo cierto es que Compromís está lejos de ser un recién llegado a la política.
La Coalición existe desde 2007, aunque en aquel momento agrupaba también a la rama valenciana de Izquierda Unida, pero su partido principal, el Bloc Nacionalista Valencià, existe desde 1997 tras las fusión de dos partidos nacionalistas que ya operaban en el territorio durante los años 80.
Contar a Compromís entre los movimientos de indignados puede ser útil para asociar a sus miembros con etiquetas que se han usado contra Podemos como “inexperiencia” o “efervescente”, pero lo cierto es que algunos de sus miembros llevan ya casi dos décadas de experiencia en los ayuntamientos, y la coalición gobierna más de 80 consistorios.
2.- La idelogía de Compromís es la izquierda radical
Que las intervenciones de Mónica Oltra en Les Corts se hayan interpretado como radicales sirve más para medir el nivel de debate parlamentario español con el de resto de países de su entorno que para entender la ideología de Compromís. La coalición está claramente situada en el espectro político progresista, pero no presenta un programa rupturista con el orden actual. Los miembros de Compromís llevan años intentando acercarse al empresariado valenciano, al que consideran un sector estratégico, y de hecho han convertido la defensa del Corredor Mediterráneo, la mayor reivindicación de los empresarios de la Comunitat, en uno de los principales objetivos de la coalición.
Desde luego la relación entre Compromís y el empresariado podría ser mejor. Los de Oltra y Morera han llegado con la intención de revisar los conciertos entre el gobierno autonómico y la empresa privada, algo que provoca no pocas reticencias, pero tampoco es que los empresarios no hayan cometido errores a la hora de intentar acercar posturas. En todo caso el programa de la coalición incluye dar facilidades para la instalación de industrias en la Comunitat Valenciana o que el Institut Valencià de Finances facilite el crédito para inversiones. Sus dirigentes confían en que esta sea la legislatura en la que las asociaciones de empresarios vean las bondades de contar con un partido que no depende de Madrid para defender sus intereses.
3.- Son la vanguardia de ERC en la Comunitat Valenciana
La aparición de algunas cuatribarradas con estrellas en la celebración de la salida de Rita Barberá de la Alcaldía de Valencia ha llevado a muchos tertulianos y políticos a intentar identificar a Compromís como una filial valenciana de Esquerra Republicana de Catalunya. Esta afirmación no hace más que demostrar el desconocimiento absoluto que se tienen desde algunas tribunas sobre la política valenciana.
Para empezar Esquerra Republicana tiene su propia agrupación valenciana, Esquerra Republicana del País Valencià, una formación que en las últimas elecciones prefirió posicionarse junto a Esquerra Unida, la rama valenciana de Izquierda Unida, antes que con Compromís. Además el partido con mayor peso en la coalición Compromís, el Bloc Nacionalista Valencià, ha estado históricamente más cercano a los planteamientos de CiU que a los de ERC. De hecho el Bloc concurrió en coalición de CiU en las elecciones europeas de 1999, 2004. En todo caso su coalición con Iniciativa del Poble Valencià, la escisión de Esquerra Unida liderada por Mónica Oltra, ha distanciado las políticas del Bloc de los planteamientos de CiU, al menos públicamente.
4.- Compromís va a separar la Comunitat Valenciana de España
Las mejores mentiras son aquellas que se basan en medias verdades y por eso esta es la que aún negándose por activa y por pasiva funciona con un temor residual en gran parte de la población.
Lo primero que hay que entender en este caso es que la coalición Compromís está actualmente formada por Verds Equo, movimiento ecologista de Izquierdas, Iniciativa del Poble Valencià, movimiento liderado por Mónica Oltra, y el Bloc Nacionalista Valencià, que tiene ahora mismo como principal referente a Enric Morera. De las tres formaciones sólo una se declara nacionalista en sus estatutos, el Bloc Nacionalista Valencià que proclama como su objetivo el “Alcanzar la plena soberanía del pueblo valenciano y su plasmación legal mediante una constitución valenciana que contemple la posibilidad de una asociación política con los países con los cuales compartimos una misma lengua, cultura e historia”. Estos postulados no se recogen en los estatutos de la coalición Compromís que no contempla la independencia del territorio del País Valencià del resto de España en su programa.
Sí. Es fácil encontrar fotos, tuits y escritos de miembros del Bloc defendiendo el derecho a decidir, la unidad de la lengua valenciana con la catalana, o incluso criticando la celebración de la fiesta del 12 de Octubre, pero desde Compromís se tiene muy claro que, hoy por hoy, no existe un sustrato nacionalista en la Comunitat Valenciana que apoye ninguna aventura independentista. Incluso Mónica Oltra, en este vídeo que se suele utilizar para atacarla, reconoce que hay que abandonar la defensa del concepto de Països Catalans porque es «una batalla perdida» en el territorio autonómico.
Los miembros de Compromís mantienen la bandera española en las instituciones, aunque prefieran la senyera autonómica, participan en las fallas y cantan emocionados el himno regional que empieza ofreciendo nuevas glorias a España. Valencia no será Cataluña, al menos por ahora, otra cosa es la torpeza del gobierno central a la hora de manejar asuntos como la financiación autonómica o el corredor mediterráneo altere el ambiente y ponga de parte de los nacionalistas incluso a poderosos aliados.
Las acusaciones han hecho históricamente más fuerte a Compromís
«Mónica Oltra era la número uno de la candidatura desde el momento en que Cotino la expulsó de Les Corts» con esta frase zanjaba a micro cerrado un alto cargo del Bloc la lucha por las primarias que estuvo a punto de romper Compromís a las puertas de su mejor resultado electoral de la historia. Tal vez la frase se pronunció para acallar a los críticos de su partido que no entendían porque se cedía el número uno de la lista a Iniciativa del Poble Valencià, un partido con menos afiliados, pero ejemplifica a la perfección como la obsesión del Partido Popular por callar a Oltra, con episodios tan infantiles como el de romper papeles para que no se le escuchara, acabó aupando a Compromís a las cuotas del poder.
Como cualquier partido de izquierdas que nunca ha gobernado, el mayor peligro de Compromís son las altas expectativas que se han generado entorno al suyo. No serán fáciles de cumplirlas con el paupérrimo estado de las arcas valencianas. Afortunadamente para los miembros de la coalición sus rivales políticos siguen empeñados en conspirar a su favor para convertir a Compromís en el nombre más conocido de la política valenciana.