Downwell es, como tantos y tantos otros juegos indies de última hornada, un caramelo envenenado vestido con los agradables y entrañables ropajes de antaño. Concretamente, con la delicia monocromo del Spectrum, aunque Downwell tiene más chicha que un mero homenaje intentando sacar partido a la estética del pixelazo.
Downwell es uno de los juegos más exigentes, febriles y frenéticos (en cualquier plataforma) que pueden encontrarse en este momento, y su planteamiento es ridículamente sencillo: un shot’em-up vertical, pero sin naves y en sentido inverso.
El movimiento que sigue el héroe que controlamos es el de caída en picado: como cualquier buen explorador de cavernas sabe, su mejor amigo son unas botas que disparan, y cada disparo no solo sirve para abrirse paso por los túneles o reventar enemigos sino para, a través del retroceso, mantenerse en el aire y que su caída no se acelere.
A partir de ahí, las dificultades: el número de proyectiles es limitado, con lo que no se puede disparar a lo loco; pisar en tierra firme, pese a la bienvenida pausa en la frenética acción, interrumpe los combos de puntuación; los cambios de arma (con maravillosos homenajes a los míticos rifles de Contra y similares) aumentan el número de balas y proporcionan energía, pero pueden ponernos a merced de botas-fusil menos potentes.
El jugador más intrépido puede acabar el juego en veinte minutos escasos, pero sería extraño que lo consiguiera antes de siete u ocho horas, porque las muertes son permanentes y los niveles se generan de forma aleatoria, es decir, que hay que jugar una y otra vez y otra vez y otra, y morir mil veces para llevar el descenso a buen puerto. Y aún así, la puntuación, el armamento, los extras, el nivel de dificultad (el modo difícil es para tirarse por la ventana) y la emoción siempre será superable en una partida posterior, mejor y más excitante.
Otro juego irreprochable, infinito, que cabe en el bolsillo (aunque también hay versiones de sobremesa recomendamos la de Android e iOS; por una vez el pad virtual táctil es perfecto) y que adelanta por la izquierda a esos mastodontes que exhiben, literalmente, un precio treinta veces superior. Vosotros veréis.
Downwell
Moppin
Android
2015