El Corte Inglés se queja de la falta de vuelos directos con los países de los turistas que más gastan

El presidente y consejero delegado de El Corte Inglés, Dimas Gimeno.

Iberia ya estudia abrir una ruta con Tokio y quizá en el futuro también con China, pero sólo las lanzará si comprueba que pueden ser rentables y que hay demanda suficiente. El presidente del grupo comercial, Dimas Gimeno, reclama a España “luchar” y “ganar” la batalla mundial por captar los nuevos turistas de los países emergentes, especialmente China.

Todos parecían de acuerdo. Políticos de todo el espectro, empresarios de todas partes y consultores de todo tipo coincidían de manera insistente en las bondades que para España supondría impulsar el turismo de compras. Todos, pero todos todos, de acuerdo y en unánime complacencia en la I Cumbre Europea de Turismo de Compras, que comenzó ayer en Madrid.

España es una potencia mundial del turismo (tercer país más visitado del mundo, el segundo por los ingresos que genera), pero es un líder con pies de plomo, volcado en un turismo de masas, de baratillo, de sol y plaza, profundamente estacionalizado… Y, claro, el turismo de compras (el que hacen aquellos viajeros que dedican gran parte de su tiempo, y del dinero, a ir de tienda en tienda) es ideal para solventar todos estos déficits endémicos. Bien, todos de acuerdo… ¿y ahora qué?

¿Cómo van a venir los turistas si no hay vuelos?

A la espera de tener una marca perfilada de España como destino de compras, de crear un producto concreto de Madrid o Barcelona como destino preferencial para los viajeros que van de tiendas (que también falta), y de que se agilicen la concesión de visados a según qué nacionalidades, el presidente y consejero delegado de El Cortes Inglés, Dimas Gimeno, puso el dedo en la llaga: ¿cómo van a venir los turistas de los grandes países del turismo de compras si no hay vuelos directos que los traigan?

Son los turistas asiáticos (los chinos, en particular), los rusos, los estadounidenses… los que más presupuesto dedican en sus viajes a las compras, los que más gastan en general durante sus estancias. Pues con estos países las conexiones aéreas directas son muy limitadas. La Cámara de Comercio de Estados Unidos en España advirtió de que en temporada alta hay 18 ciudades estadounidenses y españolas conectadas con rutas directas, pero en otoño e invierno son sólo cuatro las ciudades unidas por conexiones aéreas. Y si la falta de transporte con Estados Unidos es preocupante, en el caso de los países asiáticos resulta desoladora.

El presidente de El Corte Inglés quiso compartir con los presentes en la cumbre un “dato inquietante”: “La conectividad de los grandes aeropuertos españoles con los países asiáticos casi no existe; representa el 0,13% de la conectividad total”. Dimas Gimeno se quejó de ese índice de conectividad “bajísimo, casi nulo” y subrayó que “necesitamos una mayor y mejor conectividad con focos emisores como Shanghai, Pekín, Yakarta, Moscú, Sao Paulo, Riad y Tokio, entre otros grandes aeropuertos”.

Iberia cree que Madrid ya está bien conectada

El presidente de Iberia, Luis Gallego, recogió el guante en su intervención posterior en la cumbre y replicó que “Madrid ya es una ciudad bien conectada” (gracias al aeropuerto de Barajas en general y al negocio de Iberia en particular, que ofrece 120 destinos directos). En cualquier caso, el ejecutivo recordó que la aerolínea española de IAG ya estudia la próxima apertura de nuevas conexiones intercontinentales, entre las que se encuentra Tokio, y apuntó como una de los posibles proyectos de futuro el lanzamiento de vuelos a China.

Pero Gallego condicionó la apertura de esas rutas a que sean “rentables y sostenibles” y a que exista una “demanda continua y suficiente”. Y replicó que, además de vuelos, hacen falta un producto específico de turismo de compras que vender y más y mejor promoción exterior, singularmente en los países emergentes.

La batalla mundial por 800 millones de nuevos turistas

El año pasado se superó la cota de 1.000 millones de turistas internacionales en todo el mundo. Y según las proyecciones de la Organización Mundial del Turismo (OMT), esa cifra escalará hasta los 1.400 millones de viajeros en 2020 y hasta los 1.800 millones en 2030. El mundo tendrá en apenas quince años 800 millones de turistas internacionales más que en la actualidad.

“La lucha por ganarlos [los 800 millones de nuevos turistas] ya ha comenzado. Ganará quien ofrezca mayores atractivos, pero también mejor promoción, mejor conectividad o más facilidad en la concesión de visados”, auguró el presidente y consejero delegado de El Corte Inglés. “Y no competimos con empresas. Competimos con operadores tan poderosos como son los estados”.

Y esa lucha mundial por hacerse con esta nueva demanda tendrá como gran campo de batalla no ya los países desarrollados, sino sobre todo los países emergentes, que son de donde provendrán gran parte de esos 800 millones de nuevos viajeros. Y entre los emergentes, muy especialmente China.

“Atraer a China, promocionarnos en China, dar facilidades al turismo chino es, sin duda, una de las claves del crecimiento”, auguró Gimeno. Y para ello el turismo de compras será una de las grandes ventajas competitivas de los países que se decidan a entrar en esa lucha.

España: gigante en llegadas, enano en turismo de compras

En este contexto, la situación de España es “manifiestamente mejorable”. Y es que Francia concentra un 23% de todo el gasto de las compras de viajeros de fuera de la Unión Europea; Reino Unido, un 18%; Italia, un 16%; y Alemania, un 15%. Pero España tan sólo capta un 3% de todo ese gasto de turismo de compras efectuado por clientes extracomunitarios. Sólo un 3%, a pesar de que sí que concentra un 21% de todas las pernoctaciones hoteleras de la UE.

“Hay una evidente desproporción entre la cantidad de turistas que llegan a nuestra nación y el gasto en compras. En el caso de viajeros chinos, sólo recibimos el 0,2% de lo que gastan fuera de su país”, se quejó Dimas Gimeno. “No tenemos la cuota que nos corresponde como país. Algo más podemos hacer”, tanto las administraciones públicas como la iniciativa privada. “Hay una competencia entre países a veces poco visible, pero durísima, por el liderazgo en el sector. Luchemos por ganar, que será en beneficio colectivo del país”, sentenció el presidente de El Corte Inglés.

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